Informe plantea que los peligros de la TRH se han conocido durante décadas

Pero otros expertos alegan que los médicos no tenían suficiente información para entender los riesgos

JUEVES 11 de agosto (HealthDay News/HispaniCare) -- Un reciente informe arguye que el mundo no debió haber sido tomado por sorpresa por los resultados de la Women's Health Initiative, aquel estudio que sembró de dudas la seguridad de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) a largo plazo.

Insinuaciones, o quizá un poco más que simples insinuaciones, sobre los peligros de la TRH han sido del conocimiento de los expertos durante décadas, según arguyen los autores de un artículo publicado en la edición de agosto del Journal of Epidemiology and Community Health.

Los autores sugieren que fue una conspiración contra las usuarias femeninas lo que mantuvo esta información escondida.

"En conjunto, los laboratorios farmacéuticos, los médicos y los investigadores efectivamente se hicieron cómplices para promover la percepción de que la menopausia es una 'enfermedad de deficiencia' y que las mujeres necesitan un tratamiento a largo plazo con TRH para evitar enfermedades, pérdida de la libido y envejecimiento desagradable", escribieron los investigadores de Harvard.

Otros expertos, sin embargo, le encontraron defectos al artículo y aseguran que los científicos no pueden ver los hechos de hace cuatro décadas con el conocimiento y la experiencia que se adquirió apenas recientemente.

"No se puede mirar lo que paso en los sesenta con la mirada que tenemos ahora, a través de un microscopio de 2005. No es apropiado", sostuvo el Dr. Steven R. Goldstein, profesor de obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York de esa ciudad. "Cuando apareció la terapia de reemplazo hormonal, no se hacían ensayos doble ciego aleatorios controlados con placebo. Hemos avanzado mucho. Mucha gente diría que el tren de la TRH fue un buen ejemplo de por qué necesitamos ensayos clínicos aleatorios. Subraya el hecho de que la TRH es un asunto complicado con muchas ventajas y desventajas que necesita adecuarse a cada caso".

"Están centrándose en lo que pasó hace cuarenta años con la perspectiva de hoy", añadió el Dr. Jay Brooks, presidente de hematología y oncología de la Ochsner Clinic Foundation de Nueva Orleáns. "Es importante tratar de ver las cosas desde la perspectiva en que comenzaron".

A la autora principal, Nancy Krieger, profesora de sociedad, desarrollo humano y salud de la Facultad de Salud Pública de Harvard, no le parece que esto fuera un caso de "pura retrospectiva".

"Las preocupaciones sobre las hormonas utilizadas en la TRH aparecieron en los años treinta", relató. "¿Por qué se pasaron por alto? ¿Qué pudo haber llevado a que ciertas preguntas muy serias se hicieran?".

La TRH se había estado usando durante décadas como terapia preventiva hasta que los resultados de la Women's Health Initiative de 2002 hallaron mayor riesgo de cáncer y problemas cardiovasculares como resultado de ésta. El ensayo fue aleatorio, doble ciego y controlado por un placebo, lo que se considera el estándar dorado de la investigación clínica.

Esta pieza perspectiva, apenas la más reciente de una larga y confusa saga, evolucionó a partir de un simposio interdisciplinario de junio de 2004 sobre las hormonas, la mujer y el riesgo de cáncer realizado en el Instituto de Estudios Avanzados Radcliffe de Cambridge, Massachussets.

Los autores centraron su disertación en una pregunta: "¿Por qué durante cuatro décadas, desde mediados de los sesenta, se les prescribieron a las mujeres agentes farmacológicos fuertes que ya hacía tres décadas habían demostrado ser carcinogénicos?".

La respuesta complicada, como lo ven los autores, incluye una industria que no está siendo regulada firmemente, la supremacía del riesgo individual en lugar del colectivo y la "sexualización" de las hormonas por creencias antiguas de que las hormonas sexuales explican el comportamiento y la biología de hombres y mujeres.

La investigación socialmente responsable, concluyen, necesita mayor transparencia en la financiación, un registro público de todos los ensayos con fármacos y una reevaluación de la prevención actual en comparación con el riesgo futuro.

"Esto es cierto para mucho más que sólo la terapia de reemplazo hormonal. Eso cierto para cualquier fármaco", aseguró Krieger. "Se necesita más transparencia sobre cómo se realiza la financiación de la investigación y el entrenamiento médico. Necesitamos ser conscientes de que cuando administramos un fármaco, es muy posible que tenga más efectos de los que se desean, e incluso los deseados pueden ser muy complicados. La idea de suministrarle medicamentos fuertes a personas sanas que no necesitan curación tiene que ser vista de manera muy crítica".

Muchos expertos sostienen, sin embargo, que la TRH todavía tiene su lugar en la botica femenina.

"La idea de que algo es carcinogénico desde un punto de vista epidemiológico es muy distinta a la relación entre el riesgo y el beneficio que generalmente consideramos. El tamoxifen se considera carcinogénico y, sin embargo, es el medicamento contra el cáncer más recetado del mundo", comentó Goldstein. "Algunas pacientes inteligentes que se expresan muy bien me han dicho que no les importa que les dé cáncer de mama en diez años porque si no pueden sobrevivir el día de hoy y el de mañana y la semana entrante, no van a estar aquí en diez años".

Más información

Visite los National Institutes of Health para más información sobre la Women's Health Initiative y la terapia de reemplazo hormonal.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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