El riesgo de apoplejía de un recién nacido es tan alto como el de un adulto mayor

Sin embargo, muchos de estos eventos discapacitantes pasan desapercibidos

LUNES 11 de julio (HealthDay News/HispaniCare) -- Las apoplejías generalmente se relacionan con los adultos mayores, pero un reciente estudio halla que su incidencia entre los recién nacidos es igual a la de los mayores.

Los investigadores añaden que, en la mayoría de los casos, la apoplejía de un bebé implica problemas neurológicos a largo plazo.

"Generalmente no nos damos cuenta de que los bebés están en riesgo de apoplejía, pero éstas si suceden y causan discapacidades significativas que duran toda la vida", aseguró la coinvestigadora y neuropediatra Dra. Donna M. Ferriero, profesora de neurología y pediatría de la Universidad de California en San Francisco (UCSF).

Al examinar los registros de cerca de 200,000 nacidos en el norte de California durante un período de cinco años, los investigadores hallaron que aproximadamente uno de cada 5,000 niños había sufrido una apoplejía poco después de nacer, un índice igual al de las personas de mayor edad, según Ferriero.

Es más, cerca del ochenta por ciento de las apoplejías de los bebés causó problemas neurológicos a largo plazo en los niños, como parálisis cerebral, epilepsia, problemas del lenguaje e hiperactividad.

Al llamar la atención sobre la frecuencia de las apoplejías de los recién nacidos, Ferriero espera que los padres y los médicos comiencen a prestar más atención a las señales frecuentemente sutiles de apoplejía en sus pequeños y comiencen terapias para rescatar sus cerebros lo antes posible.

"Las discapacidades pueden ser alteradas con reconocimiento y atención oportunos y adecuados. La intervención oportuna hace la diferencia", aseguró. "El cerebro es moldeable y se puede adaptar a la terapia física y ocupacional".

En el estudio, el equipo de la UCSF examinó las historias clínicas de más de 199,000 niños nacidos entre 1997 y 2002 de familias inscritas en el Programa de Cuidado Médico Kaiser Permanente del norte de California.

Hallaron que el índice general de apoplejías durante el parto o en el mes siguiente a éste (apoplejías perinatales) era cercano a uno por cada 5,000 nacimientos. Sin embargo, los autores del estudio consideran que los índices actuales son aún mayores porque las apoplejías deben ser confirmadas con imagenología del cerebro, que no siempre se utiliza en niños con síntomas neurológicos más sutiles.

La discapacidad posterior a la apoplejía fue común, pues al 58 por ciento de los niños se le diagnosticó parálisis cerebral, un trastorno neurológico que se caracteriza por debilidad muscular; el 39 por ciento tenía epilepsia; se informó que el 25 por ciento presentaba retrasos en el lenguaje y el 22 por ciento presentaba anormalidades del comportamiento, como hiperactividad.

Los investigadores agregaron que era más probable que la parálisis cerebral ocurriera en bebés que no tenían síntomas iniciales. En esos casos, no se halló evidencia de apoplejía hasta varios meses después del parto cuando se descubría, por ejemplo, que el niño presentaba un uso disminuido de una mano.

Ferreiro sostuvo que hace falta más investigación para comprender la causa de estas apoplejías, para las que actualmente no existe tratamiento. Un estudio anterior de la UCSF halló que los bebés nacidos de mujeres con historial de infertilidad, que habían tenido infecciones en las membranas del útero durante el embarazo o que habían experimentado una afección de la presión arterial relacionada con el parto llamada preeclampsia estaban en mayor riesgo de apoplejía perinatal.

Los resultados del estudio, financiado en parte por la United Cerebral Palsy Foundation, aparecen en los Annals of Neurology del 11 de julio.

El Dr. John Kylan Lynch, investigador de los National Institutes of Health, aseguró que este estudio es importante porque es grande y porque se basa en información tomada de la población general y no en estudios que observaron únicamente a víctimas de apoplejía. Es más, incluyó casos en los que los síntomas de apoplejía aparecían posteriormente, luego de que el niño ya estaba en casa.

"Es importante que el público sepa que la mayoría de los niños [que sufren de apoplejía] presentarán ataques en el hospital, mientras que otros se verán normales hasta que cumplan unos dos meses, cuando desarrollarán dificultad con movimientos motores de un lado del cuerpo", recomendó.

Ferriero aseguró que lo mejor que los padres pueden hacer es confiar en su instinto si creen que su hijo tiene problemas en el desarrollo.

"En la guardería, las enfermeras se dan cuenta muy rápido de las apoplejías, pero cuando los bebés se van a casa, es asunto de los padres", sostuvo. "Los padres son los mejores observadores del conjunto de habilidades de sus hijos, por lo que, si un padre no se siente cómodo con el desarrollo cognitivo o motor de su hijo, debe confiar en su criterio".

Los padres deben hablar con el pediatra de su hijo y no vacilar en pedir una remisión a un especialista, recomendó. También deben buscar señales de apoplejía, por ejemplo, si el niño sólo utiliza un brazo o parece tener problemas de reconocimiento visual o de atención, agregó.

Más información

Se puede hallar más información acerca de las apoplejías de los bebés en United Cerebral Palsy.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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