MIÉRCOLES, 15 de noviembre de 2017 (HealthDay News) -- Incluso si los investigadores encontraran un nuevo y revolucionario tratamiento para la enfermedad de Alzheimer, millones de personas quizá no se beneficien del mismo, revela una investigación reciente.
Esto se debe a que el sistema de atención de la salud de EE. UU. no tiene la capacidad para implementar con rapidez un tratamiento recién aprobado a amplia escala, según un informe de la RAND Corporation.
Por ejemplo, no hay suficientes médicos para diagnosticar a todas las personas con señales tempranas de demencia que serían buenos candidatos para dicho tratamiento, explicaron los investigadores. Además, los escáneres para detectar la enfermedad escasean, y no hay suficientes centros de tratamiento que pudieran administrar la terapia a los pacientes.
Se estima que 5.5 millones de estadounidenses viven con la enfermedad de Alzheimer en la actualidad. Se anticipa que esa cifra haya aumentado a 11.6 millones en 2040, según los autores del estudio.
"Aunque se está realizando un esfuerzo significativo por desarrollar tratamientos para ralentizar o bloquear la progresión de la demencia del Alzheimer, se está haciendo poco trabajo para preparar al sistema médico para ese avance", advirtió la autora líder del estudio, Jodi Liu, investigadora de políticas de la RAND, un grupo de investigación sin fines de lucro.
"Aunque no hay certeza de que se apruebe pronto una terapia para el Alzheimer, nuestro trabajo sugiere que los líderes de la atención de la salud deben comenzar a pensar sobre cómo responder a un avance de ese tipo", explicó Liu en un comunicado de prensa de la RAND.
Al menos 10 terapias que están pasando ahora por ensayos clínicos se consideran promisorias, según los autores del estudio. Los investigadores de la RAND creen que se ha logrado suficiente progreso como para sugerir que un tratamiento posible para ralentizar los efectos de la enfermedad podría estar disponible en cuestión de unos años.
En el estudio, Liu y sus colaboradores analizaron la forma en que los pacientes podrían recibir una terapia recién aprobada, y cómo un avance de ese tipo en el tratamiento afectaría al sistema de atención de la salud de EE. UU.
Por ejemplo, si se aprobara el uso de una nueva terapia para 2020 y las pruebas de detección comenzaran en 2019, se tendría que evaluar el deterioro cognitivo leve en más o menos 71 millones de estadounidenses de a partir de 55 años de edad, apuntaron los investigadores. También se necesitarían exámenes y pruebas de imágenes de seguimiento para confirmar un diagnóstico de Alzheimer. Los autores del estudio estimaron que el nuevo tratamiento se recomendaría a 2.4 millones de personas.
Según esos cálculos, la demanda del nuevo tratamiento superaría a los recursos disponibles del sistema de atención de la salud de EE. UU. Eso resultaría en esperas de más de 18 meses para cada fase del diagnóstico y el tratamiento, una espera que no se reduciría a un periodo más cercano a un mes hasta 2030, proyectaron los autores del estudio.
Para estar mejor preparados para la aprobación de un tratamiento para el Alzheimer, los investigadores recomendaron:
Según el autor principal del estudio, el Dr. Soeren Mattke, "abordar las limitaciones de la capacidad podría resultar tan difícil como desarrollar un tratamiento efectivo para el Alzheimer".
Pero, añadió, "es importante comenzar la discusión entre los implicados sobre cómo empezar a abordar los obstáculos de forma oportuna".
Mattke es el director administrativo de los Servicios de Asesoría de la Salud de RAND.
Más información
El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de EE. UU. tiene más información sobre la enfermedad de Alzheimer.
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