Los confinamientos están poniendo a las personas con trastornos de la alimentación en crisis

Los confinamientos están poniendo a las personas con trastornos de la alimentación en crisis

VIERNES, 19 de marzo de 2021 (HealthDay News) -- En el Centro de Recuperación de la Alimentación, que ofrece tratamiento y servicios para las personas que tienen trastornos de la alimentación, los programas ambulatorios intensivos y de hospitalización parcial se cambiaron a un formato virtual cuando comenzó la pandemia.

Pero esto no resulto muy bueno para las personas que estaban esforzándose por recuperarse.

"Nuestros pacientes nos dijeron que podíamos hacer esto. Que no era suficiente para darles respaldo", señaló Ellen Astrachan-Fletcher, especialista certificada en trastornos de la alimentación y directora clínica regional del Centro de Recuperación de la Alimentación, en Chicago. "En un plazo de una semana, volvimos a ofrecer la hospitalización parcial en el centro, porque nos dimos cuenta de que el riesgo de que no recibieran suficiente tratamiento en el centro era peor que el riesgo de que salieran en público".

Entre los que se enfrentan al miedo, el aislamiento y la pérdida durante la pandemia, hay personas que experimentan trastornos de la alimentación, como anorexia, bulimia y los trastornos de comida, según una investigación reciente de la Universidad de Anglia Ruskin, en Cambridge, Inglaterra.

"Está bien documentado que las personas con trastornos de la alimentación controlan su ingesta de comida de forma negativa, porque sienten que tienen un control sobre esa conducta y que hay otras áreas de sus vidas que no controlan", señaló el autor del estudio, Mark Trott, investigador doctoral de la Universidad de Anglia Ruskin.

Los investigadores de la universidad reconectaron con los participantes de un estudio sobre la dismorfia corporal, la adicción al ejercicio y los trastornos de la alimentación de 2019, para averiguar cómo las restricciones por la COVID-19 en 2020 podrían haber afectado a sus trastornos de la alimentación. Los 319 participantes eran miembros de gimnasios, y tenían una edad promedio de 37 años.

Los participantes respondieron a preguntas en respuesta a afirmaciones, entre las que se encontraban: 'Estoy aterrorizado de tener sobrepeso', 'Siento el impulso de vomitar después de comer' y 'Me siento extremadamente culpable tras comer', que forman parte de un cuestionario sobre las actitudes alimentarias, llamado EAT-23.

Las puntuaciones en el EAT-23 aumentaron de forma significativa en 2020, después de los confinamientos, en comparación con 2019. Esto sugirió unos niveles más altos de conductas de la alimentación como la anorexia y la bulimia, según los autores del estudio.

Los hallazgos se publicaron en la edición de abril de la revista Psychiatry Research.

El aislamiento social puede exacerbar a los trastornos de la alimentación

En Reino Unido, los confinamientos significaban que solo se permitían los desplazamientos a unas distancias específicas desde el hogar. "Y este es un estrés muy nuevo, un estrés mental muy nuevo para el cuerpo", aseguró Trott. "Lo que se ha mostrado en el pasado es que ese estrés, sin importa cuál sea su forma, conlleva unos mecanismos de afrontamiento que implican a la comida".

Aunque algunas acciones empeoraron, otras mejoraron. El estudio encontró una reducción en los síntomas de adicción al ejercicio después del confinamiento, aunque los niveles de ejercicio individual aumentaron de 6.5 horas por semana en 2019 a 7.5 horas por semana después del confinamiento en 2020. El aumento podría deberse a que las personas estaban ansiosas por volver a las rutinas de ejercicio después del confinamiento, sugirió Trott.

Trott dijo que los investigadores no podían estar seguros de que la pandemia fuera responsable del aumento en las conductas de trastornos de la alimentación.

"Creo que estamos muy lejos de una vida normal", apuntó Trott. "Creo que podría volver a la normalidad para ciertas personas. Pienso que, para otras, quizá no. Todos afrontamos las cosas de distintas formas, y para algunos, es algo que se queda".

Astrachan-Fletcher apuntó que los trastornos de la alimentación pueden prosperar en un ambiente en que una persona está socialmente aislada durante un periodo extenso. Es más difícil detectar las señales de advertencia de forma virtual.

Anotó que el trastorno dismórfico corporal fue un problema que, según encontró el estudio, no cambió durante la pandemia.

Esto podría deberse a que las personas no experimentan el mismo número de oportunidades para la comparación social de sus cuerpos. La comparación social es un factor contribuyente importante a la dismorfia corporal, explicó.

El regreso a situaciones donde hay una mayor ansiedad y comparación sociales podría contribuir a que estos problemas aumenten, planteó Astrachan-Fletcher.

"Estar aisladas durante un año, y lo he visto en muchas personas, puede conducir a una ansiedad incluso mayor sobre salir de casa, aunque sea 'más seguro' salir por las vacunas", señaló Astrachan-Fletcher. "Creo sin duda alguna que a medida que comencemos a abrir, veremos a personas que tendrán dificultades con esto, con unas crecientes tasas de ansiedad y depresión".

La vuelta a la vida 'normal' podría ser difícil

No se conocen las causas de los trastornos de la alimentación. Astrachan-Fletcher apuntó que hay una predisposición biológica, un componente psicológico y un componente sociológico.

"Sabemos que, sin duda, la pubertad contribuye, y que a veces la predisposición biológica se activa en el periodo de la pubertad", dijo Astrachan-Fletcher. "¿Sabemos qué provoca exactamente los trastornos de la alimentación? Es algo multifacético. Eso es exactamente lo que sabemos".

Aunque las personas echan mucho en falta sus sistemas de respaldo, también se han acostumbrado a estar más aislados y a que no las vean físicamente, apuntó Ilene Fishman, una trabajadora social en un consultorio privado de la ciudad de Nueva York especializada en trastornos de la alimentación. Fishman también es fundadora de la Asociación Nacional de los Trastornos de la Alimentación (National Eating Disorders Association, NEDA).

"No es sorprendente que nos enteremos de que los trastornos de la alimentación hayan empeorado para las personas durante la COVID", aseguró Fishman. "Las personas están teniendo más dificultades durante la COVID no solo con los trastornos de la alimentación, sino con los problemas de la salud mental en general".

Durante la pandemia, las personas han experimentado una alteración en sus horarios y sistemas de respaldo fiables, advirtió Fishman. Hay menos conexión presencial, lo que incluye el tratamiento con psicoterapia. La inseguridad alimentaria durante la pandemia también podría estar siendo un desencadenante para las personas con trastornos de la alimentación, añadió Fishman.

Con frecuencia, cuando las personas tienen trastornos de la alimentación, sus vidas se hacen más estrechas, dijo Fishman. No son igual de sociales. No salen a comer con los demás. Ponen excusas para evitar la socialización. Estas pueden ser señales de advertencia, al igual que las señales de depresión y ansiedad, planteó.

Un resultado positivo es que, ahora, todo el mundo habla más de la salud mental, apuntó Fishman, lo que podría reducir el estigma que rodea a los problemas de la salud mental.

"Creo que es algo positivo, porque si se normaliza más, habrá menos estigma", dijo Fishman. "Estas dificultades son reales, y son legítimas, y las personas están sufriendo, así que, con algo de suerte, habrá menos estigma".

Más información

Comuníquese con la línea de asistencia de la Asociación Nacional de los Trastornos de la Alimentación en el 1-800-931-2237. En una situación de crisis, envíe un mensaje de texto a la NEDA al 741741. El Instituto Nacional de la Salud Mental de EE. UU. ofrece más información sobre los trastornos de la alimentación.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Mike Trott, PhD candidate and research assistant, Anglia Ruskin University, Cambridge, England; Ellen Astrachan-Fletcher, PhD, regional clinical director, Midwest, Eating Recovery Center, Chicago; Ilene Fishman, LCSW, co-founder/executive board member, National Eating Disorders Association, and psychotherapy practitioner, New York City; Psychiatry Research, April 2021

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