El ejercicio es el antídoto para una comida llena de grasa

Un estudio sugiere que hasta una rutina leve revierte el daño a las arterias

JUEVES 31 de agosto (HealthDay News/HispaniCare) -- ¿Así que acaba de atragantarse de comida llena de grasa y ahora se siente culpable? Espere una hora o dos y entonces haga un poco de ejercicio. Así puede deshacer el daño potencial a sus arterias, según sugiere un nuevo estudio.

Y no tiene ni que ir al gimnasio para hacerlo. "Estamos hablando de una caminata, no de cambiarse de ropas y sudar", afirmó Janet P. Wallace, profesora de kinesiología en la Universidad de Indiana y principal investigadora del estudio.

Por coincidencia, el estudio llega poco después de otro publicado a principios de este mes en el Journal of the American College of Cardiology en el que investigadores encontraron que comer tan sólo un trozo de pastel de zanahoria rico en grasa saturada y beber una batida puede reducir la capacidad del cuerpo para protegerse de la enfermedad cardiaca.

La grasa en el pastel y la batida al parecer reduce la capacidad del colesterol "bueno" (la lipoproteína de alta densidad o HDL) del organismo para hacer hacer su trabajo, proteger el recubrimiento interno de las arterias de las sustancias inflamatorias que promueven la placa que las obstruye.

Según Wallace, después de una comida grasosa, las arterias pierden su capacidad para expandirse en respuesta a un aumento en el flujo sanguíneo. El efecto se maximiza entre cuatro y seis horas después de comer, justo a tiempo para su próxima comida. Entonces, cuatro horas después de una comida grasosa, sus arterias se parecen a las de una persona que tiene enfermedad cardiaca, aseguró.

"El periodo después de una comida es un tema caliente para todos los investigadores de la enfermedad cardiaca, la diabetes y la obesidad", señaló Wallace. "Ese periodo crea el ambiente para que la arteria deje de ser saludable. Y cuando la arteria no está sana es cuando lleva a la enfermedad cardiaca, resistencia a la insulina y otros problemas".

Para determinar si el ejercicio podía hacer una diferencia, Wallace y sus colegas estudiaron a ocho personas sanas de 25 años, y evaluaron tres escenarios. Cada uno de los participantes, cinco hombres y tres mujeres, completaron los tres escenarios. Comieron un desayuno bajo en grasa. Comieron un desayuno rico en grasa. Comieron un desayuno rico en grasa y dos horas más tarde realizaron una caminata de 45 minutos a paso moderado en una caminadora. La comida rica en grasa incluía unos 48 gramos (1.7 onzas) de grasa, mientras que la baja en grasa en realidad no tenía ninguna grasa. Ambas consistían de unas 940 calorías.

Los investigadores usaron un brazalete para medir la presión con el fin de medir el flujo sanguíneo en la arteria braquial, localizada en el brazo, antes y después de cada escenario. "La arteria braquial representa lo que está sucediendo en las arterias del corazón", explicó Wallace.

Después de la comida rica en grasa, la dilatación de la arteria braquial descendió de 6 por ciento a 4 por ciento, dijo Wallace. "El rango ideal es de alrededor de 6 a 10", apuntó. "Un rango de 3 a 5 no es bueno".

Después de la comida baja en grasa, la dilatación pasó de 6 por ciento a 6.5 por ciento, una ligera mejora.

Pero "después de la comida rica en grasa y el ejercicio, subió de 6 por ciento (antes de la comida) a 8 y medio por ciento", aseguró.

"El ejercicio hace cosas magníficas, cosa que obviamente demuestra que el ejercicio es muy efectivo para contrarrestar una comida rica en gasa", añadió Wallace.

Los resultados del estudio fueron publicados en la edición de septiembre del European Journal of Applied Physiology.

Wallace espera ahora estudiar los efectos del ejercicio antes de una comida rica en grasa. "Me parece que hallaremos que también funciona". Enfatizó que su investigación no tiene como objetivo exhortar a las personas a comer cosas ricas en grasa. Pero es realista. "Hay personas que comerán comidas ricas en grasa", aseguró.

Si usted es un fanático de la comida grasosa, Wallace sugiere que haga algo de ejercicio, después de obtener el visto bueno de su médico.

Pero Jeannie Moloo, dietista registrada de Sacramento, California, y vocera de la American Diabetic Association, ofreció una advertencia sobre el estudio: "Tenemos que mantener en mente que los resultados se aplican sólo a la población investigada, es decir, a adultos jóvenes, saludables y físicamente activos. La pequeña cantidad de sujetos, apenas ocho, hace que sea difícil decir si hay diferencias en las respuestas entre hombres y mujeres".

Al igual que Wallace, Moloo advirtió que la investigación no es una excusa para hartarse de comida grasosa.

Más información

Para aprender más sobre una dieta saludable, visite la American Dietetic Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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