Hacer el amor luego del cáncer

Las pacientes reportan dificultades y los doctores no siempre advierten sobre ellas
(HealthDay es el nuevo nombre de HealthScoutNews)
Jueves, 12 de junio (HealthDayNews) Estos días, Amy Vartorella tiene una definición diferente de una velada romántica con su esposo, David Johnson. Y no es sólo 13 años de matrimonio y tres hijos lo que ha teñido su pensamiento.

En el pasado, una tarde romántica hubiese incluido intimidad. Ahora está feliz de ir a cenar, ver una película y pasar tiempo con él. Luego de una larga batalla para recuperarse de cáncer cervical, la pareja de Ohio todavía está en proceso de reclamar su vida íntima.

Reanudar las relaciones sexuales luego del cáncer, especialmente cáncer ginecológico no es fácil, como sabe de primera mano, Amy, enfermera. Puede tomar tiempo debido al dolor y los bloqueos psicológicos.

El diagnóstico de cáncer cervical de Amy a finales del 2000 fue seguido por complicaciones que requerían cirugía intestinal y remoción de un ovario. Dichos procedimientos se practicaron además del tratamiento de cáncer cervical que incluyó histerectomía radical, quimioterapia y radiación.

Aproximadamente seis semanas después de terminado el tratamiento, decidió reanudar su vida sexual. "Quería probar que esa etapa había terminado", dijo, recordando cuán doloroso fue intentar tener relaciones sexuales. Estos días, son más llevaderos, pero indicó están regresando a la normalidad. De manera que si cenar fuera implica ver una película y pasar tiempo juntos, está bien. "Esto significa que recorremos nuestro camino", comentó optimista Vartorella.

Como enfermera, Vartorella está mejor informada acerca de las repercusiones del cáncer que la mayoría de las personas, pero aún así encontró que era frustrante la lucha por recuperar su sexualidad.

Según sugiere un estudio en la Ohio State University, Vartorella quien fue parte de la investigación no está sola.

La adaptación sexual luego del tratamiento del cáncer es un problema para muchas parejas, indicó Barbara Andersen, psicóloga de personal en el Comprehensive Cancer Center. Por casi 20 años, Andersen y sus colegas han dado seguimiento a pacientes de cáncer, preguntándoles acerca de cómo retoman su vida íntima y que traumas emocionales enfrentan.

En el primero de sus estudios, dieron seguimiento a 150 mujeres referidas a un oncólogo ginecológico en una de dos instituciones afiliadas a la mencionada universidad; la mitad tuvo cánceres ginecológicos, mientras que a las otras mujeres fueron diagnosticadas con problemas ginecológicos benignos.

Andersen pidió a todas las mujeres, cuyas edades fluctuaban entre los 23 y 80 años, que contestaran preguntas acerca de su sexualidad y luego dieron seguimiento a diagnósticos de cáncer durante 12 meses. "De veinte a 40 por ciento tuvo problemas sexuales", encontró Andersen. La perdida de deseo, dificultad de excitarse, y dificultades orgásmicas eran comunes.

Y los problemas no parecen desaparecer rápidamente, encontró. A menudo persistieron en el seguimiento de 12 meses.

Quizás de manera no sorprendente, aquellas con dificultades sexuales antes del diagnóstico tuvieron la mayoría de los problemas al hacer ajustes luego del tratamiento de cáncer. Aquellas quienes tuvieron más síntomas de depresión al momento del diagnóstico tuvieron más problemas ajustándose, así como aquellas quienes tenían terapia suplementaria como la radiación.

"Las mujeres quienes recibieron irradiación pélvica están en riesgo mayor de problemas sexuales debido cambios en la pelvis", indicó Andersen. "Los vasos sanguíneos en los tejidos se encogen", lo que hace más difícil excitarse.

Aunque proveedores de cuidado primario podrían no abordar el asunto, Andersen dijo que se están tornando más concientes de la necesidad de discutir la sexualidad con sus pacientes de cáncer. Libros de textos ahora incluyen información sobre el tema, cosa que no se hacía 20 años atrás, manifestó.

Andersen sugirió que las mujeres no esperen que sus doctores aborden el tema. En cambio, ellas deben preguntar, y si tienen opciones de tratamiento, también deben preguntar sobre los efectos del tratamiento en la sexualidad.

"Si le preguntan a un doctor y él no sabe [acerca de asuntos sexuales], presiónalo para que te refiera a alguien que sí sepa", sugiere Andersen. A veces, las soluciones pueden ser simples: Utilizar un lubricante, una medida que podría no ocurrírseles a pacientes jóvenes de cáncer, o ajustar las horas de hacer el amor para explicar la fatiga que muchas pacientes de cáncer experimentan en las tardes y las noches.

Otra experta concuerda con que los proveedores de salud se están tornando más conscientes de la necesidad de discutir sobre temas sexuales, pero tienen que mejorar mucho más. Paula J. Anastasia, una enfermera especialista en pacientes de oncología ginecológica en el Cedar-Sinai Medical Center en Los Ángeles, sugiere que alguien con cáncer debe realizar las siguientes preguntas a su doctor: ¿Cómo afectará el diagnóstico de cáncer mi funcionamiento sexual? ¿Cuándo puedo reanudar mi relación íntima? ¿Hay riesgos o problemas que debo tener en cuenta?

Comunicarse con la pareja así como, saber los problemas que son comunes, también puede ayudar según los expertos, así como saber que tomará un tiempo regresar a la normalidad.

Fue de ayuda para Amy Vartorella saber que otras han tenido los mismos problemas. "Todos con los que hablo [que han experimentado un tratamiento de cáncer], están en el mismo bote", expresó. La comunicación abierta con su esposo, explico, también ha sido clave para ella. "Ambos sabemos que esto va a mejorar", expresó.

Más información

Para una argumentación sobre la vida después del cáncer, visita el Instituto Nacional del Cáncer. Para una exposición de la sexualidad luego del tratamiento de cáncer ginecológico, visita Eyes on Prize.org.

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