Los que más se resisten a vacunarse contra la COVID: los hombres republicanos

man senior beer drinking
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MIÉRCOLES, 21 de abril de 2021 (HealthDay News) -- Ted Nugent, un declarado negacionista de la pandemia, anunció esta semana que había tenido un resultado positivo de la COVID-19, tras 10 días de síntomas tan graves que a veces "apenas podía salir arrastrándome de la cama".

Pero a pesar de su enfermedad, el roquero republicano de Michigan sigue sintiendo escepticismo ante las vacunas contra la COVID.

"No he recibido la vacuna, porque todo el mundo sabe lo que contiene", dijo Nugent en una publicación de Facebook Live en que anunció su diagnóstico. "En realidad, algunas personas saben lo que contiene, y si no pueden responder de forma honesta a la pregunta de qué contiene exactamente, ¿entonces por qué la están probando con seres humanos y obligando a las personas a ponérsela en un periodo tan corto?".

Más o menos la mitad de los hombres republicanos están de acuerdo con Nugent. En las encuestas, hasta un 49 por ciento afirman que no van a vacunarse.

Los estadounidenses necesitan que al menos algunos de estos hombres cambien de opinión y se vacunen, si el país va en algún momento a alcanzar la inmunidad grupal y recuperar cierto sentido de la normalidad, señalaron los expertos en salud pública.

"Son importantísimos. Si queremos que un 80 por ciento de los adultos se vacunen, los necesitamos", dijo el Dr. William Schaffner, profesor de enfermedades infecciosas del Centro Médico Vanderbilt en Nashville, Tennessee. "Y, por supuesto, influyen en sus familias y comunidades, de forma que esto va más allá de las cifras individuales".

Por tanto, convencer a estos hombres es uno de los muchos problemas relacionados con la pandemia a los que se enfrenta el país. ¿Cómo se puede lograr?

La renuencia ante las vacunas no es algo que se limite a los republicanos o a los hombres, afirmó el Dr. Paul Offit, director del Centro de Educación en Vacunas del Hospital Pediátrico de Filadelfia.

La gente "aficionada a la granola" y a todo lo natural también se puede oponer a la vacuna, porque dicen que "no van a poner en su cuerpo nada que no sea un producto de la naturaleza", anotó Offit.

Al contrario, los escépticos sobre las vacunas con inclinación a la derecha en general comparten una "idea libertaria de que el gobierno no debe intervenir", dijo.

"'Haré lo que sea mejor para mi familia y para mí y yo mismo me educaré y no necesito que el gobierno me diga qué hacer. Quiero libertad'. Creo que esta idea es el núcleo", apuntó Offit. "Son las palabras que se escuchan".

La experiencia es la maestra

Aun así, los expertos tienen la esperanza de que las vacunas establezcan un historial de seguridad y efectividad en el mundo real, y que a medida que más personas enfermen con la COVID, esos escépticos en ambos extremos del espectro político se vean convencidos por los hechos en el terreno.

"A medida que más personas, trágicamente, tengan más experiencia con la enfermedad, ya sea en ellos mismos o un ser querido o un vecino, se convierte en algo más real para ellos", comentó el Dr. Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Americana de Salud Pública (American Public Health Association). "Ya no se trata de una discusión teórica o política".

La clave para persuadir a los hombres republicanos quizá sea tan sencilla como apelar a su naturaleza de librepensadores y a su sentido del deber patriótico, sin avergonzarlos por el escepticismo que hayan sentido sobre la COVID en el pasado, planteó Schaffner.

"Hay que darles una forma de salvar las apariencias", dijo.

Apelar a la naturaleza escéptica de los oponentes al ofrecerles solo los datos podría ser una forma de permitirles cambiar de opinión sin exponerlos al ridículo, indicó Benjamin.

"No quieren que nadie los manipule. Quieren los hechos", aseguró. "Y creo que si seguimos dándoles los hechos de una manera neutral y de naturaleza médica, y dejamos que piensen sobre ellos, es más probable que se convenzan".

De esta forma, es un cambio positivo de opinión en lugar de una capitulación, dijo Schaffner.

"Puede salir de su posición en contra porque puede decir que era algo del pasado, que ahora es distinto. De esa forma, puede salvar las apariencias", apuntó Schaffner. "No hay que decir que estaba equivocado. Ha sido reflexivo. Ha sido analítico. Ha tenido cuidado. Y ahora está convencido de que son seguras y efectivas".

Los líderes empresariales, el clero, y los políticos estatales y locales también podrían ayudar en el esfuerzo al declararse firmemente a favor de la vacunación, porque esas personas siguen teniendo cierto grado de credibilidad entre los republicanos, añadió Schaffner.

Se imagina a su senador republicano en Tennessee, Bill Lee, anunciando que "quiero que nuestro estado sea el estado mejor vacunado del país. Necesito que todos los adultos se vacunen, sin duda alguna, y estos son los motivos".

Entonces, Lee se dirigiría a esta toma de decisiones individual e independiente, se imagina Schaffner, y diría que "lo más responsable que puede hacer es vacunarse para protegerse usted mismo, a su familia y a su comunidad. Así es como yo defino la responsabilidad'", planteó Schaffner.

Es difícil llegar a los intransigentes

Pero esos esfuerzos deben ser locales, aclararon los expertos. En este momento, la política federal se ha vuelto tan ponzoñosa que las palabras de cualquier político nacional (republicano o demócrata) se recibirán con hostilidad y desafío, advirtieron.

Incluso los líderes locales respetados deben estas preparados para recibir críticas, dijo Schaffner, y este es el motivo de que una mayor cantidad no hayan hablado a favor de la vacunación.

"No quieren enajenar a sus partidarios, ya sean feligreses, clientes o votantes", dijo. "Pero el liderazgo consiste en convencer a las personas de que hagan lo correcto. Es parte del trabajo".

Incluso con todo esto, a Offit le preocupa que algunos hombres republicanos ya hayan pasado de sentir escepticismo ante las vacunas a un cinismo en toda regla. Esas personas podrían estar más allá de la lógica o la razón, y convencerlas quizá sea imposible.

"Son conspiracionistas. No creen en nada de lo que les han dicho. Creen que la gente les está mintiendo", lamentó Offit. "Si alguien llega a una conclusión que no se basa en la razón o la lógica, ni la razón ni la lógica lo convencerán".

Quizá se necesiten medidas como los pasaportes de vacunación para obligar a esas personas intransigentes a vacunarse, concurrieron los expertos.

Es probable que estas medidas no se implementen de forma punitiva para obligar a las personas a vacunarse, sino que se desarrollarán como resultado de la presión social cuando las vacunas se generalicen.

"Cuando una proporción significativa del público se haya vacunado, las personas no querrán enfermarse porque alguien se les siente al lado, ya sea en un avión o en el cine o en otro lugar", dijo Benjamin. "Si la mayor parte del país está vacunada pero algunas personas no, perderán libertades personales, porque la sociedad no lo tolerará".

Offit se mostró de acuerdo en que la presión por vacunarse seguirá en aumento en los próximos meses y años.

"Es un virus de las mucosas. Pasará mucho tiempo antes de que eliminemos a este virus", apuntó. "En los próximos años habrá dos opciones: vacunarse o infectarse".

Incluso si se implementan los mejores esfuerzos para convencer a los escépticos, Benjamin advierte que los estadounidenses deben estar preparados para la continuación de los brotes de COVID en lugares aislados del país donde las personas se hayan negado por completo a vacunarse, de forma similar a los brotes de sarampión y tos ferina que atacan de forma regular a las comunidades que se resisten a las vacunas.

"Podemos llegar a la inmunidad grupal de forma que les digamos a las personas que no tienen que usar máscaras, en general, y que las cosas se acerquen a la normalidad, pero debemos anticipar que habrá brotes y en las comunidades de personas sin vacunar", concluyó Benjamin.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre las vacunas contra la COVID-19.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: William Schaffner, MD, professor, Preventive Medicine, and Division of Infectious Diseases, Vanderbilt Medical Center, Nashville, Tenn.; Paul Offit, MD, director, Vaccine Education Center, Children's Hospital of Philadelphia; Georges Benjamin, MD, executive director, American Public Health Association, Washington, D.C.

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