Muchos niños pequeños con autismo son expulsados de guarderías, según un estudio

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Alrededor del 16% de los niños en edad preescolar con autismo deben abandonar la guardería

La mayoría fueron expulsados debido a un comportamiento "agresivo"; otros debido a la incapacidad de prestar atención o seguir instrucciones

Los autores del estudio creen que los educadores necesitan una mejor capacitación sobre cómo detectar a los niños pequeños con autismo y cómo desarrollar mejores relaciones con ellos

MIÉRCOLES, 5 de abril de 2023 (HealthDay News) -- Alrededor de 1 de cada 6 niños en edad preescolar con autismo es expulsado de su programa de guardería, encuentra una investigación reciente.

En promedio, estos niños tienen unos 3 años cuando son expulsados.

Aunque sus padres quizá ya estén preocupados, muchos de estos niños "todavía no tienen un diagnóstico o etiqueta", apuntó la líder del estudio, Jan Blacher, que añadió que muchos maestros de preescolar no tienen el entrenamiento suficiente para reconocer las conductas que con frecuencia tipifican al autismo.

El resultado, según el nuevo estudio, es un círculo de comunicación fallida: los maestros y los administradores interpretan erróneamente las alteraciones y los problemas de comunicación que surgen del autismo como una señal de mala conducta en general. Los niños afectados reaccionan con una mayor frustración y ansiedad. El riesgo de berrinches aumenta, y el riesgo de expulsión crece.

"Sin duda los hallazgos nos sorprendieron", apuntó Blacher, profesora de investigación de la Facultad de Postgrados en Educación de la Universidad de California, en Riverside.

"No fue lo que nos propusimos estudiar", aclaró.

"Buscábamos examinar los factores que ayudaban a los niños pequeños autistas a hacer con éxito la transición hacia las clases generales, en kindergarten [y] en el primer curso", aclaró Blacher, y el enfoque se centró en alrededor de 200 niños de 4 a 7 años. Alrededor de un 81 por ciento eran chicos, más de la mitad eran blancos, y todos asistían al preescolar en áreas metropolitanas de la parte noreste y sur de California, antes de la pandemia de COVID-19.

Las entrevistas con los padres, además de la información de más de 170 maestros, revelaron "que la relación entre el estudiante y el maestro era clave para el éxito escolar actual y futuro", señaló.

Pero cuando se les preguntó sobre la experiencia preescolar anterior de sus hijos, los padres revelaron una alta "frecuencia de expulsión" de las guarderías, que equivalió a un 16 por ciento de los niños con autismo.

Casi 8 de cada 10 padres dijeron que su hijo había sido expulsado debido a problemas de conducta. Entre ellos, alrededor de un tercio fueron expulsados debido a una conducta "agresiva", que incluía gritar, morder, golpear o escupir, encontró el estudio.

Alrededor de un 10 por ciento fueron expulsados porque eran incapaces de prestar atención, sentarse quietos o seguir las indicaciones. Más o menos un 20 por ciento fueron expulsados por motivos sin definir, o debido a una combinación de conductas agresivas y problemas de atención. Una falta de control de los esfínteres también fue un factor.

Independientemente de la causa, Blacher advirtió que los "daños colaterales" son significativos.

Anotó que los padres de repente se ven obligados a encontrar una nueva escuela, lo que resulta estresante para los que trabajan fuera de casa. Y los niños podrían sentirse perplejos, porque son demasiado pequeños para comprender por qué no pueden volver a la escuela.

"Irónicamente, estos eran los niños más necesitados de interacción social [y] del ambiente rico en lenguaje del preescolar", enfatizó Blacher.

Ella y su coautora de la Universidad de Massachusetts, Abbey Eisenhower , dijeron que varias medidas podrían ser beneficiosas.

"Sentimos contundentemente que los educadores de la primera infancia, en particular en el sector privado, se beneficiarían de dos tipos de intervención: entrenamiento en prácticas de apoyo del autismo, lo que incluye cuándo enviar a los niños a una remisión, y [entrenamiento en] cómo desarrollar una relación más positiva y cálida con los niños pequeños autistas", planteó Blacher.

Este tipo de medida podría garantizar un paso sin problemas por los primeros cursos para estos jovencitos, aseguró.

Aunque los hallazgos sorprendieron a los investigadores, no les resultaron sorprendentes a Vijay Vasudevan.

"Las causas de las expulsiones son complejas y no se comprenden del todo", apuntó Vasudevan, director de ciencias de datos y evaluación de la investigación de Autism Speaks, en la ciudad de Nueva York.

Por ejemplo, anotó que cuando se pide a los padres que revisen las circunstancias del pasado, sus recuerdos podrían ser distintos que las anotaciones en los expedientes escolares.

En cuanto a cómo manejar el problema, Vasudevan aconsejó que los maestros, los administradores y los sistemas escolares se podrían entrenar mejor para trabajar con los niños que tienen autismo u otras discapacidades.

"Los niños que están en riesgo de ser expulsados deben recibir una evaluación del autismo", aconsejó Vasudevan. "Si son autistas, deben recibir unos servicios y un respaldo que les permitirían permanecer en la escuela con sus pares, y beneficiarse de la educación que la escuela provee".

Los hallazgos se publicaron en una edición reciente de la revista Exceptional Children.

Más información

Aprenda más sobre el autismo en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Jan Blacher, PhD, research professor, Graduate School of Education, University of California, Riverside; Vijay Vasudevan, PhD, director, data science and evaluation research, Autism Speaks, New York City; Exceptional Children, January 2023

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What This Means For You

Los padres de niños en riesgo deben buscar pruebas de detección de autismo, así como servicios de apoyo que les permitan permanecer en la escuela.

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