Droga contra la calvicie cáncer prostático

Sigue siendo vital la detección temprana

Viernes, 19 de septiembre (HealthDayNews) -- Una droga utilizada para combatir la calvicie puede reducir el riesgo de cáncer prostático en 25 por ciento.

Un gen recientemente descubierto parece desempeñar una función en dirigir el esparcimiento de células de cáncer prostático a otras partes del cuerpo.

Ejercitarse con frecuencia, mantener un peso apropiado y hacerse el examen rutinario de la próstata parecen ser pasos significativos en la prevención de que se esparza la enfermedad.

Estos hallazgos son los más recientes frutos de la investigación en cáncer protático -- desarrollos que han hecho el tratamiento más prometedor que antes.

Aún así, aseguran los expertos, la detección temprana sigue siendo de vital importancia en los esfuerzos para combatir la enfermedad, que afectará a uno de cada seis estadounidenses en su vida.

Y ése será el mensaje que promoverán los expertos en salud masculina durante septiembre, Mes de Concienciación del Cáncer Prostático.

Entre los hallazgos se destaca lo siguiente:

  • Investigadores estadounidenses reportaron en julio que los hombres quienes tomaban la droga contra la calvicie, finasterida, durante siete años; tuvieron una probabilidad 25 por ciento menor de padecer de cáncer de la próstata, en comparación con quienes tomaron un placebo. El estudio financiado en nivel general indicó que es la primera vez que se mostró una droga para prevenir cáncer de la próstata.
  • Investigadores de la Universidad de Michigan encontraron un gen que podría ser la clave para detener el esparcimiento del cáncer prostático. El gen, designado RKIP, que produce la proteína RKIP, puede detener las células cancerígenas de dejar la próstata y entrar en la corriente sanguínea, reportaron los investigadores en junio.
  • Un estudio realizado a 1,117 hombres con cáncer prostático localizado reveló que aquellos en alto riesgo de tener la enfermedad esparcida más allá de la glándula eran más propensos a ser obesos y a ejercitarse menos de dos veces a la semana. Estos hombres también eran menos propensos a hacerse un examen de la próstata manual. Por el contrario, los hombres con el menor riesgo de progresión de cáncer mantenían un peso bajo, hacían ejercicios con regularidad y se hacían pruebas rutinarias para cáncer de la próstata, reportaron en abril investigadores del Centro de Cáncer M.D. Anderson de la Universidad de Texas.

"Es un tiempo notable para cuidar a las personas con esta enfermedad", sostuvo el doctor Ian M. Thompson, un urólogo en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas y autor principal en el estudio del medicamento contra la calvicie.

"Es un asunto muy simple: El cáncer prostático detectado a tiempo es a menudo tratable que cuando se descubre tarde", afirmó el doctor Richard Atkins, presidente y director ejecutivo de la Coalición Nacional de Cáncer Prostático. "El cáncer de próstata en la etapa tardía es muy difícil de controlar y, tristemente permanece con demasiada frecuencia como una arma letal".

La glándula prostática, parte del sistema reproductor masculino, es aproximadamente de la forma y tamaño de una nuez y pesa alrededor de una onza (28 g). Se localiza debajo de la vejiga, delante del recto y su función principal es producir semen.

El cáncer de la próstata, con 22,000 nuevos casos diagnosticados cada año, es el cáncer más comúnmente diagnosticado entre los hombres en Estados Unidos, representando aproximadamente 30 por ciento de los nuevos casos de cáncer en hombres, señaló la Coalición Nacional de Cáncer Prostático. La enfermedad mata a casi 29,000 estadounidenses anualmente, según indico la coalición.

El cáncer prostático temprano con frecuencia no presenta síntomas, según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés).

Pero el NCI informa que hay señales potenciales que podemos tomar en cuenta. Las mismas incluyen la necesidad de orinar con frecuencia, especialmente de noche; dificultad al orinar o al retener la orina; incapacidad de orinar; flujo de orina débil o interrumpido; dolor o ardor al orinar; dificultad en tener una erección; eyaculación dolorosa; sangre en la orina o el semen; o dolor frecuente y rigidez en la espalda baja, caderas o muslos. Atkins expuso que los hombres podrían sentirse amenazados por el prospecto de las pruebas.

"La psicología masculina es una en la que se supone que él sea fuerte, invencible, invulnerable", indicó. "Ir al doctor, ver a un profesional de la salud, en cierta medida conlleva que ese cuerpo de Adonis podría tener cosas funcionando mal. Y esto es muy amenazante para los hombres".

Las pruebas de cáncer prostático, que toma menos de 10 minutos, consisten en medir los niveles en la sangre de un químico llamado antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), y un examen dígito-rectal.

La Sociedad Americana el Cáncer recomienda pruebas anuales para los hombres de 50 años o más; y las pruebas deben comenzar a los 45 para aquellos considerados en más alto riesgo. Estos hombres incluyen negros y quienes tengan un miembro familiar cercano a quien se haya diagnosticado cáncer de la próstata en una edad temprana.

Pero incluso los hombres en alto riesgo de la enfermedad a menudo no se realizan las pruebas.

"La concienciación es un problema enorme", indicó Thompson. "Me sorprende que, por ejemplo, los africanos-americanos o un hombre con un historial familiar de cáncer [prostático] no hablarían con un doctor acerca del cáncer prostático".

Más información

Para aprender más acerca del cáncer prostático, visita el Instituto Nacional del Cáncer o la Sociedad Americana del Cáncer

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