¿La próxima gran vacuna contra la COVID será inhalada?

DAgostino
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Study co-researcher Michael D'Agostino demonstrates inhaled vaccine. Photo: McMaster University

MARTES, 15 de febrero de 2022 (HealthDay News) -- La inyección quizá pronto sea reemplazada por una inhalación como vía de administración de una dosis de una vacuna contra la COVID-19.

Algunos expertos creen que una vacuna inhalada podría ser un movimiento de jaque en la partida de ajedrez del mundo contra la COVID-19.

Plantean que unas vacunas inhaladas no solo podrían administrar una protección más efectiva, sino que lo podrían hacer con una dosis más baja, y por tanto lograr que las vacunas estén disponibles para más personas alrededor del planeta.

"Dirigir las vacunas a áreas anatómicas específicas del cuerpo donde la inmunidad tiene la mayor importancia podría proveer una protección más durable y amplia que las vacunas inyectables, cuando se trata de virus respiratorios", señaló el Dr. Amesh Adalja, experto sénior del Centro de Seguridad de la Salud Johns Hopkins, en Baltimore.

Una vacuna contra la COVID-19 inhalada, recién desarrollada, acaba de salir en Canadá, donde investigadores de la Universidad de McMaster completaron un estudio de laboratorio que muestra que su nueva vacuna era segura en ratones y que produjo una respuesta inmunitaria robusta.

Ahora, los investigadores pasarán su nueva vacuna a un ensayo clínico en fase 1, para ver si mejora la inmunidad en adultos sanos que ya hayan recibido dos dosis inyectadas de una vacuna de ARNm contra la COVID.

Los investigadores canadienses administran su vacuna a través de un nebulizador, un dispositivo que convierte un líquido en un aerosol que se inhala a través de la boca hasta la profundidad de los pulmones.

"Sabemos que cuando estimulamos la inmunidad en el pulmón, las cualidades de esa inmunidad son intrínsecamente distintas que los tipos de respuestas que estimulamos cuando inyectamos la vacuna a alguien de la forma típica, en el músculo", comentó el autor coprincipal del estudio, Matthew Miller, profesor asociado del Instituto de Investigación en Enfermedades Infecciosas Michael G. DeGroote de la Universidad de McMaster.

La vacuna inhalada es más potente

Las vacunas inyectadas en el brazo han resultado efectivas, pero producen una respuesta inmunitaria que tiene que circular por todo el cuerpo antes de que los anticuerpos terminen en la nariz y los pulmones, el lugar donde se desea la protección más potente contra un virus respiratorio como la COVID-19, apuntó Miller.

La respuesta provocada por una vacuna inhalada "es mucho más potente, porque recluta a las células que en esencia viven en el pulmón y que esperan a la exposición al patógeno, en este caso el SARS-CoV-2. Estas células no se encuentran cuando administramos las vacunas por vía intramuscular", aclaró Miller.

Las vacunas inhaladas también tienen más probabilidades de fomentar una respuesta inmunitaria en las partes más profundas de los pulmones, donde la COVID-19 puede provocar el mayor daño, añadió Miller.

Esta efectividad ofrece otro beneficio, además de la protección personal: no hay que usar tanta cantidad de la vacuna para obtener la misma respuesta.

"Al enfocar esa respuesta inmunitaria en los pulmones, podemos usar mucha menos vacuna, y de cualquier forma rinde mucho más", aseguró Miller. "Durante esta pandemia, experimentamos una escasez global de disponibilidad de las vacunas. Contar con este efecto que ahorra dosis significa que podríamos producir cientos de veces más vacunas, o vacunar a cientos de veces más personas en el mismo tiempo con la misma cantidad de material".

Las vacunas inhaladas también serían "muy ventajosas" para promover la vacunación contra la COVID-19 en todo el mundo, aseguró Adalja, "ya que liberan a las vacunas de las agujas y las jeringuillas, que pueden ser difíciles de obtener en ciertos lugares con pocos recursos, además de abrir la vacunación a los individuos que les tienen fobia a las agujas".

No se debe pasar por alto una vacuna para las personas con fobia a las agujas, comentó el Dr. Corey Casper,

"En las encuestas, un 20 por ciento de los individuos que no se han vacunado afirman que se vacunarían si no fuera administrada mediante una inyección. No es una fracción pequeñas, y debemos enfocarnos en esto", dijo Casper.

Miller y sus colaboradores no son los únicos que están investigando los beneficios de una vacuna inhalada.

Bharat Biotech, una firma india, desarrolló una vacuna contra la COVID-19 que se administraría como un aerosol en la nariz. La compañía recibió la aprobación en enero para comenzar ensayos clínicos en fase 3 en humanos.

Los virus respiratorios son la mejor correspondencia para una administración nasal y pulmonar de vacunas

Y un grupo investigadores de la Universidad de Yale publicó hace poco un estudio con ratones de laboratorio que mostró que una vacuna en aerosol nasal contra la COVID-19 podría fomentar a las células inmunitarias de memoria y a los anticuerpos en la nariz y la garganta. El estudio aparece en bioRxiv, un sitio preimpresión para la ciencia puntera que todavía no ha sido revisada por profesionales.

"Mejorar las plataformas de vacunación actuales para proveer una inmunidad en la mucosa es importante para frenar la pandemia actual, y sin duda será importante para luchar contra la próxima", escribió el equipo de la Yale.

Pero los investigadores de la McMaster piensan que su vacuna ofrece un beneficio añadido: promueve una respuesta de anticuerpos contra tres partes distintas del coronavirus de la COVID, lo que hace que sea más probable que la inmunidad sea más duradera que con las vacunas actuales, que solo se dirigen a la proteína de pico del coronavirus.

"Aunque dirigirse a la proteína de pico tenía mucho sentido en la primera generación de vacunas, el método era inherentemente limitado porque este virus seguiría evolucionando. La proteína de pico iba a mutar, y era inevitable que hubiera que actualizar a estas vacunas", observó Miller.

La vacuna canadiense se dirige a la proteína de pico, que es la parte del virus que lo ayuda a infectar a las células. Pero también produce una respuesta inmunitaria contra partes del virus que protegen a su genética y lo ayudan a replicarse, unos objetivos que están bien ocultos en el virus hasta después de que infecta a la célula, y que por tanto es menos probable que muten para protegerse de una vacuna, apuntó Miller.

Miller apuntó que su equipo está trabajando para que su vacuna inhalada se apruebe de forma acelerada, quizá en un plazo de dos años.

"Sí pienso que las vacunas inhaladas serán la próxima gran innovación en el diseño de las vacunas, y que tienen el potencial de realmente mejorar la protección que las vacunas ofrecen contra los patógenos respiratorios, incluso de cosas como la influenza, para las cuales nuestras vacunas estacionales actuales son mucho menos que óptimas en términos de la efectividad promedio de las vacunas que vemos cada año", aseguró Miller.

La investigación de la vacuna de la McMaster se publicó en la edición en línea del 8 de febrero de la revista Cell.

Otros equipos de investigación no planifican parar con la COVID.

Casper dijo que las vacunas inhaladas tienen mucho sentido para otras infecciones respiratorias, entre ellas la influenza, el VSR y la tuberculosis.

"La principal causa de muerte infecciosa de todo el mundo sigue siendo la tuberculosis, que no es demasiado común en Estados Unidos, pero más personas mueren de tuberculosis que de cualquier otra enfermedad infecciosa del planeta", añadió Casper. "Hay evidencias muy buenas que sugieren que las vacunas inhaladas, ya sea en los pulmones o en la nariz, serían altamente efectivas contra la tuberculosis".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre las vacunas contra la COVID-19.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Amesh Adalja, MD, senior scholar, Johns Hopkins Center for Health Security, Baltimore; Matthew Miller, PhD, associate professor, McMaster University's Michael G. DeGroote Institute for Infectious Disease Research, Ontario, Canada; Corey Casper, MD, MPH, CEO, Infectious Disease Research Institute, Seattle; Cell, Feb. 8, 2022, online

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