Un pedazo de pizza reduce el riesgo de cáncer de la próstata

Los antioxidantes en los tomates reducen el daño al ADN, indica estudio

Miércoles, 19 de diciembre (HealthDayNews) -- Los hombres con un gusto por la salsa de tomate, el jugo de tomate o la pasta de tomate pueden tener un estímulo adicional contra el cáncer prostático, sugirió un nuevo estudio.

Los investigadores en Chicago sospechan que el licopeno, el pigmento que da a los tomates su color rojo, puede reducir el daño al ADN vinculado con el cáncer prostático, aumentando su potencial como una terapia para este tipo de tumor.

Los hallazgos, que aparecen en la edición del 19 de diciembre de "Journal of the National Cancer Institute", se añaden a un creciente cuerpo de evidencia acerca de los efectos del licopeno contra las condiciones que incluyen cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Licopeno, es parte de una familia de pigmentos llamados carotenoides, que nacen de forma natural en las frutas y los vegetales.

Venketeshwer Rao, un profesor de ciencias nutricionales quien estudia el licopeno y la salud en la Universidad de Toronto, dijo que los norteamericanos obtienen entre 85 y 90 por ciento de su licopeno dietético de los tomates, aunque también se puede encontrar en alimentos como el melón de agua y la toronja rosada.

La forma química del licopeno encontrada en alimentos procesados cuya base es el tomate, como las salsas de pasta y el ketchup (salsa de tomate dulce) se absorbe de manera más eficiente que el encontrado en los tomates frescos, expuso Rao. El licopeno es además un poderoso antioxidante que neutraliza los dañinos radicales de oxígeno que se han vinculado con varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer prostático.

Más de 198,000 estadounidenses desarrollan cáncer prostático cada año y aproximadamente 31,500 hombres mueren de la enfermedad. El cáncer prostático es más común en hombres mayores de 55 años, y en los Estados Unidos, es casi el doble de común entre hombres negros que entre blancos.

Señales tempranas incluyen micción frecuente o dolorosa o flujo de orina débil. La enfermedad se detecta por medio de un examen rectal o una prueba sanguínea que muestra los altos niveles de antígeno prostático específico (PSA), y se confirma por pruebas que incluyen ultrasonido o biopsia.

En el más reciente estudio, Phyllis Bowen y sus colegas en la Universidad de Illinois en Chicago dieron seguimiento a 32 hombres reclutados entre mayo de 1998 y julio 1999. Todos se encontraban entre las edades de 57 y 69 años, habían sido diagnosticados con cáncer prostático y fueron programados para una prostatectomía radical, o la remoción de la próstata completa.

Durante las tres semanas antes de la cirugía, Bowen ordenó a los hombres comer platos de pastas basados en tomate, que contenían tres cuartas partes de una taza de salsa de tomate o casi 30 miligramos de licopeno, una vez al día. Hunt-Wesson Inc. con base en Fullerton, California, que financió de manera parcial el estudio, proveyó la salsa de tomate.

Las concentraciones de licopeno de la próstata y la sangre de los hombres y el PSA se midieron antes y después de ser empleado el régimen de la salsa. Los investigadores también midieron los niveles de ADN oxidantes en cada hombre.

Estos experimentaron un incremento triple en los niveles de licopeno durante la dieta y la cirugía, y los investigadores encontraron que el daño del ADN oxidativo se redujo en un promedio de 28 por ciento luego de que los hombres comenzaron la dieta de salsa.

"El licopeno es un buen antioxidante", expresó Bowen, añadiendo que una teoría sugiere que la próstata es propensa al cáncer porque está bajo mayor concentración oxidativa que otros tejidos. "Por lo tanto, un antioxidante podría prevenir el daño al ADN que es necesario para el comienzo de todos los tipos de cáncer que pudiera ocurrir en una próstata con concentración oxidativa".

Los niveles de PSA también se redujeron a un 17.5 por ciento, pero es menos claro si el licopeno fue directamente responsable, comentó Bowen. Otras sustancias en los tomates, incluyendo compuestos fenólicos, vitamina C y ácido salicílico, pudieran ser responsables, señaló.

"El licopeno parece ser, de hecho, el primer nivel de defensa de estos pacientes", argumentó Rao. Debido a que el paciente de cáncer prostático está combatiendo mayor daño oxidativo, el cuerpo consume su ingestión dietética normal de licopeno para proteger su ADN de daño oxidante.

"En ese sentido, [el licopeno] protege el ADN contra las especies de oxígeno reactivo que de otro modo reaccionarían con el ADN y las lesiones oxidativas causadas", comentó. "Sólo cuando el licopeno se agota se requieren la vitamina E y otros antioxidantes".

Rao planteó que esto sugiere que suplementar con licopeno para mantener los niveles normales en pacientes de cáncer prostático, puede disminuir la progresión de la enfermedad. "El licopeno, quizás, no puede prevenirla de crecer, pero también puede ser responsable para la regresión del tumor", aseveró Rao.

Bowen dijo que estos hallazgos necesitan una prueba científica más extensa de licopeno o productos del tomate.

"No tenemos respuestas definitivas que se traduzcan en recomendación a los hombres quienes están en riesgo de cáncer prostático o quienes lo padecen", expresó. "Sin embargo, ya que una de las partes importantes de la recomendación dietética es ingerir al menos cinco porciones de frutas y vegetales al día, los productos del tomate pueden ser parte de esta mezcla. Creo que muchas personas pasan por alto la salsa de tomate en su pizza o pasta que equivale a una porción de vegetales".

Qué hacer

Lee acerca del licopeno y el cáncer prostático de Lycopene.org.uk.

Puedes encontrar información sobre cáncer prostático en la Sociedad Americana del Cáncer o los sitios en la Red del Instituto Nacional del Cáncer.

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