Los anillos de los árboles muestran que los huracanes se están haciendo más húmedos, largos y peligrosos

Flooding
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Photo: Alexis Hall / FEMA

MIÉRCOLES, 6 de octubre de 2021 (HealthDay News) -- Los anillos de los majestuosos pinos de las costas de Carolina del Norte y del Sur ofrecen unas esclarecedoras evidencias a largo plazo del cambio climático, y un escalofriante pronóstico para el futuro.

La conclusión es que los últimos 300 años se han hecho cada vez más húmedos, haciendo que los huracanes sean cada vez más peligrosos.

"Nuestros hallazgos sugieren que la cantidad máxima de lluvia de estas tormentas está aumentando, y es probable que continúe aumentando en un mundo más caliente", señaló Justin Maxwell, un climatólogo de la Universidad de Indiana, en Bloomington, que dirigió el nuevo estudio.

Unas tormentas más intensas son particularmente riesgosas para las ciudades costeras con muchas superficies duras que no permiten que el agua se filtre a la tierra, advirtió.

Los peligros potenciales incluyen enfermedades infecciosas debidas a las bacterias y los organismos portadores de enfermedad en las crecidas, además de lesiones relacionadas con las inundaciones. Además, los derrames químicos (un riesgo cuando las instalaciones industriales se inundan) podrían liberar compuestos tóxicos en el agua y el aire circundantes.

En el estudio, el equipo de Maxwell analizó los anillos de los árboles de pinos de hoja larga de la costa de las Carolinas, para ver si la intensidad de las precipitaciones había aumentado en los últimos 300 años. Hasta ahora, solo había datos hasta 1948. Pero los datos de los anillos de los árboles pueden revelar no solo la edad de un árbol, sino también la historia climática del lugar donde creció.

La reconstrucción reveló que la precipitación relacionada con los huracanes desde el año 1700 aumentó entre 2.5 y 5 pulgadas (de 6.4 a 12.7 centímetros) durante los años extremos.

"Un aumento de 2.5 a 5 pulgadas de lluvia es mucho, y presentará problemas para las ciudades si esta tendencia continúa", advirtió Maxwell.

Los totales de precipitación se correlacionaron con la duración y la velocidad de los huracanes, lo que sugiere que el aumento en la precipitación se debe a la ralentización de las tormentas.

"Es más probable que se paren y se mantengan más tiempo en una ubicación, produciendo más lluvia", aclaró Maxwell.

El cambio climático y el calentamiento global podrían estar fomentando estas tendencias, dijo.

"Un mundo más caliente conduce a unos vientos globales más débiles, y cuando estos vientos son más débiles, es más probable que los ciclones tropicales deambulen y se paren en un área pequeña, lo que resultará en más precipitación en esa área", explicó Maxwell.

La mayor parte del aumento en las precipitaciones generadas por huracanes ocurrieron en los últimos 60 años, anotó. Unos ejemplos infames de huracanes que se movían con lentitud son el Harvey, de 2017, y el Florence, de 2018.

"Los huracanes recientes, como Ida y Nicholas, también fueron tormentas que se movieron con tanta lentitud que produjeron unas precipitaciones totales altas e inundaciones generalizadas", observó. "Prevemos que estos tipos de tormentas serán más comunes en un mundo más caliente".

Estar prevenido es estar preparado, aseguró Maxwell.

"Comprender que estas tormentas se están volviendo más húmedas puede ayudar a los comités costeros a estar más preparados para las inundaciones", planteó.

Los hallazgos aparecen en la edición del 12 de octubre de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Aunque el estudio solo observó a las Carolinas, hay ciertas evidencias de que las precipitaciones extremas han estado aumentando en Estados Unidos en general, según Tom Knutson, líder de la División de Clima y Dinámicas Climáticas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica en Princeton, Nueva Jersey. Knutson revisó los hallazgos.

Los peligros de las inundaciones tierra adentro son reales, y se deben tomar en serio, señaló Knutson.

Recordó el huracán Harvey, un devastador huracán de categoría 4 que acabó con más de 100 vidas en 2017.

"Cuando el huracán Harvey se paró sobre Houston en 2017, llovió durante tres días, lo que resultó en más de 3 pies (1 metro) de lluvia en algunas áreas y muchas inundaciones y problemas de salud entre los residentes", dijo Knutson. "Harvey es un ejemplo clásico de lo mala que puede llegar a ser una situación cuando un huracán se para".

Un récord de 18 tormentas y huracanes tocaron tierra en Estados Unidos en los dos últimos años, reportó hace poco el Washington Post.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre cómo prepararse para las inundaciones.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Justin Maxwell, PhD, climatologist, department of geography, Indiana University Bloomington; Tom Knutson, senior scientist, Geophysical Fluid Dynamics Laboratory, National Oceanic and Atmospheric Administration, Princeton, N.J.; Washington Post, Sept. 29, 2021; Proceedings of the National Academy of Sciences, Oct. 12, 2021

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