¿Los especialistas en salud mental son con frecuencia una mejor opción para las llamadas al 911?

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LUNES, 13 de junio de 2022 (HealthDay News) -- El "radical" método de una ciudad estadounidense para gestionar las llamadas al 911 de bajo nivel, enviar profesionales de la salud mental en lugar de policías, quizá haya reducido el crimen, encuentra un nuevo estudio.

El estudio evaluó el programa STAR de Denver, que eliminó a la policía de la respuesta a llamadas selectas al 911: las que implicaban a una persona no violenta que sufría una crisis de salud mental o de abuso de sustancias.

En su lugar, el programa despachaba a un equipo de salud de dos personas, en general un proveedor de salud mental y un paramédico, que llegaban a la escena y ofrecían botellas de agua y calcetines cálidos. La meta era calmar la situación que hubiera provocado la llamada al 911, y entonces conectar a la persona con servicios sociales y de salud mental.

Un resultado, encontró el nuevo estudio, fue una reducción del 34 por ciento en los crímenes menos graves, por ejemplo la invasión de propiedad y la alteración del orden público, durante el periodo de prueba de seis meses del programa.

Hay un motivo obvio, apuntaron los investigadores: cuando la policía no responde a una llamada, no hay un arresto ni una citación.

Pero parece que también hubo una "reducción real" en los crímenes de bajo nivel, señaló el investigador Thomas Dee, profesor de la Facultad de Postgrados en Educación de la Universidad de Stanford.

Por un lado, apuntó, estas infracciones declinaron tanto durante el horario de funcionamiento del programa STAR como fuera del mismo. Esto sugiere que redujo las reincidencias, dijo Dee, quizá al dirigir a más personas en crisis a la ayuda que necesitaban.

"Otro importante hallazgo es que no observamos un aumento en los crímenes más graves", dijo Dee.

Esta ha sido una preocupación que se ha planteado respecto a un método no policíaco, anotó: si la policía no está, una situación no violenta podría empeorar.

"Pero no vimos ninguna evidencia de esto", enfatizó Dee.

El estudio, que se publicó en la edición del 8 de junio de la revista Science Advances, aparece en un momento en que un creciente número de ciudades de EE. UU. buscan alternativas para gestionar las llamadas al 911.

En general, los policías son los primeros socorristas que acuden a incidentes que implican a una persona que tiene una crisis de salud mental, por ejemplo un brote psicótico o un problema de abuso de sustancias. El resultado es que muchas personas acaban en la cárcel en lugar de recibir servicios sociales y de salud mental.

Algunas ciudades, entre ellas Denver, han entrenado a los policías en la forma de responder a las emergencias de salud mental, mientras que otras tienen proveedores de la salud mental que van con la policía a ciertas llamadas.

Los métodos como el programa STAR son "más radicales", comentó Dee, porque se aparta a la policía del todo de la respuesta inicial. Y ha habido poca investigación sobre los efectos de esta táctica, anotó.

En el estudio más reciente, Dee y su colega Jaymes Pyne analizaron los datos de seis meses antes y después del lanzamiento del programa STAR, en junio de 2020. Durante esa fase piloto de seis meses, el programa operó durante un horario limitado en ocho de los distritos policiales de la ciudad,

En general, encontró el estudio, esos distritos registraron casi 1,400 crímenes de bajo nivel menos durante el programa.

Dee indicó que también hubo evidencias de ahorros: el piloto de seis meses costó poco más de 208,000 dólares, lo que significó que cada infracción de bajo nivel evitada costó 151 dólares. Si cada una de ellas hubiera sido gestionada por el sistema de justicia criminal, los costos habrían sido cuatro veces más altos.

El estudio se enfocó en las estadísticas criminales. Pero Dee comentó que "dirigir a las personas a la atención de la salud, en lugar de al sistema de justicia crimina, es obviamente la opción humanitaria".

Hanna Wesolowski, directora de defensoría de la Alianza Nacional Sobre Enfermedades Mentales (National Alliance on Mental Illness), se mostró de acuerdo.

"Debemos asegurar que estas personas reciban ayuda en lugar de acabar en esposas", enfatizó Wesolowski, que no participó en el estudio.

Cuando la policía responde a una crisis de salud mental, señaló, la presencia de personas uniformadas y con armas puede en realidad empeorar la situación.

Unos equipos de salud mental que llegan con agua y mantas crean un ambiente distinto.

"Hacen preguntas: ¿Le duele la cabeza? ¿Cómo está durmiendo?", observó Wesolowski. "Conectan con la persona e intentan averiguar qué sucede".

Dee apuntó a otro factor: estos métodos son algo que las personas de todo el espectro político pueden apoyar, ya sea que apoyen "desfinanciar" a la policía o "respaldar a los azules".

Tal como están las cosas, aseguró Dee, los policías pasan gran parte de su tiempo respondiendo a llamadas relacionadas con la salud mental y el abuso de sustancias. Traspasar esas responsabilidades a los profesionales de la salud mental, planteó, permitiría a la policía enfocarse en la tarea para la que está entrenada: responder al crimen.

Wesolowski se mostró de acuerdo. "Vemos que la policía le da un fuerte respaldo a este método".

Todavía hay mucho trabajo por hacer para instaurar programas como estos en más ciudades de EE. UU. Y Dee apuntó que aunque los hallazgos de Denver son "emocionantes", el método no necesariamente funcionaría en todas las comunidades.

Wesolowski se mostró de acuerdo en que las ciudades, o los condados, que prueben programas similares tendrán que adaptarlos según sus necesidades y recursos. Anotó que hay que dar formación a los operadores del 911, por no mencionar a los profesionales de la salud mental para que trabajen como socorristas, y a las organizaciones comunitarias para enviar a las personas a obtener ayuda.

Pero añadió que los hallazgos de Denver ofrecen "datos convincentes" sobre los beneficios potenciales.

Desde el periodo piloto, Denver ha expandido rápidamente el programa STAR. La ciudad asignó casi 4 millones de dólares en su presupuesto de 2022 para ampliar el alcance del programa, según el Denver Post.

Más información

La Alianza Nacional Sobre Enfermedades Mentales ofrece más información sobre cómo responder a las crisis de salud mental.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Thomas Dee, PhD, Barnett Family Professor, Stanford Graduate School of Education, and senior fellow, Stanford Institute for Economic Policy Research, Stanford, Calif.; Hannah Wesolowski, MPA, chief advocacy officer, National Alliance on Mental Illness, Arlington, Va.; Science Advances, June 8, 2022, online

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