Un exceso de televisión podría embotar el cerebro que envejece

prolonged sitting
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VIERNES, 21 de mayo de 2021 (HealthDay News) -- Mamá siempre decía que un exceso de televisión era malo el cerebro, y como con muchas otras cosas, parece que tenía razón.

Las personas de mediana edad que recurren de forma regular a la televisión para entretenerse parecen tener un riesgo más alto de deterioro en el razonamiento y la memoria en un momento posterior de la vida, sugieren tres nuevos estudios.

Los investigadores encontraron que incluso unos niveles moderados de uso de la televisión se asociaban con un peor rendimiento en pruebas cognitivas a medida que las personas envejecían. Las que veían televisión con regularidad también experimentaban una mayor atrofia cerebral.

Los investigadores no pudieron determinar si la televisión en sí es responsable directa de este deterioro en el cerebro, o si se trata de la cantidad de tiempo de sedentarismo en el sofá que las personas acumulan mientras ven la tele.

"No creo que sea necesariamente el acto de ver televisión en sí que sea tan malo para la salud del cerebro, pero quizá sea una medida indirecta de la conducta sedentaria", señaló Priya Palta, profesora asistente de ciencias médicas y epidemiología del Colegio Vagelos de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York. Palta es una de las investigadoras principales de uno de los estudios.

Los tres estudios se presentaron de forma virtual el jueves en la Conferencia de epidemiología, prevención, estilo de vida y salud cardiometabólica de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association). Los hallazgos presentados en reuniones médicas se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.

Tiene sentido que una conducta sedentaria prolongada pudiera al final dañar a la potencia cerebral de las personas, según el presidente de la Asociación Americana del Corazón, el Dr. Mitch Elkind, jefe de la División de Investigación en Resultados Clínicos Neurológicos y Ciencias de la Población del Departamento de Neurología de la Universidad de Columbia.

"Sin duda, me parece cierto que tanto la conducta sedentaria como las cosas que conlleva, como la obesidad y la hipertensión y la diabetes, pudieran conducir a una acumulación gradual de lesión cerebral a lo largo del tiempo", apuntó Elkind. "Los vasos sanguíneos también suplen al cerebro, y las enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos pueden conducir a problemas del cerebro, como el deterioro cognitivo e incluso la demencia".

Dos de los estudios se enfocaron en los participantes del estudio de Riesgo de aterosclerosis en las comunidades (ARIC), una iniciativa de investigación a largo plazo dirigida a los efectos de salud del endurecimiento de las arterias.

Más tiempo frente a la televisión, menos materia gris

El estudio de Palta contó con casi 6,500 participantes, que tendían a ver más o menos la misma cantidad de televisión a lo largo de un periodo de más o menos seis años, de mediados de los 1980 a mediados de los 1990.

Las personas se ubicaron en tres grupos (las que no veían televisión nunca o casi nunca, las que veían televisión a veces, y las que veían televisión frecuente o muy frecuentemente), y se sometieron a una serie de pruebas del rendimiento cerebral a medida que envejecían, para rastrear los cambios en sus capacidades.

"Encontramos que, en comparación con los participantes que reportaron que veían muy poca televisión, los participantes que reportaron que veían unas cantidades moderadas o altas de televisión tenían un deterioro un 7 por ciento mayor en la función cognitiva, según su desempeño en las pruebas cognitivas a lo largo de 15 años", apuntó Palta.

Un segundo estudio, que también utilizó datos del ARIC, se enfocó en unas 970 personas con unos hábitos de uso de la televisión relativamente estables, que se sometieron a unos escáneres del cerebro para rastrear los cambios en su estructura cerebral.

Este equipo de investigación encontró que las personas que veían televisión a veces o con frecuencia tenían unos volúmenes más bajos de materia gris profunda más de una década después, lo que indica una mayor atrofia o deterioro del cerebro, señaló la investigadora principal, Kelley Pettee Gabriel, profesora de epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Alabama, en Birmingham.

La materia gris está implicada en el control de los músculos, la vista, el oído, la toma de decisiones y otras importantes funciones del cerebro. Mientras mayor es el volumen de la materia gris en el cerebro de una persona, mejor es su capacidad de recordar y razonar, en general.

El tercer estudio también se enfocó en la materia gris del cerebro, pero utilizó un conjunto de datos distintos, del estudio de Desarrollo del riesgo de la arteria coronaria en los adultos jóvenes, que fue a largo plazo.

Se preguntó a unas 600 personas el número promedio de horas que pasaban frente a la tele cada día durante visitas de seguimiento que ocurrieron cada cinco años, a lo largo de dos décadas.

Veinte años tras el inicio del estudio, los investigadores realizaron IRM del cerebro para evaluar cuánta materia gris seguía teniendo cada participante.

Este estudio también encontró que ver más televisión se asociaba con un volumen más bajo de materia gris en el cerebro a una edad posterior.

Por cada hora adicional de televisión que una persona veía, en promedio, perdía alrededor de un 0.5 por ciento de su materia gris, similar al nivel de deterioro cerebral en los adultos mayores, comentó el investigador principal, Ryan Dougherty, miembro postdoctoral del Departamento de Epidemiología de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

No es suficiente hacer ejercicio cuando no se está en el sofá

Tal vez esto tampoco sea algo que se pueda resolver al hacer ejercicio cuando no se está siendo sedentario.

En todos los estudios, los hábitos de actividad física y ejercicio de las personas no tuvieron ningún impacto en la asociación entre las horas que pasaban viendo televisión y su declive en la función cerebral y el volumen de la materia gris.

Estos hallazgos sugieren "que esta conducta sedentaria podría conferir un riesgo exclusivo respecto a la salud del cerebro y cognitiva", planteó Dougherty en un comunicado de prensa de la conferencia. "Se trata de un hallazgo importante, dado que ahora está bien establecido que la neurobiología de la demencia, lo que incluye la atrofia cerebral, comienza en la mediana edad. Es un periodo en que las conductas modificables, como ver televisión en exceso, se pueden abordar y reducir para fomentar un envejecimiento sano del cerebro".

"Incluso si sale a correr, es bueno y puede hacer sus 30 minutos al día de actividad física, pero si pasa el resto del tiempo sentado en el escritorio de una oficina y no se mueve para nada, quizá reste algunos de los beneficios del ejercicio", dijo Elkind. "En general, diría que mientras más se mueva, mejor. Intente hacer algo de actividad cada hora, aunque tenga que ponerse un recordatorio para hacerlo".

También hay probabilidades de que otras actividades sedentarias que estimulen más a la mente quizá no sean tan nocivas para la salud futura del cerebro.

"Ver televisión es lo que clasificaríamos como una conducta sedentaria cognitivamente pasiva, es decir, una conducta sedentaria que no requiere demasiada concentración ni pensamiento", indicó Palta. "Esto es en contraste con las conductas sedentarias mentalmente activas, como leer, que serían más estimulantes para la cognición o requerirían más trabajo cerebral".

Más información

Los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. ofrecen más información sobre los riesgos de salud de un estilo de vida sedentario.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Priya Palta, PhD, MHS, assistant professor, medical sciences and epidemiology, Columbia University Vagelos College of Physicians and Surgeons, New York City; Mitch Elkind, MD, chief, Division of Neurology Clinical Outcomes Research and Population Sciences, Department of Neurology, Columbia University, New York City; American Heart Association's Epidemiology, Prevention, Lifestyle and Cardiometabolic Health Conference, virtual presentations, May 20-21, 2021

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