Es menos probable que los estadounidenses negros e hispanos reciban RCP de los transeúntes

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LUNES, 28 de marzo de 2022 (HealthDay News) -- Si usted se derrumba en un lugar público por un paro cardiaco, tiene bastantes más probabilidades de recibir reanimación cardiopulmonar (RCP) que salva vidas si es blanco, en lugar de negro o hispano, encuentra un estudio reciente.

Los individuos negros e hispanos que sufren paros cardiacos fuera del hospital de los que otras personas son testigos son menos propensos a recibir RCP de los transeúntes que las personas blancas, ya sea que el paro cardiaco suceda en casa o en un lugar público, descubrieron los investigadores.

"En EE. UU., cada año ocurren unos 350,000 paros cardiacos fuera del hospital. A través de informes anteriores, me enteré de que hay unas disparidades significativas en la supervivencia a esta afección en las comunidades negras e hispanas", señaló el Dr. Raúl Ángel García, autor principal del estudio y miembro en entrenamiento del Instituto Cardiaco del Centro de EE. UU. Saint Luke, en Kansas City, Missouri. "Esta disparidad me pareció algo desconcertante, pero al mismo tiempo comprenderla mejor es importante".

No es un ataque cardiaco

El paro cardiaco es la pérdida repentina de la función del corazón, con frecuencia porque el sistema eléctrico del corazón ha funcionado mal, según la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA). No es un ataque cardiaco, y puede resultar letal si no se toman las medidas adecuadas de inmediato.

Los investigadores habían planteado la hipótesis de que las disparidades raciales en la RCP serían más pequeñas en los lugares públicos, pero encontraron que no es cierto, comentó el coautor del estudio, el Dr. Paul Chan, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Ciudad de Kansas de la Universidad de Missouri.

"No comprendemos por qué estas disparidades no solo persistieron en los lugares públicos, sino que parecieron ser incluso más grandes. La especulación es que podría haber algún tipo de prejuicio, ya sea explícito o implícito", dijo Chan. "Y lo que nos sorprendió fue que esto no solo sucedía en las comunidades blancas, sino también en las comunidades negras e hispanas".

Si una persona blanca sufría un paro cardiaco en una comunidad donde más del 50 por ciento de los residentes eran negros o hispanos, seguía teniendo muchas más probabilidades de recibir RCP de un transeúnte que un individuo negro o hispano, explicó Chan. Esto fue constante independientemente de si la comunidad era sobre todo blanca, una comunidad integrada, o una comunidad con mayoría negra o hispana, apuntó.

Para estudiar el tema, los investigadores analizaron 110,000 paros cardiacos que tuvieron a transeúntes como testigos, que ocurrieron en ámbitos no hospitalarios entre 2013 y 2019.

Los investigadores encontraron que los negros y los hispanos tenían un 41 por ciento menos de probabilidades de recibir RCP en los lugares públicos, y un 26 por ciento menos de probabilidades de recibir esta atención en casa, en comparación con los blancos.

En los lugares públicos, los individuos negros e hispanos recibieron RCP un 46 por ciento de las veces, y los individuos blancos la recibieron un 60 por ciento de las veces. En el hogar, apenas un 39 por ciento de las personas negras e hispanas recibieron RCP, frente a un 47 por ciento de las personas blancas.

¿No hay suficiente entrenamiento?

Tener menos acceso al entrenamiento en RCP o a operadores de emergencias que puedan comunicarse en un idioma aparte del inglés podría ayudar a explicar algunas de las disparidades en la administración de la RCP en el hogar, planteó Chan.

Una solución quizá sea pensar de forma creativa sobre cómo ofrecer una educación en RCP de bajo costo a las poblaciones vulnerables que quizá históricamente no hayan tenido acceso al entrenamiento, sugirieron los autores.

Revisar los materiales de entrenamiento también podría ayudar, dijo Chan. Por ejemplo, los videos de entrenamiento podría incluir situaciones en que los transeúntes o una persona que experimente un paro cardiaco sean personas de color. Los maniquís que se utilizan para el entrenamiento también podrían tener la piel de colores más diversos.

"Esto es lo primero que debemos hacer", enfatizó Chan. "También debemos realizar un esfuerzo de verdad agresivo para ofrecer entrenamiento en RCP a los transeúntes de forma gratuita en las comunidades negras e hispanas".

Si una comunidad tiene una gran población que habla un idioma específico, por ejemplo de nigerianos o cubanos, quizá ayude si hay operadores disponibles que también hablen esos idiomas, sugirió García. Esto permitiría a alguien en casa o en un lugar público proveer una RCP guiada en una crisis, sin el idioma como barrera.

"Lamentablemente, no tenemos muchos datos que puedan capturar, para todo el país, cuál es el éxito de la RCP asistida por operadores", comentó García.

Llamó a una mejor monitorización de los datos para estudios posteriores.

Los investigadores también anotaron que las tasas generales de RCP eran bajas en todos los grupos raciales.

La Dra. Gina Lundberg es cardióloga en Atlanta, y miembro del grupo de trabajo sobre las disparidades en la atención del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology).

Expresó sorpresa ante los resultados del estudio, incluso las disparidades entre los que experimentan paros cardiacos en casa. Garantizar que las comunidades negras e hispanas reciban más acceso al entrenamiento y a las oportunidades para practicar las habilidades de RCP podría ayudar, sugirió.

A veces las personas no se sienten cómodas al iniciar la RCP, explicó Lundberg, porque no están seguras de que no le harán daño a alguien, al no saber con qué tanta fuerza presionar o qué tan rápido hacerlo.

"Este es un lugar para comenzar", dijo Lundberg, que no participó en el estudio.

Otro punto de partida podría ser imitar un programa en Georgia, en que se requiere que todos los estudiantes de último año de secundaria aprendan RCP antes de graduarse, sugirió Lundberg.

Unos minutos pueden hacer una inmensa diferencia para alguien que ha sufrido un paro cardiaco. La RCP mantiene a la sangre en circulación en el cerebro, el corazón y los órganos vitales, hasta que alguien que pueda usar un DEA o un desfibrilador, explicó Lundberg.

"La RCP es un puente hasta que llegue el tratamiento real. La mayoría de las personas no se recuperan si solo reciben RCP. Necesitan el shock eléctrico que se administra con un DEA o un desfibrilador", añadió Lundberg.

Los hallazgos se presentarán el domingo en la reunión anual del Colegio Americano de Cardiología, en Washington, D.C. Los hallazgos presentados en las reuniones médicas deben considerarse preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Más información

La Asociación Americana del Corazón ofrece más información sobre la RCP.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Raul Angel Garcia, DO, fellow in training, Saint Luke's Mid America Heart Institute, Kansas City, Mo.; Paul S. Chan, MD, professor, medicine, University of Missouri-Kansas City School of Medicine and Saint Luke's Mid America Heart Institute, Kansas City, Mo.; Gina Lundberg, MD, cardiologist and member, American College of Cardiology Prevention of Cardiovascular Disease Council's Disparities of Care work group and associate professor, medicine, Emory University School of Medicine, Atlanta, Ga.; American College of Cardiology annual meeting, Washington, D.C., April 3, 2022

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