Pronto habrá unos potentes antivirales nuevos contra la COVID

fever sick COVID
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LUNES, 4 de octubre de 2021 (HealthDay News) -- Las personas recién infectadas con la COVID-19 quizá tengan pronto acceso a lo que es, en esencia, un Tamiflu contra el nuevo coronavirus, un avance que según los expertos alteraría de forma drástica el curso de la pandemia actual.

Al menos tres aspirantes intentan convertirse en la primera pastilla antiviral que se dirige de manera específica a la COVID-19, según los informes de los fabricantes de los fármacos.

Una pastilla de este tipo podría ser recetada por el médico, y tomarse en casa mientras la persona se recupera, lo que potencialmente limitaría el impacto de una infección con la COVID en el cuerpo.

El antiviral de Merck & Co., molnupiravir, se ubicó en la delantera el viernes, cuando la compañía anunció que pediría la aprobación rápida para el uso de emergencia de su pastilla en EE. UU., después de que los ensayos clínicos mostraran que reducía a la mitad el riesgo de hospitalización o muerte por la COVID de los pacientes.

Pero otros dos candidatos están bien adelantados en los ensayos clínicos: uno de Pfizer Inc., y el otro de Roche y Atea Pharmaceuticals.

Si resultan seguros y efectivos, estos candidatos a fármacos podrían evitar que las personas infectadas con COVID tengan que ingresar al hospital, y prevenir que las personas que las rodean contraigan el coronavirus, señalaron los expertos.

"Todos son fármacos que de una forma u otra interfieren con la multiplicación del virus", comentó el Dr. William Schaffner, director médico de la National Foundation for Infectious Diseases, con sede en Bethesda, Maryland.

"Si una persona se expusiera al virus y ya tuviera el virus en el cuerpo, multiplicándose, y pudiéramos intervenir pronto con estos medicamentos que inhiben su multiplicación, es obvio que el virus no se puede propagar a otras partes del cuerpo, librando así a la persona de desarrollar la enfermedad o haciendo que su enfermedad sea más leve", señaló Schaffner. "También haría que fuera menos contagiosa para los demás".

Las personas que viven con un paciente con COVID también podrían obtener una receta para uno de estos antivirales, planteó Schaffner.

"Quizá pudiéramos administrar estos fármacos a los familiares expuestos y lograr que nunca desarrollen ninguna infección en lo absoluto", dijo Schaffner.

Los tratamientos existentes tienen defectos

Ya hay tratamientos antivirales disponibles para las personas con una COVID temprana, pero cada uno tiene defectos que limitan su utilidad.

Los médicos han estado utilizando el remdesivir, un medicamento que se desarrolló para tratar el ébola, para frenar el daño provocado por una infección con la COVID, pero su efectividad es limitada, apuntó el Dr. Amesh Adalja, experto sénior del Centro de Seguridad de la Salud Johns Hopkins.

"Lo que hemos visto hasta ahora es que los medicamentos como el remdesivir no son golpes definitivos, porque se les ha dado un nuevo propósito" distinto a los virus a los que se dirigían originalmente, dijo Adalja.

Los anticuerpos monoclonales también pueden atacar al virus a principios de la infección, pero "como se sabe, escasean y son bastante caros", apuntó Schaffner. "Tienen que administrarse por vía intravenosa o a través de una serie de inyecciones múltiples bajo la piel, y todo esto hace que las cosas sean más caras, y hay que acudir a las ubicaciones de tratamiento designadas".

Adalja observó que "lo que siempre hemos necesitados es un equivalente al Tamiflu para evitar que las personas ingresen en el hospital, para reducir las complicaciones, pero desarrollar antivirales toma tiempo porque son muy específicos a los virus que provocan la enfermedad". El Tamiflu (oseltamivir) se receta para la gripe, y reduce los síntomas gripales y el tiempo de recuperación.

El anuncio de Merck fue emocionante, en parte porque los resultados de los ensayos clínicos del molnupiravir fueron tan positivos que un comité independiente de monitorización de los datos recomendó parar el estudio pronto, para que la compañía pudiera buscar la autorización para el uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.

Los resultados iniciales de los ensayos en fase 3 mostraron que el molnupiravir redujo el riesgo de hospitalización o muerte por la COVID-19 en alrededor de un 50 por ciento.

Más o menos un 7 por ciento de los pacientes tratados con molnupiravir fueron hospitalizados o fallecieron en un plazo de un mes tras tomar el fármaco, en comparación con un 14 por ciento de los pacientes que recibieron un placebo. El análisis se basó en los datos de 775 pacientes que se inscribieron pronto en el ensayo.

Mantener a la gente en casa es prioritario

"Siempre hemos creído que los antivirales, sobre todo un antiviral oral, serían una contribución importante a la pandemia", declaró al Washington Post Daria Hazuda, vicepresidenta de enfermedades infecciosas y descubrimiento de vacunas de Merck. "Evitar que las personas tengan que ingresar en el hospital es increíblemente importante, dado el surgimiento de las variantes y la evolución continua del virus".

La noticia de Merck llega poco después del anuncio de Pfizer, a principios de la semana pasada, de que había entrado en ensayos clínicos en fase 2/3 de un antiviral contra la COVID, llamado PF-07321332.

El medicamento candidato de Pfizer se tomaría en combinación con el ritonavir, un antiviral para el VIH, para ver si puede evitar que la COVID se propague a los participantes sanos del ensayo que viven en el mismo hogar que alguien con una infección confirmada, indicó la compañía en una declaración.

El ensayo planifica inscribir a hasta 2,600 personas, que se asignarán al azar a recibir la pastilla o el placebo dos veces al día durante 5 a 10 días.

Mientras tanto, Roche y Atea Pharmaceuticals anunciaron unos resultados tempranos positivos de su propio antiviral experimental, el AT-527, a finales de junio.

Los datos iniciales de los ensayos en fase 2 mostraron que en dos días, la pastilla redujo la carga viral de los pacientes con COVID en un 80 por ciento, en promedio, en comparación con el placebo. Pero el análisis temprano solo implicó los datos de 62 pacientes de alto riesgo hospitalizados.

La pastilla de Roche-Atea al final eliminó la COVID por completo en alrededor de un 47 por ciento de los pacientes en un plazo de dos semanas. En comparación, un 22 por ciento de las personas que tomaron el placebo eliminaron la COVID en el mismo periodo.

Roche y Atea esperan anunciar más resultados de los ensayos en fase 2 y 3 en un momento posterior del año, señalaron las compañías.

La perspectiva de frenar la COVID en casa con una pastilla es causa de una celebración cauta, afirmó Schaffner.

"¿No es grandioso que haya al menos tres compañías distintas trabajando en tres fármacos distintos?", planteó Schaffner. "Es como las Olimpíadas. Queremos ver quién llega primero, pero nos gustaría que las tres tuvieran éxito".

Más información

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. ofrece más información sobre la las opciones de tratamiento para la COVID-19.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: William Schaffner, MD, medical director, National Foundation for Infectious Diseases, Bethesda, Md.; Amesh Adalja, MD, senior scholar, Johns Hopkins Center for Health Security, Baltimore, Md.; Washington Post

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