Un estudio encuentra una creciente aceptación de la vacuna contra la COVID entre los trabajadores de la salud de EE. UU.

Un estudio encuentra una creciente aceptación de la vacuna contra la COVID entre los trabajadores de la salud de EE. UU.

MARTES, 23 de marzo de 2021 (HealthDay News) -- Los trabajadores de la atención de la salud se mostraron tan preocupados como todo el mundo cuando las vacunas contra la COVID-19 estaban a punto de ser aprobadas en Estados Unidos, y muchos se mostraron renuentes a vacunarse a principios de diciembre, revela un estudio reciente.

Pero esa renuencia se redujo en las semanas siguientes, a medida que los empleados de los sistemas de salud aprendieron más sobre los datos de seguridad y eficacia de los ensayos clínicos de las vacunas, informan los investigadores.

Una encuesta de empleados del Sistema de Salud Geisinger, en Pensilvania, reveló que apenas alrededor de un 55 por ciento pensaban ponerse la vacuna contra la COVID-19 cuando estuviera disponible.

Pero esa cifra aumentó de forma constante a lo largo del mes, mientras unos eventos de vacunación de alto perfil propagaron la información sobre la seguridad y la efectividad de la vacuna, muestran los resultados de la encuesta.

Por ejemplo, la renuencia ante la vacuna se redujo de forma marcada después de que un comité asesor independiente de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. publicara datos que respaldaban la autorización de uso de emergencia otorgada por la agencia a la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer.

"Cuando se habla sobre la cantidad de datos que en realidad reunimos, y la cantidad de información que tenemos sobre la seguridad y la eficacia, hace que la gente sienta más confianza en esa vacuna, y que esté mucho más dispuesta a recibir esa vacuna", señaló Terri Rebmann, profesora de epidemiología y bioestadísticas del Colegio de Salud Pública y Justicia Social de la Universidad de San Luis.

A finales de diciembre, más de un 80 por ciento de los empleados dijeron que sí tenían la intención de ponerse la vacuna contra la COVID-19, informaron los investigadores. Alrededor de un 67 por ciento habían recibido al menos una dosis el 18 de febrero de 2021, según el equipo dirigido por Michelle Meyer, del Centro de Bioética Traslacional y Políticas de la Atención de la Salud del Geisinger.

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 23 de marzo de la revista JAMA Network Open.

La renuencia se observó primero en los centros médicos

La experiencia del Geisinger es muy similar a la del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, aseguró el Dr. William Schaffner, profesor de enfermedades infecciosas del hospital, en Nashville.

"Una vez más, han documentado que los trabajadores de la atención de la salud son personas, como todas las demás", aseguró Schaffner sobre el nuevo estudio. "Tienen las mismas inquietudes, la misma renuencia, abordan las cosas de forma muy similar, a pesar del hecho de que nuestros centros médicos han atendido a muchos de estos pacientes con COVID enfermos de gravedad y habíamos desarrollado cierto nivel de orgullo sobre lo bien que los atendimos".

Los funcionarios de la Vanderbilt habían oído que podría haber mucha renuencia entre los trabajadores de los hospitales, y unas encuestas "rápidas e informales" realizadas antes de la aprobación de la vacuna "descubrieron que de hecho había mucha renuencia entre nuestros médicos y otros miembros del personal del centro médico", apuntó Schaffner.

Las encuestas del Geisinger revelaron que los principales motivos de la renuencia a las vacunas eran:

  • Los riesgos desconocidos de la vacuna y la falta de datos.
  • Los efectos secundarios conocidos de la vacuna, como dolor de cabeza y fatiga.
  • El deseo de esperar a ver qué pasaba.
  • Una falta de confianza en el proceso acelerado de la FDA.

"A primera vista, los primeros problemas observados [en la Vanderbilt] eran exactamente iguales que en el trabajo del [Geisinger]", dijo Schaffner. "A las personas les preocupan los riesgos de la vacuna, la seguridad, y muchas deseaban esperar a ver como funcionaría el despliegue de las vacunas".

La velocidad a la que se desarrollaron, evaluaron y aprobaron las vacunas contra la COVID-19 fue revolucionaria e impresionante, pero también hizo pensar a muchas personas, apuntó Schaffner.

"El nombre en sí, Operación Velocidad de la Luz, hizo que la gente desconfiara. No las tranquilizó ni les hizo sentir un triunfo", aseguró Schaffner.

Dos grupos de empleados de la Vanderbilt, en particular, se mostraban muy renuentes a vacunarse, señaló Schaffner: los miembros de las minorías étnicas, y las mujeres jóvenes preocupadas por los efectos de la vacuna en su salud reproductiva.

Los esfuerzos de difusión funcionaron

Para convencer a las personas de que la vacuna era segura, la Vanderbilt reclutó a personas de esos mismos segmentos de la población del hospital para que realizaran difusión. Por ejemplo, pidió a los miembros de la facultad negros que hablaran a favor de la vacuna con otros miembros en su comunidad.

"Tuvimos que pedir a las mujeres de la facultad, sobre todo a las de medicina materna y fetal, que hicieran videos y sesiones presenciales de preguntas y respuestas, y comenzamos a tener éxito al convencer a esas personas", dijo Schafner. "Hay muchas mujeres jóvenes en edad reproductiva que son trabajadoras de la atención de la salud. No es un grupo insignificante".

Llevar modelos de rol a hablar a grupos específicos de personas renuentes a las vacunas podría ayudar a lograr la aceptación de la vacuna contra la COVID-19 entre los miembros del público general, planteó Rebmann.

"Entonces es más probable que se observe la adopción de la vacuna entre esos individuos cuando ven que sus [modelos de rol] estuvieron dispuestos a recibir la vacuna", añadió, y anotó que los expertos médicos o los líderes de eso grupos podrían ayudar a correr la voz.

Otros grupos también han comenzado a confiar más en las vacunas contra la COVID-19.

El Centro Nacional de Vivienda Asistida acaba de anunciar que, entre diciembre y marzo, la disposición del personal de atención a largo plazo a recibir la vacuna aumentó en un 94 por ciento, mientras que los planes de rehusar la vacuna se redujeron en un 41 por ciento. Más de tres de cada cinco miembros del personal de atención están dispuestos ahora a vacunarse.

El Centro Médico Vanderbilt ha vacunado ya a más de un 80 por ciento de su personal, gracias a estas iniciativas, aseguró Schaffner.

"Cuando se introduce algo nuevo (un virus nuevo, la primera vez en poblaciones humanas, el desarrollo rápido de una vacuna con nuevas tecnologías), habrá mucha gente que haga preguntas, algo que es muy sensato", planteó Schaffner. "Pero se puede llegar a ellas. Se les puede informar. Y algo incluso más importante que informarles, se les puede consolar y calmar".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre las vacunas contra la COVID-19.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Terri Rebmann, PhD, RN, professor, epidemiology and biostatistics, Saint Louis University College for Public Health & Social Justice; William Schaffner, MD, professor, infectious diseases, Vanderbilt University Medical Center, Nashville, Tenn.; JAMA Network Open, March 23, 2021, online

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