El cuerpo, no la mente, predice la supervivencia del cáncer

Las náuseas, la falta de aliento y la debilidad podrían señalar una prognosis pobre

LUNES 26 de julio (HealthDayNews/HispaniCare) -- Los pacientes terminales de cáncer pueden sentirse ansiosos o espiritualmente molestos, pero sus síntomas físicos (no sus emociones) son la señal del principio del fin, según reporta un equipo de investigación internacional.

En las etapas iniciales del cáncer terminal, los pacientes con náuseas intensas tienen 70 por ciento más probabilidades de morir en los próximos seis meses que los pacientes que no tienen ese síntoma, según informan los investigadores en la edición en línea del 26 de julio de Cancer.

En el cáncer de etapa tardía, la falta de aliento se asoció con un aumento del 50 por ciento del riesgo de morir, según encontraron.

Estos síntomas físicos parecen reflejar la severidad de la caquexia del cáncer, un síndrome degenerativo que causa que las personas con tumores se conviertan en anoréxicos, y se sientan débiles y fatigados.

"La presencia de estos síntomas debe ser motivo de alarma", pues indica que el cáncer de un paciente está más avanzado de lo que podría aparecer, explicó el autor del estudio, el Dr. Antonio Vigano, profesor asistente en la División de Atención Paliativa del Centro Médico Universitario McGill de Montreal.

"Pienso que los pacientes que presentan estos síntomas deben ser remitidos a atención paliativa más pronto y el tratamiento para mejorar los síntomas debe comenzarse más pronto en lugar de más tarde", elaboró.

El estudio es importante porque apoya científicamente lo que los profesionales de la salud que trabajan con pacientes de cáncer avanzado ya saben, apuntó el Dr. Robert A. Brescia, director del Palliative Care Institute en el Calvary Hospital del Bronx, quien provee cuidado al final de la vida a adultos con cáncer avanzado.

"Los pacientes de cáncer muchas veces sufren mayores molestias físicas (como falta de aliento, debilidad, náuseas y vómito) a medida que se acercan a la muerte", anotó.

Sin embargo, Brescia advirtió que concentrarse en el riesgo de muerte no es lo indicado cuando se trata con los pacientes y sus familias.

"Tratar de predecir cuánto tiempo le queda de vida a un paciente es muy arriesgado y muchas veces inapropiado", afirmó. "Aún los clínicos más experimentados le dirán que es algo difícil de hacer e intentar hacerlo puede causar, sin intención, más sufrimiento tanto al paciente como a la familia".

Las investigaciones existentes sugieren que los síntomas físicos de un paciente, y no sus emociones, son predicen bien cuánto más vivirán. Pero debido a que esos estudios no usaron métodos de investigación precisos, los resultados no eran confiables.

Para aclarar el asunto, Vigano y sus colegas estudiaron dos grupos de pacientes de cáncer terminal en diferentes etapas de la enfermedad. Un grupo incluía a 248 pacientes admitidos al Cross Cancer Institute en Edmonton, Alberta, al inicio del cáncer terminal. El otro grupo representaba a 756 nuevas remisiones a servicios de cuidados paliativos en el hogar en Irlanda del Sur. A estas personas se les proporcionaba atención en las etapas finales de su enfermedad.

Los investigadores investigaron la relación entre cuánto vivieron los pacientes y varias medidas de calidad de vida, como síntomas físicos y emocionales. En cada etapa de la enfermedad, los factores físicos predijeron una supervivencia más corta.

Para los pacientes en las etapas iniciales del cáncer terminal, el riesgo de muerte aumentó en 68 por ciento con las náuseas o el vómito, y el 28 por ciento con la falta de aliento. Pero estas asociaciones no fueron tan fuertes como otros factores relacionados con la enfermedad.

Por ejemplo, el riesgo de muerte casi se triplicó para los pacientes con metástasis del hígado (tumores malignos que se originaron en otro lugar del cuerpo y se esparcieron hacia el hígado a través del torrente sanguíneo).

El riesgo de muerte se duplicó para los pacientes con una carga alta de tumores, una medida que mide aproximadamente el número de tumores que tienen, incluyendo los tumores primarios y los tumores secundarios que se forman a medida que el cáncer se disemina.

Entre los pacientes de cáncer en etapas tardías, la debilidad, es decir, una falta de energía general, aumentó las probabilidades de morir tres, cuatro y cinco veces, respectivamente, en las personas en etapa tardía de cáncer colorrectal, genitourinario (incluyendo de vejiga, uterino, de riñón y de próstata) y de mama.

Si los proveedores de atenciones de la salud pueden identificar estos síntomas, pueden intervenir en una manera que aumente la calidad de vida de los pacientes de cáncer, dijo Vigano.

Aunque la ansiedad y el malestar espiritual no predicen la supervivencia, Brescia de todas maneras favorece un tratamiento agresivo de los síntomas psicológicos del paciente.

"Estos síntomas pueden causar muchas veces aún más dolor y sufrimiento al paciente y a la familia que los síntomas físicos. Con demasiada frecuencia, son simplemente ignorados por los profesionales de las atenciones de la salud", explicó.

En un estudio separado en la misma edición de Cancer, el Dr. Gopal K. Singh y sus colegas del National Cancer Institute reportaron una relación entre el ingreso y la educación en los pacientes de cáncer cervical. El estudio muestra que la incidencia y tasas de muerte del cáncer cervical aumentaron cuando la pobreza aumentaba y los niveles educativos disminuían.

Más Información

Visite la American Cancer Society para más información sobre cómo manejar los aspectos físicos y emocionales del cáncer.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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