Un medicamento podría aliviar las 'demandas sensoriales' del autismo

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JUEVES, 6 de enero de 2022 (HealthDay News) -- Un medicamento que funciona en ciertos receptores del cerebro puede aliviar de forma temporal los problemas de procesamiento visual de algunos adultos con autismo, encontró un estudio de tamaño reducido.

Los investigadores apuntaron que es demasiado pronto para saber si el fármaco, el arbaclofeno, podría resultar útil para gestionar estos problemas visuales. Pero los hallazgos ofrecen información sobre las diferencias cerebrales subyacentes, afirmaron.

El autismo es un trastorno cerebral del desarrollo, que provoca distintos grados de discapacidad en las habilidades de comunicación y sociales.

Las personas con autismo con frecuencia son hipersensibles a algunos estímulos, pero poco sensibles a otros. Podrían tener dificultades para tolerar las luces fluorescentes brillantes, o el tacto de ciertas telas, o problemas para distinguir entre la conversación y el ruido de fondo, por ejemplo.

Una teoría general es que el autismo implica un desequilibrio en las señales del cerebro, lo que incluye a circuitos que controlan al procesamiento sensorial.

En los últimos años, la investigación ha sugerido que un neurotransmisor llamado GABA es un factor clave. Los neurotransmisores son compuestos que transmiten mensajes entre las células cerebrales, y el GABA es un neurotransmisor inhibidor, es decir, que ayuda a reducir estas señales.

El arbaclofeno, un medicamento experimental, funciona al activar unos receptores particulares del GABA en las superficies de las células.

Y en el nuevo estudio, los científicos encontraron que una sola dosis alta del fármaco alteraba el procesamiento visual en las personas sin autismo, pero que con frecuencia lo mejoraba en las que sufrían del trastorno.

"Las investigaciones anteriores sobre el GABA en el trastorno del espectro autista [TEA] han sido indirectas, en gran medida", comentó la investigadora, la Dra. Grainne McAlonan, profesora de neurociencia traslacional del Colegio del Rey de Londres.

Los genes de la GABA a veces se encuentran alterados en las personas con autismo, apuntó, mientras que los estudios de autopsias cerebrales han encontrado algunas diferencias relacionadas con el autismo en el sistema del GABA.

"Aquí proveemos evidencias directas en el cerebro humano vivo de que la regulación del GABA del procesamiento visual es distinta en las personas con y sin autismo", señaló McAlonan.

Alycia Halladay es directora de ciencias de la Autism Science Foundation, una organización sin fines de lucro, y no participó en el estudio. Se mostró de acuerdo en que los hallazgos indican que el GABA está "muy implicado" en el procesamiento visual, y que alterar la vía química podría aliviar los problemas visuales de algunas personas con autismo.

Nadie está diciendo que el GABA sea toda la historia, o que el arbaclofeno pueda ser útil para todas las personas con autismo.

McAlonan apuntó que el grupo del estudio fue bastante pequeño: 19 adultos con un trastorno del espectro autista, y 25 que no lo sufrían. Pero incluso en este grupo pequeño de personas con autismo, los individuos variaban.

Algunos, apuntó McAlonan, tenían un "perfil de procesamiento sensorial" que era más similar al de los participantes no afectados.

"En estos individuos, podríamos predecir que dirigirse a la señalización del GABA no sería útil", comentó.

Se está realizando un estudio para evaluar más al arbaclofeno, como parte de un gran proyecto de investigación conocido como AIMS-2-Trials. McAlonan dijo que la meta general de estos estudios es comprender mejor los mecanismos subyacentes del autismo, cómo varían entre los individuos y, en última instancia, personalizar los tratamientos de los individuos.

En el estudio actual, que se publicó en la edición del 5 de enero de la revista Science Translational Medicine, participaron 44 adultos con y sin autismo, que realizaron tres visitas durante el estudio. En cada una, recibieron una dosis baja o alta de arbaclofeno, o un placebo.

Los participantes se sometieron a unos escáneres cerebrales especializados, que permitían medir las concentraciones de GABA en el cerebro, seguido de una prueba de su procesamiento visual. Implicó distinguir entre las pistas visuales en primer plano y las que estaban en el fondo.

En general, las personas con autismo tuvieron más dificultades con la tarea cuando recibieron el placebo. Pero con la dosis alta de arbaclofeno, el procesamiento visual mejoró en general, mientras que empeoró en los participantes sin autismo.

Todavía quedan muchas preguntas. Halladay anotó que este estudio implicó una prueba visual en el laboratorio: no se sabe si el medicamento sería útil para las personas en el "mundo real", con sus muchas experiencias sensoriales simultáneas.

También se piensa que el GABA está implicado en el procesamiento de otras informaciones sensoriales, entre ellas el sonido y el tacto. Pero no está claro si este medicamento podría ser útil para los problemas con esos estímulos, comentó Halladay.

Una pregunta más amplia es si aliviar las dificultades sensoriales puede mejorar algunas de las conductas comunes del autismo.

La sobrecarga sensorial es agotadora, y puede hacer que las personas con autismo "dejen de funcionar física y emocionalmente", explicó Halladay. Y las conductas como apartarse ante el contacto físico, o usar sonidos y movimientos repetitivos, son maneras de gestionar estos problemas sensoriales.

"El TEA nunca se simplificará en un solo mecanismo, ya que es tanto complejo a nivel individual como altamente [variable]", aclaró McAlonan.

Pero añadió que incluso la conducta humana compleja se basa en "procesos fundamentales", que incluyen a la capacidad de procesar la información sensorial.

Más información

Autism Speaks ofrece más información sobre los problemas sensoriales del autismo.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Grainne McAlonan, MBBS, PhD, professor, translational neuroscience, Institute of Psychiatry, Psychology and Neuroscience, King's College London, England; Alycia Halladay, PhD, chief science officer, Autism Science Foundation, Scarsdale, N.Y.; Science Translational Medicine, Jan. 5, 2022, online

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