Los hombres obesos se benefician menos de la radiación para el cáncer de próstata

Estudio señala que un hallazgo podría ayudar a los médicos a identificar los que necesitan una terapia más agresiva

LUNES 26 de junio (HealthDay News/HispaniCare) -- Los hombres obesos con cáncer de próstata son menos propensos a beneficiarse de la radioterapia que los hombres sin sobrepeso.

El hallazgo podría ayudar a los médicos a determinar cuáles pacientes, en especial los que tienen sobrepeso, necesitan de un tratamiento más agresivo.

"El cáncer de próstata es silencioso en la mayoría de los hombres. Es un cáncer con un buen resultado", aseguró la autora principal del estudio Sara Strom, profesora asociada de epidemiología en el Centro de Cáncer M.D. Anderson de la Universidad de Texas en Houston. "Básicamente, lo que queremos en el cáncer de próstata es identificar a los hombres que tienen más probabilidades de tener un mal resultado, de forma que podamos hacer algo diferente con ellos. La obesidad es algo a tener en consideración", dijo.

Pero otro experto recomendó cautela en la interpretación de los hallazgos, que aparecen en la edición del 1 de agosto de la publicación Cancer.

"No muchos de los pacientes del estudio eran obesos, así que no podemos construir un caso muy sólido para este ensayo, aunque sea posiblemente cierto", señaló el Dr. Murugesan Manoharan, profesor asociado de oncología urológica en la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami. "El estudio también se realizó en el pasado [1988-2001], y las cosas han cambiado mucho desde entonces. Tenemos tecnologías de radiación más recientes", anotó.

La obesidad es la raíz de muchos males de la salud, desde la diabetes hasta los problemas de la articulación, e incluso en el cáncer, como se hace cada vez más evidente.

Estudios previos han demostrado que los hombres obesos con cáncer de próstata tienden a tener una enfermedad más agresiva y mayores índices de mortalidad. Además, son más propensos a tener una malignidad que progresa tras una prostatectomía, que es la cirugía para extirpar la próstata completa o una parte de la misma.

Los investigadores aún no saben cómo la obesidad podría afectar la progresión tras un tratamiento de radiación. Este nuevo estudio buscaba examinar cualquier relación entre la obesidad y la progresión de la enfermedad tras una radioterapia de rayo externo. Es el primer estudio en su tipo.

Strom y sus colegas revisaron los expedientes médicos de 873 pacientes con cáncer de próstata que habían recibido radioterapia de rayo externo como único tratamiento para su enfermedad. El dieciocho por ciento de los hombres en el grupo eran obesos leves, y el 5 por ciento entre moderado y severo.

A medida que se incrementaba el índice de masa corporal (IMC, una proporción del peso con relación a la altura), el riesgo de progresión de la enfermedad tras la radioterapia también aumentaba. Los hombres con obesidad entre moderada y severa tenían un 99 por ciento más de riesgo de mayores niveles del antígeno específico de la próstata, una proteína vinculada a la presencia del cáncer de próstata. Los hombres obesos también tenían un 70 por ciento más de riesgo de tumores recurrentes o metástasis.

"Hallamos que tras tomar en cuenta otros factores importantes de riesgo para un mal resultado, la obesidad está todavía asociada a un mayor riesgo no sólo de la subida del APS sino también de tener un cáncer que recurre y, en algunos casos, que haga metástasis", señaló Strom. "Ese es realmente el mal resultado", agregó.

El estudio no estudió las razones tras los hallazgos, pero Strom especula que las hormonas, la dieta y la susceptibilidad genética podrían desempeñar un papel.

Un segundo estudio en la misma edición de la publicación halló que los hombres con cáncer de próstata eran influenciados más por las emociones que por cualquier otra comprensión clara de evidencia clínica cuando tomaban la decisión sobre sus tratamientos.

Un estudio de 20 hombres con cáncer de próstata reveló un alto nivel de miedo e incertidumbre, junto con el deseo de tener resultados rápidos y una tendencia a rechazar segundas opiniones. Los hombres también mostraron conceptos erróneos sobre la eficacia de diferentes opciones de tratamiento y tendían a depender de información anecdótica sobre la experiencia de otros con la enfermedad.

Los médicos necesitan tomar en cuenta los miedos e ideas falsas de los pacientes cuando dirijan un tratamiento, enfatizaron los autores.

Manoharan estuvo de acuerdo.

"En el mejor de los casos, los pacientes debería tener al menos dos consultas, una para el diagnóstico y un vistazo general al tratamiento", aconsejó. "Y otra a las dos semanas después, una vez que hayan revisado la información escrita", agregó.

Y en el cáncer de próstata, hay tiempo para este lujo.

"El cáncer de próstata no acaba con la vida de todas las personas igual de rápido, así que el tiempo está del lado de los pacientes", dijo Manoharan. "A los pacientes se les debería suministrar información importante de que este cáncer no va a matarles de inmediato", dijo.

Más información

Para conocer más sobre el cáncer de próstata, visite el National Cancer Institute.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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