¿La sangre del cordón umbilical podría ayudar a aliviar el autismo?

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MARTES, 19 de mayo de 2020 (HealthDay News) -- Un estudio que evalúa la sangre del cordón umbilical como tratamiento del autismo ha encontrado pistas de beneficios potenciales para algunos niños, pero los investigadores apuntan que se necesita mucho más trabajo para obtener unas respuestas más firmes.

El estudio de 180 niños encontró que una sola infusión de sangre del cordón umbilical no mejoró las habilidades sociales o de comunicación en el grupo en general. Pero hubo señales positivas en el subgrupo de niños que no tenían discapacidades intelectuales: sus habilidades de comunicación mejoraron, en promedio, a lo largo de los seis meses siguientes.

Los hallazgos, que se publicaron en la edición del 19 de mayo de la revista Journal of Pediatrics, no respaldan el uso de la sangre del cordón umbilical fuera de un ensayo clínico, enfatizaron los investigadores.

"Esto solo nos da algunos datos esperanzadores, y estamos planificando estudios adicionales", comentó la investigadora sénior, la Dra. Joanne Kurtzberg, profesora de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

El principio subyacente del tratamiento se basa en parte en investigaciones de laboratorio anteriores que sugerían que ciertas células de la sangre del cordón umbilical, llamadas monocitos, pueden moderar un tipo de inflamación del cerebro que se observa en las personas con autismo.

No está claro que la inflamación sea la causa de los síntomas de autismo. Pero hay "evidencias bastante firmes" de una relación con los problemas de comunicación social que caracterizan al trastorno, según Kurtzberg.

Unos estudios anteriores de tamaño reducido no encontraron efectos secundarios adversos al administrar a los niños autistas una infusión de la sangre de su propio cordón umbilical (recolectada al nacer), o de una donación de un banco de sangre de cordón umbilical.

Pero si tiene o no algún efecto es otro tema, y un tema difícil de estudiar, señaló Kurtzberg.

Un problema básico es que los casos de autismo son complejos y diversos, y varían mucho de un niño a otro.

Algunos niños tienen unos problemas más leves con la socialización y la comunicación, mientras que otros están profundamente afectados: hablan poco, si hablan, y se implican en conductas repetitivas y obsesivas. Algunos niños con autismo tienen discapacidades intelectuales, mientras que otros tienen coeficientes intelectuales (CI) promedio o por encima del promedio.

En el ensayo más reciente, la mayoría de los niños tenían cierto grado de discapacidad intelectual, un número más alto de lo que los investigadores anticipaban inscribir. También resultó que tiene un gran efecto placebo, dijo Kurtzberg. Es decir, los padres de los niños que en realidad recibieron un placebo en vez de la sangre del cordón umbilical, de cualquier forma con frecuencia reportaron mejoras en la conducta de sus hijos.

Los investigadores también estudiaron un amplio rango de edad, de 2 a 7 años. Y en los niños pequeños, dijo Kurtzberg, es difícil saber si cualquier progreso en las habilidades sociales o de comunicación se debe a la terapia o al desarrollo natural.

"En los niños más pequeños, hubo un importante efecto placebo", apuntó.

Los investigadores de la Duke habían comenzado otro estudio en que solo participaban niños de 4 a 8 años. Pero esto tiene una desventaja, dado que en general se cree que mientras antes se puede realizar una intervención para el autismo, mejor, apuntó Kurtzberg.

El Dr. Andrew Adesman es jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Cohen, en New Hyde Park, Nueva York.

Felicitó a los investigadores por declarar lo que sus hallazgos no prueban.

"Los resultados de este estudio son desalentadores porque parece que no hay un beneficio para los niños con [autismo] que tienen un funcionamiento más bajo, y, quizás, unos beneficios modestos para los niños con [autismo] en los que tienen un funcionamiento más alto", apuntó Adesman.

Este hallazgo más reciente, añadió, "sin duda tendría que replicarse en un estudio de seguimiento muy bien controlado".

En el ensayo participaron 180 niños con autismo que se asignaron al azar a uno de tres grupos: 56 recibieron una infusión de la sangre de su propio cordón umbilical, 63 una infusión de un donante genéticamente compatible, y 61 recibieron una infusión placebo.

En total, 12 niños tuvieron una reacción alérgica a la infusión: en cuatro fue grave, con síntomas como dificultades para respirar e inflamación facial.

En cuanto a los beneficios del tratamiento, en general no hubo unos beneficios claros. Pero cuando los investigadores se enfocaron en los niños sin discapacidades intelectuales, observaron que los que habían recibido la sangre del cordón umbilical mostraban mejoras en las habilidades de comunicación, en promedio.

"Algunos que no eran verbales se hicieron verbales, y pudieron expresar necesidades, como 'quiero leche'", comentó Kurtzberg. "Algunos pasaron de tener una comunicación verbal mínima a poder tener una conversación".

Pero los resultados se basan en un número reducido de niños. En el futuro, añadió Adesman, sería útil contar con un estudio que implique a múltiples centros de investigación, y a un grupo más grande de niños sin discapacidad intelectual.

Más información

Autism Speaks ofrece más información sobre las terapias para el autismo.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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