La terapia hormonal para el cáncer de próstata podría dañar al corazón, según un estudio

doctor and patient
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MARTES, 13 de agosto de 2019 (HealthDay News) -- Cuando los hombres tienen tanto un cáncer de próstata avanzado como enfermedad cardiaca, el tratamiento podría plantear un dilema. Las terapias hormonales más recientes, que pueden ralentizar al cáncer, también podrían ser riesgosas para sus corazones, encuentra un estudio reciente.

Una vez el cáncer de próstata se propaga más allá de la glándula, uno de los pilares del tratamiento es la terapia hormonal. El objetivo es evitar que los andrógenos (las hormonas "masculinas", como la testosterona) fomenten al crecimiento del cáncer.

Los médicos sabían que la terapia hormonal podría aumentar el riesgo de un hombre de desarrollar enfermedad cardiaca. Sus efectos secundarios potenciales incluyen aumentos en el azúcar en la sangre, el colesterol en la sangre y la grasa corporal, y todo esto contribuye a los problemas del corazón.

Pero en los últimos siete a ocho años han aparecido unos tipos más nuevos de terapia hormonal. Y se sabe mucho menos sobre sus riesgos relacionados con el corazón, apuntó la investigadora principal, Grace Lu-Yao, profesora de oncología médica de la Universidad de Thomas Jefferson, en Filadelfia.

Su equipo se enfocó en pacientes mayores que habían recibido abiraterona (Zytiga) o enzalutamida (Xtandi), las dos pastillas más recientes que suprimen a los andrógenos.

En general, encontró el estudio, los hombres con enfermedad cardiovascular tenían un riesgo algo más alto de morir en un plazo de seis meses tras iniciar el tratamiento, en comparación con los demás pacientes.

El riesgo más claro fue entre los hombres con tres o más afecciones cardiovasculares. Tenían un riesgo más o menos un 50 por ciento más alto de fallecer, en comparación con los hombres con corazones sanos.

La enfermedad cardiovascular incluye a la aterosclerosis (arterias cardiacas obstruidas), la insuficiencia cardiaca, la fibrilación auricular (un trastorno del ritmo cardiaco) o los antecedentes de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.

Los motivos de los hallazgos no están del todo claros, según Lu-Yao.

Pero los fármacos pueden aumentar la presión arterial, contribuir a la acumulación de fluidos, y afectar los niveles de sodio o potasio en la sangre.

Esos efetos podrían ayudar a explicar el riesgo más elevado de muerte, aseguró Lu-Yao. Añadió que otra posibilidad es que los medicamentos podrían interactuar con ciertos fármacos para el corazón.

Los hallazgos no significan que los hombres con afecciones cardiacas deban negarse a usar las terapias hormonales, según Lu-Yao.

Pero dijo que deberían hablar sobre los beneficios y riesgos con el médico antes de tomar una decisión sobre el tratamiento.

"Y una vez inicien el tratamiento, necesitarían una monitorización estrecha", enfatizó Lu-Yao.

El estudio fue financiado en parte por los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. Se publicó en la edición del 13 de agosto de la revista European Urology.

Los ensayos iniciales que obtuvieron la aprobación de la abiraterona y la enzalutamida excluyeron a los pacientes con afecciones cardiovasculares "significativas".

Pero en el mundo real, muchos hombres con cáncer de próstata tienen enfermedad cardiaca, y reciben las terapias hormonales, señaló el Dr. Salim Hayek, un cardiólogo que se enfoca en la salud cardiaca de los pacientes con cáncer.

Hayek, Shapiro, que no participó en el estudio, es miembro de la sección de liderazgo en cardiooncología del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology).

Enfatizó que este estudio no debe hacer que los pacientes eviten las terapias hormonales por miedo. "No hay datos que digan que los riesgos superen a los beneficios de estos fármacos", apuntó Hayek.

Pero se mostró de acuerdo en que los hombres con enfermedades cardiacas deben ser vigilados mientras tomen los medicamentos, y de que deben seguir yendo al cardiólogo.

"Después de un diagnóstico de cáncer, el cáncer con frecuencia se convierte en el foco", dijo Hayek. "Pero no se debe descuidar la salud cardiovascular".

Los hallazgos se basan en casi 3,900 hombres mayores de EE. UU. tratados por un cáncer de próstata avanzado con abiraterona o enzalutamida. La mitad tenían a partir de 75 años, y dos tercios tenían una afección cardiovascular preexistente.

En general, esos hombres tuvieron una tasa más alta de mortalidad en un plazo de seis meses. Por ejemplo, más de 2,200 hombres recibieron abiraterona sin quimioterapia anterior. Las tasas de mortalidad entre los que tenían fibrilación auricular, insuficiencia cardiaca o un ataque cardiaco anterior fueron de entre un 23 y un 25 por ciento, en comparación con un 14 por ciento entre los hombres sin problemas cardiovasculares.

Cuando los investigadores sopesaron otros factores (como la edad y otros problemas de salud) los hombres con una o dos afecciones cardiovasculares tenían un 16 por ciento más de probabilidades de fallecer que los hombres sin esas enfermedades. El riesgo entre los hombres con tres o más afecciones fue de un 43 a un 56 por ciento más alto.

¿Podría tratarse de los problemas del corazón, en lugar de los fármacos? Lu-Yao lo dudó, basándose en parte en otro hallazgo. En los seis meses tras iniciar la abiraterona, las hospitalizaciones aumentaron entre los hombres con enfermedad cardiaca, en comparación con los seis meses anteriores. (Pero no se observó lo mismo con la enzalutamida).

Lu-Yao añadió que se necesitan más estudios para comprender el motivo, incluyendo si la terapia hormonal interactúa con otros medicamentos y aumenta el riesgo de sus efectos secundarios.

Más información

La Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) ofrece más información sobre la terapia hormonal para el cáncer de próstata.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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