El autismo y el TDAH aumentan las probabilidades de una muerte precoz

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JUEVES, 17 de febrero de 2022 (HealthDay News) -- Los jóvenes con autismo o trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen un riesgo más alto de morir pronto por una variedad de causas, sugiere una nueva revisión de la investigación.

Los investigadores encontraron que, antes de la mediana edad, las personas con autismo se enfrentan a unas tasas más altas de lo usual de muerte por causas tanto "naturales", como la enfermedad cardiaca, como "no naturales", por ejemplo los accidentes de coche y el suicidio.

Por otra parte, las causas no naturales parecen explicar el riesgo más alto de muerte precoz entre las personas con TDAH.

Los hallazgos provienen de un análisis de 27 estudios publicados. Aunque los datos no son nuevos, la revisión los reúne a todos y ofrece un panorama consistente: las personas con autismo o TDAH mueren jóvenes con demasiado frecuencia, por causas prevenibles.

Los expertos describieron los hallazgos como un toque de atención.

"No podemos prevenir todas las causas del suicidio. No podemos prevenir todos los ahogamientos", lamentó Alicia Halladay, directora científica de la Autism Science Foundation. "Pero algunas de estas muertes son prevenibles".

Halladay, que no participó en la investigación, enfatizó que nadie está culpando a los padres.

"Veo esto como una llamada a la acción para la comunidad, lo que incluye a los proveedores de atención", apuntó.

Un editorial que se publicó junto con el informe se hizo eco de esta idea. Ambos aparecen en la edición en línea del 14 de febrero de la revista JAMA Pediatrics.

"La conclusión no es sutil ni tiene matices, sino que es clara, directa y aleccionadora", escriben los psicólogos Russell Barkley, de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia, y Geraldine Dawson, de la Universidad de Duke.

Hay que hacer más, plantearon, para resolver los motivos de que los jóvenes con autismo o TDAH se enfrenten a unos riesgos más altos de muerte. Estos motivos abarcan desde unas afecciones de salud mental coexistentes, por ejemplo la ansiedad, hasta una falta de implicación social y el abuso de sustancias, las alteraciones del sueño, la mala dieta y la obesidad.

Hace mucho que se reconoce que los jóvenes con autismo tienen un riesgo más alto de ciertas causas de muerte. Estas incluyen a los accidentes, por ejemplo ser chocado por un coche o ahogarse. (Con frecuencia, el agua atrae a los niños con autismo, anotó Halladay). Unas convulsiones letales son otra causa común, ya que las personas con un autismo más grave con frecuencia sufren de epilepsia.

Pero es solo en los últimos años que unos grandes estudios poblacionales han indagado en la variedad de causas naturales y no naturales de muerte entre las personas con autismo o TDAH, según Ferrán Catalá López, investigador principal del nuevo análisis.

Por ejemplo, un estudio sueco de 2016 observó a más de 27,000 personas con autismo y a 2.7 millones de personas que no tenían el trastorno. En promedio, las que tenían autismo murieron 16 años antes, y tuvieron un aumento en los riesgos de morir de causas que incluían a la enfermedad cardiaca, el cáncer y el suicidio.

Entre las personas con un autismo leve, la tasa de suicidio fue casi 10 veces más alta que la de la población general.

El nuevo análisis reunió ese estudio con otros 26, en que participaron un total de 642,000 personas. Una docena de estudios dieron seguimiento a estos individuos hasta la adultez temprana.

Halladay anotó que la calidad de los estudios varió. "Pero la realidad es que todos mostraron un patrón constante", señaló.

En promedio, las personas con autismo o TDAH tenían una tasa de mortalidad que era de más del doble que la de la población general. Entre los que tenían autismo, hubo aumentos en los riesgos de las causas naturales, como el cáncer y la enfermedad respiratoria, además de causas externas, como los accidentes y los suicidios.

En los jóvenes con TDAH, solo las causas externas eran más frecuentes que el promedio.

Tanto el autismo como el TDAH implican problemas con el control de los impulsos, y una "mala autorregulación" en general, escriben Barkley y Dawson. Y las personas que sufren de cualquiera de las dos afecciones tienen unas tasas más altas de problemas de salud, entre ellas la obesidad, los trastornos de la alimentación, el abuso de sustancias, los trastornos del sueño y un estilo de vida sedentario.

Su atención de la salud también podría ser deficiente, apuntó Halladay. Por ejemplo, las personas con autismo quizá no toleren que les saquen sangre u otros procedimientos médicos, lo que podría retrasar el diagnóstico.

En cuanto a los padres, una comunicación continua con los proveedores de atención de la salud y de servicios sociales del niño es clave, según Catalá López, científico del Instituto de Salud Carlos III en Madrid, España.

Sugirió hablar sobre las señales de advertencia de que su hijo pudiera estar sufriendo problemas de salud mental o física, la prevención de los accidentes y cualquier otra preocupación.

Nadie dice que sea fácil. Cuando un niño tiene autismo, "mantenga la vigilancia" es el mantra, según Halladay, que tiene un hijo con el trastorno.

"Pienso que los padres de niños con autismo tienen que estar alertas toda la vida", concluyó.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre el autismo.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Ferrán Catalá-López, PhD, scientist, National School of Public Health and Network Center for Biomedical Research in Mental Health, Institute of Health Carlos III, Madrid, Spain; Alycia Halladay, PhD, chief science officer, Autism Science Foundation, Scarsdale, N.Y.; JAMA Pediatrics, Feb. 14, 2022, online

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