Las segundas cirugía de corazón son muy costosas para Medicare

Un grupo de investigadores sugiere que los dilatadores recubiertos con medicamentos podrían ahorrar dinero

LUNES 28 de junio (HealthDayNews/Hispanicare) -- Si usted ha sido sometido a angioplastia para abrir una arteria del corazón obstruida, es posible que también le hayan implantado un dilatador durante el procedimiento para protegerle de nuevos bloqueos.

Este procedimiento generalmente tiene éxito, pero como la arteria podría bloquearse de nuevo debido a un proceso conocido como reestenosis, muchos pacientes necesitarán ser sometidos al procedimiento nuevamente durante el año siguiente. Estos procedimientos repetidos añaden una cantidad sustancial a los costos de Medicare y podrían no ser para todo el mundo, según un nuevo estudio.

"Entre los pacientes de Medicare, cerca del 17 por ciento necesitó otra angioplastia o derivación durante el transcurso del año siguiente al primer procedimiento", afirmó el autor principal del estudio, el Dr. David J. Cohen, profesor asociado de medicina de la Escuela de Medicina de Harvard.

De estos pacientes, el 14 por ciento desarrolló un bloqueo en el sitio en el que el dilatador había sido implantado, agregó. "El costo del segundo procedimiento rodea los $19,000", puntualizó Cohen.

Un dilatador, o stent, es un tubo de malla de alambre utilizado para abrir la arteria que ha sido despejada mediante la angioplastia. Durante el procedimiento, el dilatador se ubica sobre un catéter de balón y se lleva hasta la parte de la arteria donde existe el bloqueo. Entonces, el balón se infla y el dilatador se expande. El dilatador, entonces, se fija y forma una especie de andamio que mantiene la arteria abierta.

El equipo de Cohen reunió datos del Medicare Standard Analytic File sobre 9,868 pacientes que se sometieron a angioplastia en 1998 según un informe que aparece en la edición en línea del 29 de junio de, Circulation.

"Si contáramos con tratamientos que pudieran reducir sustancialmente la reestenosis, podríamos deducir muchos costos en el sistema de salud", sostuvo Cohen.

Cohen considera que el advenimiento de los dilatadores liberadores de fármacos, los cuales liberan medicamentos para prevenir la reestenosis, podría constituirse en un gran avance para reducir el problema.

"Estos dilatadores liberadores de fármacos se ven muy prometedores para reducir las tasas de reestenosis entre un 10 y un 20 por ciento", aseguró.

Sin embargo, estos dilatadores cuestan unos $3,000, en comparación con los $1,000 que cuesta un dilatador sencillo. Cohen afirmó que el precio de los dilatadores liberadores de fármacos ha estado bajando. "En un par de años", predijo, "el precio será lo suficientemente bajo como para deducir completamente el costo adicional".

"La reestenosis, aunque es menos común de lo que muchos hubieran esperado, es muy costosa, así que vale la pena invertir algo de dinero para prevenirla", recomendó Cohen.

Boston Scientific Corp., un fabricante de dilatadores liberadores de fármacos, pagó una parte del costo del estudio, del cual tres de los autores trabajan para la empresa.

Cynthia A. Yock, investigadora asociada de la Universidad de Stanford y experta en rentabilidad de tratamientos para el corazón, sostuvo que los nuevos dilatadores apenas llegarán a reducir los costos. "La oportunidad para que los dilatadores liberadores de fármacos mejoren los resultados y los costos aplica únicamente para ese 14 por ciento que presenta reestenosis, además de esa pequeña porción de los pacientes que pueden ser curados por un dilatador de última generación", sostuvo.

"Los dilatadores liberadores de fármacos pueden reducir la reestenosis entre un 9 y un 10 por ciento, pero considerando que son tan costosos, no queda claro si la inversión vale la pena", agregó.

Yock anotó que parte del problema es cómo identificar a aquellos pacientes que tienen posibilidades de sufrir reestenosis. No hay directrices clínicas claras sobre qué pacientes deben recibir un dilatador liberador, agregó. "Así que hay que usar estos dilatadores en 100 pacientes para obtener una mejora del 2 al 3 por ciento en la reestenosis", puntualizó. "Si se pudiera identificar a qué pacientes les servirá, entonces puede que valga la pena".

Yock también dijo que tanto Medicare como las aseguradoras privadas cubren los dilatadores liberadores de fármacos, pero los médicos se quejan de que que el reembolso es muy bajo.

El Dr. Jonathan Abrams, profesor de medicina del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Nuevo México, sostuvo que los dilatadores sí reducen la reestenosis.

Abrams considera que Medicare está haciendo lo correcto al cubrir los nuevos dilatadores. Supone que el uso de dilatadores liberadores de fármacos se convertirán en algo estándar, pero también cree que estos dilatadores no son para todo el mundo.

Quizá no haya opción, agregó. "Ya pasó lo que tenía que pasar con los dilatadores liberadores de fármacos", sostuvo Abrams. "Pero Medicare podría limitar la cantidad de estos dilatadores utilizados en un solo paciente".

Abrams considera que los pacientes que han sufrido reestenosis deberían recibir dilatadores liberadores de fármacos, pero hasta que se haya encontrado una manera de identificar a los que posiblemente tendrán reestenosis, estos dilatadores no pueden ser utilizados en todos los pacientes.

"La elección de uno de estos dilatadores debería ser atenuada por la evaluación de qué tan en riesgo esté la arteria en cuestión de hacer reestenosis".

Más Información

La U.S. Food and Drug Administration tiene más información sobre los dilatadores.

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