El tejido ovárico congelado debe analizarse antes de su reimplantación

Un estudio advierte que medidas de seguridad inadecuadas pueden significar la recurrencia del cáncer

JUEVES 24 de abril (HealthDay News/Dr. Tango) -- El cáncer puede recurrir en pacientes que han sido tratados con éxito si el tejido ovárico o testicular que ha sido congelado con la esperanza de que vuelvan a recuperar su fertilidad se trasplanta de nuevo en sus cuerpos sin analizar adecuadamente si existen las células cancerígenas, de acuerdo con un nuevo informe.

Investigadores de dos hospitales universitarios en Israel advirtieron, en un informe que aparece en la edición del 22 de abril de la revista Human Reproduction, que la mayoría de los centros de fertilidad carecen de capacidades y tecnología para garantizar que el tejido esté libre de células cancerosas residuales.

Cientos de pacientes de cáncer de todo el mundo congelan su tejido ovárico y testicular con la esperanza de tener hijos después de que termine su tratamiento. Sin embargo, es posible que el cáncer original vuelva a infectar el cuerpo después de que el tejido sea reimplantado.

"Creemos que es muy importante aumentar el nivel de concienciación entre los pacientes de cáncer, especialistas en fertilidad, oncólogos y hematólogos. Sólo unos pocos centros de fertilidad del mundo cuentan con la experiencia y la tecnología para llevar a cabo las pruebas necesarias para detectar el cáncer residual en el tejido", enfatizó en una declaración preparada el autor principal Dror Meirow, que dirige el programa de preservación de la fertilidad en el Centro médico Chaim Sheba.

A lo largo de diez años Meirow y su equipo recopilaron y congelaron varias tiras de tejidos de 56 mujeres que iban a someterse a quimioterapia por cánceres hematológicos como el linfoma Hodgkin, el linfoma no Hodgkin y la leucemia. Con los años, las tiras fueron descongeladas y analizadas para detectar células cancerígenas mediante los métodos más modernos disponibles en cada momento. Luego los resultados fueron comparados con los de las mismas pruebas llevadas a cabo en el tejido enfermo de las pacientes en el momento de la recogida para garantizar que las pruebas tenían la capacidad de detectar el cáncer cuando se sabía que estaba presente.

Sólo una prueba detectó una enfermedad mínima residual en el tejido ovárico: la reacción en cadena de la polimerasa (RCP), una prueba moderna, en tiempo real y altamente sensible que amplifica las secciones de ADN para detectar marcadores moleculares que podrían indicar la presencia de células cancerígenas. Los autores sugieren que como los métodos para detectar las células cancerígenas están mejorando continuamente y el tejido ovárico puede almacenarse durante más de diez años, las pruebas para detectar la enfermedad residual deberían llevarse a cabo justo antes de su trasplantación en lugar del momento de su recolección. Para hacer esto, es necesario congelar trozos más pequeños del tejido ovárico por separado para analizar la enfermedad mínima residual.

"El siguiente paso es informar a las pacientes sobre el creciente éxito de la trasplantación de tejido ovárico, seguir mejorando esta práctica, pero también hacer un llamado a los centros de fertilidad que almacenan el tejido ovárico para analizar la enfermedad mínima residual y empezar a congelar el tejido desde ahora para investigaciones futuras", dijo Meirow. "Esto también aplica para el tejido testicular, aunque no hemos avanzado tanto en la extracción, almacenamiento y trasplantación de tejido testicular como lo hemos hecho con el ovárico".

Más información

La American Cancer Society tiene más información sobre el tratamiento del cáncer de ovario.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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