El alucinógeno de los 'hongos mágicos' es igual de bueno que los antidepresivos, según un estudio

El alucinógeno de los 'hongos mágicos' es igual de bueno que los antidepresivos, según un estudio

JUEVES, 15 de abril de 2021 (HealthDay News) -- El ingrediente mágico de los "hongos mágicos" podría ser al menos igual de efectivo que los medicamentos estándar para la depresión, sugiere un ensayo clínico inicial.

El estudio de 59 pacientes con depresión mayor evaluó al antidepresivo escitalopram (Lexapro) en comparación con la psilocibina, que es la sustancia psicodélica de los hongos alucinógenos.

A lo largo de seis semanas, pareció que apenas dos dosis de psilocibina fueron al menos igual de efectivas que las pastillas de escitalopram a diario. Ambas se administraron junto con consejería psicológica.

Los pacientes que recibieron cualquiera de los dos tratamientos tuvieron un grado similar de mejora en las puntuaciones de una escala de la depresión.

Pero a los pacientes que tomaron psilocibina en realidad les fue mejor según otras medidas. A las seis semanas, el doble habían entrado en remisión, en comparación con el grupo del antidepresivo.

Los investigadores calificaron a los hallazgos de "alentadores", pero enfatizaron que se necesita más trabajo para averiguar cuál podría ser el rol de la psilocibina como terapia para la depresión.

También desaconsejan a las personas que se automediquen con hongos mágicos.

"Creemos con firmeza que la terapia con psilocibina solo funciona como un tratamiento combinado", señaló el investigador principal, Robin Carhart-Harris, director del Centro de Investigación Psicodélica del Colegio Imperial de Londres, en Reino Unido. "No es lo mismo si solo toma la droga y no recibe una psicoterapia profesional a la vez".

Él y sus colaboradores reportaron sus hallazgos en la edición del 15 de abril de la revista New England Journal of Medicine.

Hace mucho que se han usado hongos mágicos de forma recreativa como alucinógenos, lo que significa que alteran las percepciones de los personas sobre lo que las rodea, así como sus pensamientos y sentimientos. Esto puede acabar de mala forma, por ejemplo si las personas creen equivocadamente que pueden volar.

La investigación médica de los psicodélicos como la psilocibina y el LSD comenzó en los años 50, y se detuvo, como todos saben, después de que su uso recreativo se disparara en la "contracultura" de los años 60.

Pero en años recientes ha vuelto a renovarse el interés por la terapia con psilocibina. En Estados Unidos, investigadores de instituciones como la Universidad de Nueva York, la Universidad de California y la Universidad Johns Hopkins están estudiando la terapia asistida con psilocibina para los trastornos de la alimentación, la adicción y la depresión.

Matthew Johnson es director asociado del Centro de Investigación Psicodélica y de la Conciencia Johns Hopkins, en Baltimore.

En su investigación, Johnson y sus colaboradores encontraron que una dosis de psilocibina, en combinación con la terapia psicológica, producía unas reducciones "muy grandes" y duraderas en los síntomas de depresión y ansiedad de los pacientes con cáncer.

Johnson dijo que los investigadores "comprenden muy bien" el impacto inmediato de la psilocibina en el cerebro. Sus efectos psicodélicos provienen de la estimulación de unos receptores particulares de la serotonina, un compuesto que ayuda a regular el estado de ánimo.

Los antidepresivos comunes, entre ellos el escitalopram, funcionan al aumentar la actividad de la serotonina en el cerebro. Pero esos fármacos se deben tomar cada día, apuntó Johnson.

Lo que no está claro, dijo, es por qué la psilocibina tiene unos efectos tan duraderos en los síntomas de depresión.

A nivel amplio, se cree que el psicodélico facilita el componente de psicoterapia del tratamiento contra la depresión. "Pero necesitamos más estudios para de verdad averiguarlo", dijo Johnson.

El ensayo de Carhart-Harris y su equipo incluyó a 59 pacientes con depresión, la mayoría en un rango de moderada a grave, que se asignaron al azar a uno de dos grupos. En uno, los pacientes recibieron dos dosis de psilocibina, administradas en un intervalo de tres semanas bajo la orientación de un profesional de la salud mental. También tomaron pastillas placebo (inactivas) cada día en casa.

El otro grupo tomó cápsulas de escitalopram cada día, y recibió un placebo en lugar de la psilocibina durante las visitas al consultorio.

Todos los pacientes recibieron consejería psicológica.

Tras seis semanas, los dos grupos mostraron unas reducciones similares en sus puntuaciones promedio en una medida de los síntomas de depresión. Pero, en otros aspectos, al grupo de psilocibina le fue mejor. A las seis semanas, un 57 por ciento tenían unas puntuaciones de depresión tan bajas que se consideró que estaban en remisión. Esto es en comparación con un 28 por ciento de los pacientes que tomaron el antidepresivo.

También mostraron unas mayores mejoras en las medidas de bienestar general, funcionamiento social y la "capacidad de sentir placer", dijo Carhart-Harris.

En cuanto a los efectos secundarios, dijo, la psilocibina "parece ser favorable". Lo más frecuente fue que los pacientes tuvieran un dolor de cabeza en un plazo de 24 horas tras la dosis.

Con el escitalopram, los problemas más comunes fueron el dolor de cabeza, las náuseas y la fatiga.

"Lo mejor de los psicodélicos es que los efectos secundarios ocurren ese día, cuando los pacientes están bajo nuestro cuidado", señaló.

Se mostró de acuerdo en que las personas con depresión no deben intentar autotratarse, porque el componente de la consejería es clave, y porque los hongos conllevan riesgos.

"Algunas personas tienen unas malas experiencia y se hacen daño", advirtió Johnson.

Se necesitan más estudios para averiguar con qué frecuencia y durante cuánto tiempo los pacientes podrían necesitar la psilocibina para gestionar la depresión, según Johnson.

Pero tanto él como Carhart-Harris dijeron que podían prever que el psicodélico sea una alternativa a los antidepresivos estándar para las personas interesadas.

"No será para todo el mundo", aseguró Johnson. "Pero queremos más opciones para la depresión, no menos".

Más información

La Alianza Nacional Sobre Enfermedades Mentales (National Alliance on Mental Illness) ofrece más información sobre el tratamiento para la depresión.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Robin Carhart-Harris, PhD, head, Centre for Psychedelic Research, Imperial College London, United Kingdom; Matthew Johnson, PhD, professor, psychiatry, and associate director, Center for Psychedelic and Consciousness Research, Johns Hopkins University School of Medicine, Baltimore; New England Journal of Medicine, April 15, 2021

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