Pronto, los ensayos clínicos serán más rápidos, pero todavía seguros

Los expertos afirman que los 'marcadores sustitutos' podrían acelerar la llegada de los medicamentos a los pacientes

MIÉRCOLES 29 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- En un mundo ideal, medicamentos nuevos, efectivos y seguros pasarían por ensayos clínicos en tan sólo un par de años.

Pero el proceso de aprobación de medicamentos en este país dista mucho de ser ideal: En todo 2005, la U.S. Food and Drug Administration aprobó sólo 20 nuevos agentes, en comparación con 36 aprobaciones en el año anterior.

Y si bien todo el mundo quiere que los medicamentos efectivos lleguen al mercado tan rápido como sea posible, la catástrofe de Vioxx de 2004 tiene a los reguladores y a los que desarrollan medicamentos prevenidos contra lanzar medicamentos demasiado rápido.

Por eso, algo que se conoce como marcadores sustitutos, una especia de "bola de cristal" para ensayos clínicos, tiene a todas las personas involucradas en el desarrollo de medicamentos tan emocionadas.

"Esperamos que dará el ímpetu para cambiar la duración de los ensayos clínicos, por ejemplo, de cinco años a uno", afirmó el Dr. Jerry Radich, un notable investigador de la leucemia de la división clínica del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle.

Radich está bien familiarizado con el asunto, pues es el líder del primer ensayo clínico en fase 3 federalmente aprobado de un agente de cáncer en que un marcador sustituto será el principal criterio mediante el cual los investigadores juzgarán la efectividad del medicamento.

Ese ensayo, que todavía está reclutando pacientes, comparará dos dosis de imatinib (Gleevec) contra el medicamento experimental dasatinib, para pacientes de leucemia mieloide crónica (LMC).

Los marcadores sustitutos son esencialmente pruebas o puntos claves de los pacientes que los investigadores pueden usar como sustitutos para predecir resultados a largo plazo en los pacientes, tal como la supervivencia. Incluyen patrones como la reducción de los tumores, el tiempo a la recaída de la enfermedad, hallazgos en una prueba IRM o PET, o cambios moleculares o genéticos en muestras de sangre o tejido.

Lo importante es que estos hallazgos pueden predecir, con bastante exactitud y con años de anticipación quién se beneficiará de una terapia particular y qué tanto.

Actualmente, "la supervivencia de los pacientes sigue siendo el estándar por excelencia como el punto final de cualquier ensayo clínico de gran tamaño", explicó el Dr. James Doroshow, director de la división de diagnóstico y tratamiento del cáncer en el U.S. National Cancer Institute (NCI). "No hay duda de que si algo aumenta significativamente la supervivencia del paciente, entonces esa terapia, si tiene un perfil aceptable de toxicidad, será con frecuencia, aunque no siempre, aprobada por la FDA".

Pero hay un gran problema con usar la supervivencia como el punto final principal de un estudio: los resultados finales pueden durar muchos años, hasta décadas, para ser recogidos a medida que los investigadores cuentan quiénes vivieron y quiénes murieron.

Eso es parte del motivo por el cual el medicamento promedio aprobado por la FDA ahora tarda por lo menos una década en llegar del laboratorio al mercado o hasta más.

Entonces, los expertos se han concentrado recientemente en el desarrollo de pruebas que "podrían predecir, con probabilidades muy altas, si un tratamiento brinda un beneficio de supervivencia o no", explicó Doroshow.

En el caso del ensayo de Radich, la prueba en cuestión mide los cambios posteriores al tratamiento en un marcador genético que se lleva en la sangre que predice la "profundidad" de la respuesta de un paciente de LMC a la terapia con el medicamento. Debido a que su equipo no tendrá que esperar los resultados de supervivencia, los resultados de este ensayo de 600 pacientes deberían estar listos en meses, en lugar de años, del tratamiento inicial, apuntó Radich. "Es una manera bastante ingeniosa de acelerar las cosas y llevar al mercado medicamentos que podrían ser potencialmente mejores más rápidamente", apuntó.

Pero al acelerarse las cosas, ¿no se aumenta el riesgo de que los efectos secundarios a largo plazo no se noten? Según los expertos, no es así.

En primer lugar, "en todos los ensayos de los que estamos hablando ahora, hay suficientes datos [de seguridad] de las fase 1 y 2, de manera que nos sentimos bastante cómodos con los efectos secundarios", apuntó Radich.

Y Doroshow anotó que la mayoría de ensayos de fase 3, que se concentran en eficacia, no terminan cuando se publican los resultados iniciales. "Especialmente para las terapias nuevas, seguimos a los pacientes durante mucho tiempo después de esto, en busca de efectos a largo plazo", aclaró.

Sin embargo, el experto del NCI advirtió que cualquier adopción de marcadores sustitutos tiene que ser hecha con cuidado, primero asegurando que un marcador particular en realidad prediga la supervivencia del paciente. Una iniciativa conjunta del NCI/FDA para evaluar una teoría como esta, que los hallazgos de una prueba PET predicen la supervivencia luego de tratamiento para el cáncer del pulmón, se está recopilando actualmente, aseguró Doroshow. La FDA también está investigando si el tiempo a la recaída de la enfermedad podría ser un buen pronosticador para la supervivencia de los pacientes que luchan contra el cáncer de colon metastático.

Si uno de esos esfuerzos termina positivamente, el resultado podría ser ensayos clínicos mucho más cortos, pero aún así exactos, para medicamentos contra dos de las principales causas de muerte por cáncer. Y los expertos piensan que los marcadores sustitutos podrían también servir como puntos finales para ensayos de otras formas de enfermedad, como los trastornos autoinmunes e infecciones como el VIH.

Más información

Para más información sobre los ensayos clínicos, diríjase a los U.S. National Institutes of Health.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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