¿Por qué se alargan los tiempos de espera en emergencias para los niños con una crisis de salud mental?

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MARTES, 6 de abril de 2021 (HealthDay News) -- Los niños estadounidenses con una crisis de salud mental suelen esperar durante horas en la sala de emergencias para recibir ayuda, un problema que ha empeorado con el paso del tiempo, encuentra un estudio reciente.

Los investigadores hallaron que, entre 2005 y 2015, las estancias prolongadas en las salas de emergencias se volvieron cada vez más comunes en los niños y adolescentes con la necesidad de ayuda de salud mental. En 2015, casi una cuarta parte de los niños pasaron al menos seis horas en la sala de emergencias, en comparación con un 16 por ciento hace una década.

Los expertos afirmaron que la situación probablemente refleja un problema de larga duración y que está empeorando: Estados Unidos dispone de muy pocos proveedores de salud mental para los niños.

"La demanda aplasta a la oferta", afirmó el Dr. Ken Duckworth, director médico de la Alianza Nacional Sobre Enfermedades Mentales (National Alliance on Mental Illness), una organización sin fines de lucro en Arlington, Virginia.

Duckworth, que no participó en el estudio, calificó los hallazgos como importantes y dijo que corroboran la "crisis" a la que se enfrenta el país en cuanto a la fuerza laboral de la salud mental.

Y la escasez de proveedores va más allá de las zonas rurales y los barrios marginados, donde puede escasear todo tipo de atención médica.

"Es un problema generalizado", dijo la Dra. Jennifer Hoffmann, una de las investigadoras del estudio y médica de emergencias del Hospital Pediátrico Lurie, en Chicago.

Hoffmann afirmó que, si bien el periodo del estudio fue hasta 2015, la pandemia de la COVID-19 ha aumentado la demanda de los servicios de salud mental pediátricos. En su hospital, el porcentaje de visitas a emergencias por problemas de salud mental se ha duplicado desde el inicio de la pandemia.

Los niños con una crisis de salud mental pueden acabar en la sala de emergencias por diferentes motivos, dijo Hoffmann. A veces son suicidas o se han autolesionado de forma intencionada. A veces tienen ataques de pánico o un problema conductual grave. A veces ellos o sus padres no tienen otro lugar donde acudir para recibir ayuda de salud mental.

Las visitas prolongadas a las emergencias, que en algunos casos superan las 12 horas, están estrechamente relacionadas con la oferta de proveedores, confirmaron Hoffmann y Duckworth.

Los estudios muestran que solo alrededor del 10 por ciento de ese tiempo se dedica a una evaluación médica real, dijo Hoffmann. La mayor parte de las estancias en las salas de emergencias se usa para encontrar una atención de seguimiento adecuada para el niño, ya sea una cama si es necesario un ingreso en el hospital, o una cita ambulatoria de salud mental.

"Se puede tardar dos semanas en conseguir una cita, algo que simplemente no es práctico para estos niños", afirmó Hoffmann.

Cuando no se ha podido encontrar una cita con un especialista, los proveedores de atención primaria han llenado el vacío, señaló.

Los hallazgos, publicados el 5 de abril en la revista Pediatrics, se basan en la información de una encuesta federal de EE. UU. que rastrea las visitas a emergencias en todo el país. Los investigadores analizaron casi 150 millones de visitas de niños de entre 6 y 17 años de 2005 a 2015. Más de 7 millones fueron por razones de salud mental.

Durante ese periodo, las visitas a las salas de emergencias fueron más largas para los niños con necesidades de salud mental que para los niños con diagnósticos estrictamente físicos. Mientras tanto, las estancias prolongadas por afecciones de salud mental fueron cada vez más comunes y no se dio tal cambio para las afecciones físicas.

En 2015, casi el 13 por ciento de las estancias en las salas de emergencias por motivos de salud mental se prolongaron durante 12 horas o más. Esa cifra supuso un aumento con respecto al 5 por ciento en 2005.

Los niños hispanos fueron especialmente vulnerables a esas estancias maratonianas, con el triple de riesgo al que se enfrentaban los niños blancos.

No está claro por qué, pero podrían intervenir algunos obstáculos familiares. Las familias hispanas pueden vivir en zonas con una carencia particular de servicios de salud mental, mientras que las barreras del idioma pueden dificultar encontrar a un proveedor.

Los investigadores no encontraron ninguna relación entre el tipo de seguro que tenía una familia (privado o Medicaid) y la duración de la estancia en la sala de emergencias.

La atención de la salud mental pediátrica es cara, y un reembolso inferior a lo óptimo por esos servicios es parte del problema, según los investigadores.

Medicaid, el programa gubernamental para los estadounidenses con ingresos bajos, cubre la atención de la salud mental. Pero los detalles varían de un estado a otro, señaló Hoffmann.

Es fundamental conseguir la atención básica a los niños antes de que sufran una crisis. Hoffmann dijo que la extensión de la cobertura del seguro a los servicios de "telesalud" podría ayudar, así como una mayor inversión en los servicios de salud mental en las escuelas.

Duckworth afirmó que el problema principal es que se debe expandir la fuerza laboral profesional. Esto no solo incluye a los psiquiatras pediátricos, que necesitan 12 años de formación y capacitación, sino también a los enfermeros especializados, los trabajadores sociales y otros proveedores formados en la atención de la salud mental.

Los padres que estén preocupados por la salud mental de sus hijos pueden consultar a su pediatra, concluyó Hoffmann.

También, los animó a hablar abiertamente con sus hijos para asegurarles que tienen un lugar donde acudir.

En general, señaló Hoffmann, a los niños tiende a irles mejor cuando se les limita el tiempo ante las pantallas, duermen lo suficiente y realizan actividad física.

Más información

La Alianza Nacional Sobre Enfermedades Mentales ofrece más información sobre la salud mental de los adolescentes.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Jennifer Hoffmann, MD, pediatric emergency physician, Ann & Robert H. Lurie Children's Hospital of Chicago, and assistant professor, pediatrics, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; Ken Duckworth, MD, chief medical officer, National Alliance on Mental Illness, Arlington, Va.; Pediatrics , April 5, 2021, online

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