AHA News: La pérdida auditiva y su conexión con enfermedad de Alzheimer y demencia

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MIÉRCOLES, 6 de mayo de 2020 (American Heart Association News) -- El sonido tiene la facultad de estimular el cerebro, por lo que la pérdida de la audición tiene el potencial de ocasionar efectos profundos en la salud, sobre todo en personas de tercera edad.

De acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud, en los Estados Unidos aproximadamente 1 de cada 3 personas de entre 65 y 74 años de edad tiene pérdida auditiva. Un estudio publicado en 2016 en el American Journal of Public Health encontró que unas dos terceras partes de los adultos mayores de 70 años sufren de impedimentos auditivos que podrían afectar su comunicación cotidiana.

La pérdida de la audición se relaciona con declives cognitivos, aunque se requiere más investigación para determinar el alcance de esa conexión, dijo el Dr. Costantino Iadecola, director del Feil Family Brain and Mind Research Institute del Colegio Médico Weill Cornel en la ciudad de Nueva York.

Un estudio en los Archives of Neurology, llamados ahora JAMA Neurology, encontró que, comparadas con personas con audición normal, las personas con pérdida auditiva leve tuvieron un riesgo casi doble de desarrollar demencia. Las personas con pérdida auditiva moderada tuvieron un riesgo triple y las personas con pérdida auditiva grave, un riesgo cinco veces mayor.

"Sabemos que las personas que tienden a tener pérdida auditiva son propensas a tener más demencia", dijo Iadecola. "Eso no significa que la pérdida auditiva esté ocasionando la demencia ni tampoco que la demencia ocasione la pérdida de la audición".

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en 2014 unos 5 millones de personas en los Estados Unidos vivían con Alzheimer y demencias relacionadas, cifra que representó aproximadamente un 1.6% de la población estadounidense. Se espera que para el año 2026 esa cantidad aumente a 13.9 millones, aproximadamente un 3.3% de la población.

La demencia puede surgir por una variedad de razones que incluyen padecimientos vasculares, neurogenerativos y neuroinmunitarios, agregó Iadecola. "Cada uno afecta el cerebro de manera distinta".

Una teoría sobre la conexión entre la demencia y la pérdida auditiva es que la demencia crea ciertas condiciones que pueden afectar la habilidad de escuchar, dijo Iadecola, añadiendo que podría tratarse de lo contrario, que la pérdida auditiva impida el funcionamiento cerebral.

"Si desglosamos el sentido del oído vemos que es un elemento principal en nuestra capacidad para conectarnos con el resto del mundo", dijo Nicholas Reed, audiólogo y docente principal del Centro Coclear para Audición y Salud Pública de la Escuela Johns Hopkins Bloomberg de Salud Pública en Baltimore.

La pérdida auditiva "se relaciona en gran medida con el aislamiento social y la soledad", indicó, "y sabemos desde hace mucho tiempo que el aislamiento social y la soledad se vinculan con resultados importantes relacionados con la edad, como demencia y declive cognitivo".

Reed es parte de un equipo de Johns Hopkins a cargo de un estudio con fondos federales que observa actualmente el potencial de los tratamientos auditivos para reducir el declive cognitivo en adultos de la tercera edad. Es el tipo de investigación que podría marcar la diferencia en la calidad de vida de ese sector de la población durante generaciones venideras.

No se esperan resultados durante varios años. Por ahora, dijo Reed, aunque la investigación actual no ha concluido definitivamente si los aparatos auditivos pueden ayudar, "Yo creo que muchos de nosotros creemos que, efectivamente, atender el sentido del oído sí resulta útil".

Sin embargo, también indicó que no todas las personas con pérdida leve de la audición necesitan un aparato auditivo de inmediato. "Es muy posible que esas personas puedan mantenerse bien tan solo ajustando su forma de vivir con cosas como asegurar voltear la cara hacia los sonidos que quieran escuchar, evitar el ruido ambiental al entablar conversaciones importantes y usar amplificadores sencillos que ayudan en situaciones más difíciles".

Reed sugiere que todos empiecen a hacerse chequeos auditivos en forma regular en sus años 60s y que usen tapones en los oídos durante eventos deportivos o conciertos de gran volumen, sin importar la edad.

También destacó un informe de 2017 de la Comisión Internacional de Prevención, Intervención y Atención de la Demencia, en The Lancet, como comprobante de la importancia de la prevención. Dicho informe identificó la pérdida auditiva como uno de los nueve riesgos potencialmente modificables que contribuyeron a aproximadamente un 35% de los casos de demencia. La pérdida auditiva representó el mayor aporte con un 9%.

"En teoría, eso significa que se podría eliminar un 9% de los casos de demencia si se eliminara toda la pérdida auditiva", agregó Reed. No obstante, también indicó que eso supone que no habría ningún otro factor contribuyente.

Mantenerse generalmente sano, con suficiente ejercicio y prevención de la alta presión sanguínea, también podría afectar la salud del sentido del oído.

"En términos de la salud, la inquietud principal al envejecer es mantener nuestra habilidad de funcionar de manera independiente en la mayor medida posible", dijo Iadecola, "y la audición en un elemento central de ese proceso".

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