Bomba de pecho ayuda a las señales de riesgo de cáncer

Técnica no invasiva encuentra pistas en el fluido del pezón

Martes 4 de diciembre (HealthDayNews) -- Una variación de la bomba que se usa para extraer leche del pecho podría ayudar a los doctores a determinar cuáles mujeres están en riesgo de cáncer de seno, al captar cambios de tejido indicativos que presagien la enfermedad mucho antes que aparezca.

Científicos en San Francisco informaron que la mujeres sin fluido alguno, y especialmente aquellas con células atípicas en las muestras, son más propensas a desarrollar cáncer de seno en los años procedentes. El fluido puede fácilmente recogerse con una bomba modificada parecida a la utilizada por las mujeres para extraer la leche, aunque no todas las mujeres producen líquido en los senos cuando no están lactando. Un informe sobre el estudio de la bomba aparece en la más reciente edición de "Journal of the National Center Institute".

"Creo que se necesita utilizar con precaución, pero lo bueno de esto es que es rápido, barato, bien tolerado, y es concebible que uno pueda realizarlo en la oficina del doctor", expresó Bruce Kimler, oncólogo radioterápico del Centro Médico de la Universidad de Kansas en Kansas City.

Kimler, co-autor de un editorial que sirve de suplemento al artículo de revista, indicó que el método no tiene el propósito de reemplazar la mamografía u otras herramientas de diagnóstico, sino más bien dar a los doctores un preámbulo a cuáles mujeres son más propensas a experimentar cambios cancerosos en el seno en un futuro relativamente cercano.

"Lo que estamos buscando es cierto estado, y ese estado se asocia con múltiples cambios que pudieran concluir en cáncer de seno", señaló.

La Asociación Americana del Cáncer proyecta que 192,000 mujeres serán diagnosticadas con cáncer de seno invasivo este año, y más de 40,000 morirán de la enfermedad.

Ya que la abrumadora mayoría de casos de cáncer de seno comienza en los conductos de leche del órgano, los oncólogos han intentado detectar señales tempranas de células desertoras en el fluido que limpia los canales. Aunque los cambios precancerosos aparecen bastante a tiempo, los tumores por lo general tardan aproximadamente una década en crecer lo suficientemente grandes para poder ser detectados por la mano o la mamografía, informaron los expertos.

El lavado de conductos es una técnica nueva para explorar el fluido del seno para las primeras advertencias del cáncer. Sin embargo, este método requiere anestesia local y una aguja para succionar el líquido y se recomienda actualmente sólo para mujeres en alto riesgo de tumores, por ejemplo, aquellas con un fuerte historial familiar de la enfermedad o quienes portan mutaciones genéticas BRCA.

Pero las bombas de pecho pueden también obtener el fluido del conducto. En un estudio previo, los científicos en la Universidad de California en San Francisco demostró que mujeres con varias formas de células atípicas en el fluido del pezón, o del material extraído de éste, recogidas de las bombas eran 2.5 y 4.9 veces más propensas a desarrollar cáncer de seno que las mujeres quienes no producían suficiente líquido para medir.

El más reciente trabajo, conducido por la epidemióloga de UCSF Margaret Wrensch, extiende ese estudio, que incluyó a más de 3,600 mujeres que no lactaban desde 1970. Esto añade resultados de otras 3,200 mujeres de quienes se tomaron las muestras de fluidos entre 1981 y 1991. Se dio seguimiento a ambos grupos a través de marzo de 1999.

Cuarenta por ciento de la mujeres en los dos grupos no bombearon la aspiración del pezón en tres intentos. Pero las que lo hicieron eran aproximadamente 50 por ciento más propensas a desarrollar cáncer de seno.

Lo que estaba en las muestras era aún más revelador. La presencia de células normales en el material extraído elevó el riesgo de cáncer en un 30 por ciento sobre quienes no produjeron fluido. Y si las células eran atípicas, las probabilidades de desarrollar cáncer de seno durante un seguimiento, que duró tanto como 27 años, eran del doble que para mujeres con pezones secos. Las mujeres con células atípicas en lo extraído eran aproximadamente 60 por ciento más propensas a desarrollar cáncer de seno que aquellas con células normales.

En general, 7.8 por ciento de las mujeres en el grupo original, y 3.5 por ciento de las adiciones tardías, tuvieron cáncer de seno para cuando el estudio concluyó. Unos números así de bajos indican por qué incluso una prueba de líquido positiva no debe precipitar más que las expectativas, indicó Kimler.

"Las células atípicas que se recojan en un fluido extraído no significa que haya algo adicional que saber", expresó.

Los científicos californianos admiten que la aspiración con agujas puede calcular una red más amplia de cambios en las células del seno que no se obtengan de los bombeos cuando las mujeres no secretan líquido. Por otro lado, indicaron, el método de la aguja es invasivo, más propenso a causar complicaciones, y es menos tratable para el uso masivo.

"Apoyamos fuertemente los esfuerzos de investigadores clínicos para encontrar aplicaciones para este procedimiento no invasivo, fácil de ejecutar", escribieron .

George Casale, un investigador de cáncer en el Instituto Epply en el Centro Médico de la Universidad de Nebraska en Omaha, está esperanzado en mejorar el análisis de la aspiración del pezón. Casale ha estado desarrollando una proteína clonada, llamada un anticuerpo, que tiene una reacción inmune a una forma de estrógeno en el fluido del seno. Se cree que la hormona desempeña una función importante en la formación de tipos de cáncer de seno esporádicos, en oposición con los heredados, que constituyen 95 por ciento de todos los tumores referidos.

"Si esto funciona de la forma en que espero que funcione, sería mucho más preciso que la mamografía", expuso Casale. Lo que es más, podría tener el poder de detectar el cáncer de seno en sus etapas tempranas, mientras que la mamografía sólo puede encontrar tumores que son lo suficientemente grandes para aparecer en los rayos X.

Qué hacer

Para encontrar más con respecto al cáncer de seno, visita el Instituto Nacional de Cáncer o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Para más sobre el lavado de conductos, visita la Universidad Johns Hopkins.

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