El estafilococo resistente al antibiótico se ha convertido ahora en una 'epidemia'

Expertos afirman que la infección ha pasado del hospital a la comunidad general

JUEVES 31 de agosto (HealthDay News/HispaniCare) -- La prevalencia de la infecciosa bacteria Staphylococcus aureus resistente al antibiótico ha alcanzado el nivel de una pandemia global, advierten los expertos.

De los 2 mil millones de individuos que se estima portan la S. aureus en todo el mundo, se cree que de 2 a 53 millones portan la cepa resistente a la meticilina, concluyen los autores de un artículo de reseña publicado en la edición de esta semana de The Lancet.

El aumento del S. aureus resistente a la meticilina (SARM) es un síntoma de un problema global mayor, señalaron expertos externos.

"El problema es mucho mayor que el SARM", aseguró el Dr. Edward Chapnick, director de enfermedades infecciosas en el Centro médico Maimonides en la ciudad de Nueva York. "El problema es la resistencia a los antibióticos como un todo. Ese no es el único organismo resistente. Es un gran problema, pero no es el único, y al menos es tratable".

El SARM es de hecho resistente a muchos antibióticos estándares que han sido usados durante años, pero la bacteria puede aún ser tratada de manera efectiva con uno de varios antibióticos.

La bacteria vive tranquilamente en la nariz de muchas personas, pero a veces puede desencadenar infecciones graves. Los síntomas pueden variar desde un corte de papel infectado, infecciones del torrente sanguíneo, hasta infecciones de las válvulas cardiacas que pueden ser mortales.

El SARM estuvo, durante mucho tiempo, limitado a los hospitales, residencias para ancianos y otros centros de atención o a las personas que estaban en contacto permanente con tales centros. Sin embargo, en 1993, nuevas cepas entre la gente que no había estado en contacto con el sistema de atención de salud emergieron en la parte occidental de Australia.

Esta tendencia "predijo la identificación a nivel mundial de la evolución dramática de cepas SARM genuinas adquiridas en la comunidad", escribieron los autores del artículo de The Lancet, que están afiliados al Sistema Europeo de Vigilancia a la Resistencia Microbiana en los Países Bajos.

La pregunta más apremiante ahora mismo, según los expertos, es cómo controlar el problema.

La evaluación puede ser efectiva pero también controversial. Mucha gente sin infección aparente porta la bacteria y puede aún propagarla. "Este es un tema que aún no está resuelto del todo en este punto", dijo Chapnick. "Logísticamente, resulta muy difícil hacer un cultivo en cada paciente. No tenemos ninguna prueba de que la medida sea beneficiosa en sí misma".

De hecho, los autores señalan que la evaluación en pacientes de alto riesgo, conjuntamente con la higiene y la educación, tiene mayor probabilidad de hacer una mella real en las tasas de transmisión.

La higiene de las manos es también muy importante, para los trabajadores de salud y para los individuos "regulares". "Si todos nosotros pudiéramos tener una mejor higiene de las manos, creo que sería en gran medida la forma de obtener más por menos", señaló Chapnick.

En la comunidad, las personas deberían evitar actividades tales como baños comunales y compartir toallas.

Y los antibióticos deberían reservarse solamente para las bacterias y no los virus. "La próxima pieza del rompecabezas es hacer un mejor uso de los antibióticos, no sólo por parte de los médicos sino también de los consumidores", señaló Chapnick.

Estas recomendaciones están cobrando relevancia a la luz de las tendencias actuales.

El artículo de The Lancet subraya que los nuevos clones del SARM que han aparecido en la comunidad combinan la resistencia al antibiótico con una fácil transmisión y virulencia. La preocupación es que éstos puedan arraigarse en los hospitales, donde los pacientes son especialmente vulnerables.

Un comentario acompañante escrito por el Dr. Ian Gould, del Aberdeen Royal Infirmary en Escocia, señala que la bacteria puede ser extremadamente destructiva.

Durante los años 50, un estafilococo virulento causaba sepsis (infección en la sangre) en el 30 por ciento de las personas infectadas. Y durante la pandemia de influenza de 1918-1919, la neumonía por estafilococo fue la causa principal de muerte entre la gente joven.

"¿Qué pasará si se produce otra pandemia de influenza, y no hemos hecho nada por controlar el SARM adquirido en la comunidad?", preguntó Gould.

Más información

Para obtener más información sobre el SARM adquirido en la comunidad, visite los U.S. Centers for Disease Control and Prevention.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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