Unos ancianos reptiles ofrecen pistas sobre la longevidad humana

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Painted Turtle Photo: B. Reinke, Northeastern Illinois University

VIERNES, 24 de junio de 2022 (HealthDay News) -- Históricamente, no se ha registrado gran cosa sobre el envejecimiento de los anfibios y los reptiles, a menos que vivan en un zoológico.

Ahora, un equipo internacional de investigadores ha cambiado esta situación, con un estudio que recorrió el mundo.

El equipo de 114 científicos, dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania y la Universidad del Noroeste de Illinois, realizó el estudio más completo sobre el envejecimiento y la longevidad en animales de "sangre fría" hasta la fecha. Los investigadores recolectaron los datos de 107 poblaciones de 77 especies de reptiles y anfibios en estado salvaje, y al hacerlo se enteraron de nuevos detalles sobre cómo estas criaturas envejecen.

"Existen evidencias anecdóticas de que algunos reptiles y anfibios envejecen de forma muy lenta y tienes largas vidas, pero hasta ahora nadie en realidad lo ha estudiado a gran escala en varias especies en estado salvaje", señaló el autor sénior del estudio, David Miller, profesor asociado de ecología poblacional de la fauna de la Penn State, en University Park, Pensilvania.

"Si podemos comprender qué permite a algunos animales envejecer de forma más lenta, podemos comprender mejor el envejecimiento en los humanos, y también podemos orientar las estrategias de conservación para los reptiles y los anfibios, muchos de los cuales están amenazados o en peligro", dijo Miller en un comunicado de prensa de la Penn State.

El esfuerzo dio resultados. Por primera vez, los investigadores documentaron que las tortugas, los crocodilios y las salamandras tienen unas tasas de envejecimiento particularmente bajas y unas vidas largas para su tamaño.

Y, en al menos una especie en cada grupo de los animales de sangre fría, entre ellos las ranas, los sapos, los crocodilios y las tortugas, los animales no envejecían en lo absoluto a nivel biológico.

"Suena dramático decir que no envejecían en lo absoluto, pero básicamente sus probabilidades de morir no cambian una vez pasan la etapa reproductiva", comentó la primera autora del estudio, Beth Reinke, profesora asistente de biología de la Universidad del Noroeste de Illinois, en Chicago.

"Un envejecimiento insignificante significa que si las probabilidades de que un animal fallezca cuando tiene 10 años son de un 1 por ciento, si sigue vivo a los 100 años, sus probabilidades de fallecer siguen siendo de un 1 por ciento", explicó. "Como comparación, en las mujeres adultas de EE. UU., el riesgo de morir en un año es de alrededor de 1 en 2,500 a los 10 años, y de 1 en 24 a los 80 años. Cuando una especie exhibe una senescencia [deterioro] insignificante, el envejecimiento simplemente no ocurre".

La meta del estudio era analizar variaciones en el envejecimiento y la longevidad de los animales de sangre fría en estado salvaje, en comparación con los animales de sangre caliente. Los investigadores también buscaban explorar hipótesis anteriores relacionadas con el envejecimiento, lo que incluye la regulación de la temperatura, y la presencia o ausencia de unos rasgos físicos protectores.

Una hipótesis pasada sugería que los animales de sangre fría envejecen con una mayor lentitud que los de sangre caliente debido a la forma en que regulan sus temperaturas corporales y metabolismos.

"Por ejemplo, las personas tienden a pensar que los ratones envejecen con rapidez porque tienen unos metabolismos rápidos, mientras que las tortugas envejecen con lentitud porque tienen unos metabolismos lentos", indicó Miller.

En su lugar, el equipo de Miller encontró que las tasas de envejecimiento y la longitud de las vidas de los animales de sangre fría estaban tanto bien por encima como por debajo de las tasas de envejecimiento conocidas de los animales de sangre caliente de tamaños similares. Esto sugiere que la forma en que un animal regula su temperatura no determina su tasa de envejecimiento.

"No encontramos respaldo para la idea de que una tasa metabólica más lenta signifique que [los animales de sangre fría] envejecen con más lentitud", dijo Miller. "Esa relación solo fue cierta en las tortugas, lo que sugiere que las tortugas son únicas entre [los animales de sangre fría]".

Otra hipótesis, conocida como la hipótesis de los fenotipos protectores, sugiere que los animales con rasgos protectores, como armadura, púas, conchas o veneno envejecen con una mayor lentitud.

El equipo documentó que estos rasgos parecen permitir a los animales envejecer con una mayor lentitud o vivir mucho más tiempo para su tamaño.

"Quizá su morfología alterada con conchas duras provee protección y haya contribuido a la evolución de sus historias vitales, lo que incluye al envejecimiento insignificante, o falta de envejecimiento demográfico, y longevidad excepcional", planteó la autora cosénior del estudio, Anne Bronikowski, profesora de biología integral de la Estatal de Michigan.

Los hallazgos del estudio se publicaron en la edición del 23 de junio de la revista Science.

Más información

El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de EE. UU. ofrece más información sobre otro estudio del envejecimiento de los perros de compañía.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTE: Penn State, news release, June 23, 2022

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