Terapia genética detiene insuficiencia cardiaca en hámsteres

Pero no se ven beneficios inmediatos para pacientes cardiacos humanos

Lunes, 22 de julio (HealthDayNews) -- Investigadores de la Escuela de Medicina de San Diego de la Universidad de California han utilizado terapia genética para detener el progreso de insuficiencia cardiaca en hámsteres.

El estudio, que aparece hoy en la edición cibernética de "Nature Medicine", es emocionante por varias razones: No sólo los científicos modificaron un gen para corregir la insuficiencia cardiaca, también desarrollaron un sistema que transportaba exitosamente el gen al corazón y mantenía el gen activo por siete meses en más de 60 por ciento de las células del músculo cardiaco, un porcentaje muy grande.

Los resultados son un cumplimiento significativo en el campo de terapia genética, que ha estado sufriendo desde que Jesse Gelsinger de 18 años murió en septiembre en 1999 luego de recibir terapia genética por un trastorno metabólico en la Universidad de Pensilvania.

"Creo que este estudio es un buen ejemplo de lo que es potencialmente alcanzable. Es un estudio de prueba de concepto muy provocador, muy interesante, muy importante", comentó el doctor P.K. Shah, director de cardiología en el centro de investigación de arterosclerosis en Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles.

"Pero no podemos comenzar a hacerlo en humanos mañana", agregó Shah, quien está conduciendo los estudios financiados por el Instituto Nacional de la Salud en cuanto al uso de la terapia genética para la prevención de la arterosclerosis, en la cual los materiales grasos se acumulan en las paredes arteriales, y eventualmente restringen el flujo de la sangre.

Los autores del estudio concuerdan con que los resultados, aunque dinámicos, son tempranos y cualquier beneficio a los humanos no es inminente.

"Es cierto tipo similar al primer Modelo-T. No estoy diciendo que es un Porsche, pero motivará a muchas otras personas a comenzar a pensar", sostuvo el doctor Kenneth Chien, autor principal del estudio y director del Instituto de Medicina Molecular de la universidad.

La insuficiencia cardiaca afecta a más de 4.5 millones de estadounidenses. La enfermedad tiene muchas causas y no tiene cura fuera de un transplante de corazón o de artefactos de bombeo mecánico, ambas medidas extremas.

"Cada vez que podemos tener un impacto, va a ser un avance médico mayor", indicó el Dr. Daniel Fisher, un profesor clínico asociado de la Escuela de Medicina de New York University. "Estoy emocionado por el impacto potencial, pero no estoy esperanzado de que vaya a ser clínicamente aplicable en algún momento en un futuro visible".

El estudio de Nature Medicine se fundamenta en una serie de experimentos que datan de hace varios años. El primer hecho importante se llevó a cabo en 1997, cuando los investigadores produjeron ratones con mutaciones genéticas que causaron un defecto en el bombeo de calcio del corazón. El defecto se asemejaba a uno similar en humanos que es la causa principal de insuficiencia cardiaca.

Los investigadores luego descubrieron que extraer un gen llamado fosfolamban (PLN) previno completamente el comienzo de la insuficiencia cardiaca en ratones con el defecto. Al parecer los humanos con el gen PLN defectuoso tuvieron el mismo problema. Insertar un gen PLN modificado que contrarrestase el gen defectuoso tuvo el mismo efecto que extraer el gen en los ratones.

El siguiente paso fue la prueba de los resultados en una animal mayor, uno más similar a los humanos. Entonces tenemos el hámster, y el más reciente conjunto de experimentos. Aunque la intención inicial del estudio era ver si el gen modificado podría prevenir la insuficiencia cardiaca, los científicos llegaron a mitad del camino del experimento y se dieron cuenta de que en realidad estaban deteniendo el progreso de la enfermedad.

El gen se suministró inicialmente con un adenovirus, o virus de resfriado. Pero los resultados sólo duraron una semana e incluyeron inflamación.

Para este estudio, los investigadores, "pidieron prestado" un virus adenoasociado que los investigadores de la Universidad de Pensilvania habían utilizado exitosamente en pacientes hemofílicos. El nuevo virus, suministrado por un catéter directamente a las arterias coronarias, no produjo inflamación del corazón y logró que se detuviera la insuficiencia cardiaca durante siete meses. Lo que es más, una sola inyección del nuevo virus trabajó bien con el músculo cardiaco; más de 60 por ciento del músculo ventricular terminó "extrayendo" el gen.

"Demostraron una transducción muy eficiente", dijo el doctor James Merrritt, médico en jefe de Introgen Therapeutics en Houston. La transducción es la eficiencia mediante la cual el gen modificado se introduce en las células. "Dieron números aproximados al 60 por ciento, que es muy alto y la duración en la cual pudieron detectar el gen mismo fue bastante larga y luego, por supuesto, recibieron alguna actividad terapéutica".

Desafortunadamente, los hámsteres de corazón saludable no se traduce fácilmente en humanos con corazón saludable.

"Es fantástico cuando estás hablando de animales, pero pensar que se va a progresar a experimentos humanos de un momento a otro es un sueño imposible", señaló Fisher.

El procedimiento para utilizar el gen modificado, aunque eficaz, fue bastante violento, comentó Merritt. Los animales tuvieron que ser congelados a bajas temperaturas para reducir la velocidad del corazón, y los vasos sanguíneos fueron temporalmente bloqueados durante el procedimiento. También se utilizó una gran dosis del virus, dijo Merritt.

"No hay duda alguna que dieron el máximo para obtener los mejores resultados posibles", sostuvo Merritt. Y no hay nada malo con esto; sólo que no se puede repetir en humanos.

En estudios adicionales no mencionados en este artículo, los investigadores han demostrado que introducir el gen tuvo un efecto dramático en detener el progreso de insuficiencia cardiaca en ratas que habían sufrido de ataques al corazón.

El sistema de entrega del catéter se ha intentado en 50 cerdos y, Chien afirmó: "si seguimos progresando de la forma en que lo estamos haciendo, esperamos que en 18 meses más o menos poder comenzar la primera prueba clínica [en pacientes humanos] con insuficiencia cardiaca severa e insuficiencia cardiaca casi en la etapa final".

"Seguirá siendo un procedimiento riesgoso con su propio conjunto de problemas, pero está biológicamente dirigido. Existe una razón racional para hacer las cosas. No es instalación de tuberías", comentó Chien.

Qué hacer

Para más información sobre insuficiencia cardiaca, visita la Asociación Americana del Corazón. Para leer sobre la investigación de terapia genética en el área de cardiología, visita el Texas Heart Institute .

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