¿Resulta la soya nociva para las mujeres con cáncer de mama?

Un estudio plantea preguntas sobre el efecto de sus propiedades parecidas al estrógeno

JUEVES, 4 de septiembre de 2014 (HealthDay News) -- La proteína de soya podría aumentar la actividad en unos genes vinculados con el crecimiento del cáncer, al menos en ciertas mujeres que ya tienen la enfermedad, sugiere un estudio reciente.

Los expertos dijeron que los hallazgos, que aparecen en la edición del 4 de septiembre de la revista Journal of the National Cancer Institute, no deben hacer que las mujeres tengan miedo de comer tofu.

Pero para estar seguras, los investigadores sugirieron que las mujeres con cáncer de mama coman alimentos de soya solo con moderación y que eviten los complementos.

¿Y las mujeres que no tienen cáncer de mama? "Este estudio no nos dice nada sobre si la soya aumenta el riesgo de contraer cáncer de mama", dijo la investigadora, la Dra. Jacqueline Bromberg, especialista en cáncer de mama del Centro Oncológico Conmemorativo Sloan Kettering, en la ciudad de Nueva York.

La relación entre la soya y el cáncer de mama es compleja. Por un lado, en los países donde la soya es un alimento común, como en Japón, las mujeres que la consumen más tienden a tener un riesgo más bajo de cáncer de mama.

Por otro lado, la soya contiene fitoestrógenos, unos compuestos vegetales que tienen unas propiedades leves parecidas al estrógeno. Y la investigación en laboratorio ha hallado que esos compuestos de la soya podrían fomentar el crecimiento de los tumores de mama.

En el nuevo estudio, Bromberg y sus colaboradores asignaron al azar a 140 mujeres con un cáncer de mama en etapa temprana recién diagnosticado a uno de dos grupos. En uno, las mujeres tomaron un complemento de soya cada segundo día entre una y cuatro semanas. Las del otro grupo recibieron leche en polvo como comparación. Las mujeres eran premenopáusicas o acababan de pasar por la menopausia.

El complemento de soya, un polvo que se añadió a agua o a jugo, era el equivalente a alrededor de cuatro tazas de leche de soya al día, apuntó Bromberg. Las mujeres en el estudio lo usaron típicamente durante unas dos semanas.

Incluso en ese breve periodo, halló el estudio, alrededor del 20 por ciento de las mujeres que usaban soya desarrollaron una concentración alta en sangre de genisteína, un fitoestrógeno. Entre esas mujeres, algunas mostraron una mayor actividad en ciertos genes que fomentan el crecimiento y la propagación de los tumores de los senos.

Pero no está claro qué podría significar esto exactamente, enfatizó Bromberg.

"¿Significa esto necesariamente que el tumor crece con mayor rapidez?", se preguntó. "No".

Bromberg dijo que no hay evidencia de "proliferación tumoral" en las mujeres con una mayor actividad genética, pero el estudio podría haber sido demasiado corto como para detectar dicho efecto.

"Lo único que podemos decir es que los complementos de soya fueron suficientes como para aumentar la expresión de unos genes relacionados con la proliferación tumoral", apuntó Bromberg.

Pero para estar seguras, dijo que las mujeres con cáncer de mama probablemente no deban tomar complementos de soya, y comer alimentos de soya, como el tofu y el tempeh, solo en moderación.

Un investigador del cáncer de mama que no participó en el estudio se mostró de acuerdo en que las mujeres deben optar por la seguridad y no tomar complementos de soya, sobre todo en un periodo de unos años tras pasar por la menopausia.

Pero persiste la pregunta de si consumir soya más adelante en la vida podría ser beneficioso cuando se trata del cáncer de mama, según Craig Jordan, director científico del Centro Oncológico Integral Lombardi de la Universidad de Georgetown en Washington, D.C.

Con el reemplazo de estrógeno, hay evidencia a partir de investigación en laboratorio y estudios con humanos de que "el momento lo es todo", apuntó Jordan, que escribió un editorial que se publicó junto con el estudio.

Como ejemplo, apuntó a un gran estudio de EE. UU. llamado Iniciativa de salud de las mujeres, que observó los efectos de la terapia de reemplazo hormonal. En ese estudio, las mujeres que recibieron estrógeno solo (no con progesterona) tenían un riesgo más bajo de contraer cáncer de mama que las mujeres que recibieron un placebo.

Y las mujeres en ese estudio por lo general tenían entre 60 y 69 años de edad.

Según otras investigaciones, dijo Jordan, parece que el estrógeno puede fomentar el crecimiento o la muerte de las células de cáncer de mama, dependiendo del momento en que se administra. Durante y poco después de la menopausia, el estrógeno (y quizá los fitoestrógenos) podría echar gasolina al fuego, advirtió Jordan.

"Pero la soya podría ser buena cuando se usa más tarde después de la menopausia", comentó. "Si diseñáramos un ensayo clínico de mujeres de 60 a 69, podríamos encontrar más muerte celular [del cáncer de mama] que supervivencia".

Pero ese ensayo aún está por hacerse.

Más información

La Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) ofrece más información sobre la soya y el riesgo de cáncer.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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