Medicamento contra la hemofilia combate la forma más letal de apoplejía

Expertos señalan que se trata del primer agente que demuestra ser eficaz contra los ataques hemorrágicos

MIÉRCOLES 23 de febrero (HealthDay News/HispaniCare) -- Los resultados positivos de una importante prueba internacional sugieren que un medicamento que se utiliza para tratar la hemofilia podría reducir las muertes y la discapacidad que resultan de un cierto tipo particularmente letal de apoplejía.

Según un informe que aparece en la edición del 24 de febrero del New England Journal of Medicine, los pacientes que recibieron el medicamento, llamado factor VII activado recombinante (rFVIIa), dentro de las cuatro horas siguientes a una apoplejía hemorrágica, tuvieron una posibilidad de supervivencia significativamente mayor y sufrieron daño cerebral menos incapacitante que quienes no estuvieron sometidos al tratamiento.

"Hay que alegrarse con estos resultados porque, cuando se hagan más estudios, estaremos a las puertas de la primera terapia dirigida para hemorragias cerebrales", aseguró el Dr. Lewis B. Morgenstern, director del programa de apoplejía del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan y coautor de un editorial acompañante en la publicación.

Los vasos sanguíneos reventados son responsables por apenas entre el 10 y el 15 por ciento de las apoplejías. El resto son causadas por coágulos que bloquean los vasos sanguíneos del cerebro. Sin embargo, más del 60 por ciento de los pacientes que sufren apoplejías hemorrágicas mueren en el término de un año, a pesar de los mejores tratamientos disponibles actualmente. Muchas de estas muertes tienen lugar dentro de las primeras horas siguientes al ataque.

Es por esas muertes que se inició esta prueba, aseguró el Dr. Stephan A. Mayer, profesor asociado de neurología y neurocirugía del Centro Médico de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.

"Me llamaban a la sala de emergencias para que atendiera a un paciente con hemorragia cerebral aguda", relató Mayer. "Sólo me podía sentar a verlo sucumbir ante mis ojos, vomitando y sudando antes de entrar en coma. Estaba muy claro que muchos estaban experimentando una hemorragia activa dentro del cerebro".

Los informes acerca del rFVIIa llamaron la atención de Mayer. El medicamento se comercializa en los Estados Unidos por el laboratorio holandés Novo Nordisk para el tratamiento de la hemofilia con el nombre comercial NovoSeven. El medicamento ayuda a combatir ese trastorno en la sangre porque mejora la capacidad de coagulación, pues contiene el sangrado incontrolable que pone en peligro a los hemofílicos.

A Mayer se le ocurrió que el medicamento "podría realzar un sistema de coagulación normal, así que vi un potencial para un tratamiento súper anticipado para combatir el sangrado activo en el cerebro".

Se comunicó con Novo Nordisk para proponer una prueba "y mandaron a alguien desde Copenhague inmediatamente", comentó Mayer. Describió lo que pasó después como "un ejemplo ideal de cómo la academia y la industria pueden trabajar en conjunto".

En la prueba participaron 399 pacientes de apoplejía tratados en 73 centros de salud de 20 países. A algunos se les administró un placebo, mientras que otros recibieron dosis distintas de rFVIIa adicionales a su tratamiento.

A los 90 días después del derrame, los pacientes que habían tomado rFVIIa se beneficiaron de una reducción del 38 por ciento en la mortalidad, en comparación con quienes no recibieron el medicamento. Es más, los pacientes que utilizaron rFVIIa (el 24 por ciento) sobrevivieron casi tres veces más al derrame sin daño neurológico de consideración, en comparación con los que tomaron el placebo (el 8 por ciento).

En general, a los pacientes que recibieron las dosis más altas de rFVIIa les fue mejor, aunque hubo un aumento en el riesgo de ataque al corazón y bloqueo de las arterias cerebrales en los pacientes que recibieron dosis altas. Estos problemas deberían suscitar más pruebas antes de que el tratamiento pueda ser aprobado para su uso generalizado, advirtió Morgenstern.

Aún así, la posibilidad de un tratamiento eficaz para una apoplejía hemorrágica podría muy pronto darle a los médicos una opción nueva y viable para tratar a estos pacientes, opinó. En este momento, "los médicos tienden a darse por vencidos muy pronto cuanto tienen pacientes con hemorragia intracerebral", según Morgenstern. "Los médicos dicen que hay demasiada sangre en el cerebro y las familias están de acuerdo con retirar el cuidado".

"El concepto general de intentar tratar a los pacientes de derrame es relativamente nuevo", aseguró Mayer. "En 30 años de investigación en busca de tratamientos sólo hemos tenido éxito una vez con el activador tisular del plasminógeno (tPA) para la apoplejía isquémica", relató.

El uso oportuno del tPA ha mejorado la supervivencia de individuos que sufren derrames cerebrales causados por isquemia (arterias bloqueadas) en cerca de un tercio, continuó Mayer.

Una nueva prueba dirigida a obtener aprobación en los EE.UU. para el uso rutinario del rFVIIa comenzará pronto, aseguró. Se espera que tome unos dos años, pero no hay nada que pueda evitar que los médicos utilicen el medicamento para usos no indicados en la etiqueta con el fin de tratar apoplejías hemorrágicas, sostuvo Mayer.

Mayer y Morgenstern estuvieron de acuerdo en que un tratamiento para la apoplejía está causando una revolución y cada vez más centros médicos están dedicando unidades a atender el problema. El punto básico, dijeron, es que el tratamiento debe comenzar lo más pronto posible. Como dice Morgenstern, "el tiempo es cerebro".

"Se trata de una verdadera batalla para acabar con décadas de nihilismo terapéutico", declaró Mayer. "Eso es lo que está cambiando".

Más información

Para saber más acerca de las señales de alerta y el tratamiento de la apoplejía, visite la American Stroke Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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