Más bebés y niños pequeños reciben antipsicóticos

Investigadores cuestionan la 'preocupante' tendencia

LUNES, 4 de enero (HealthDay News/DrTango) -- La tasa de niños entre los dos y cinco años que reciben fármacos antipsicóticos se ha duplicado en los últimos años, según encuentra un estudio reciente.

Sin embargo, es poco lo que se sabe sobre la eficacia o seguridad de estos potentes medicamentos psiquiátricos en niños de esa edad, apuntaron investigadores de la Universidad de Columbia y la Universidad de Rutgers, que evaluaron datos sobre más de un millón de niños que tenían seguro privado de salud.

"Se trata de una tendencia preocupante, en parte porque se sabe muy poco sobre la seguridad a corto plazo, y mucho menos a largo plazo, de estos medicamentos en ese grupo de edad", advirtió el autor del estudio, el Dr. Mark Olfson, profesor de psiquiatría clínica de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.

Recetar antipsicóticos a los niños en el rango superior de ese intervalo de edad, o sea de cuatro a cinco años, sólo se justifica en situaciones muy poco comunes e intratables en las cuales todos los demás tratamientos, que incluyen la terapia familiar y psicosocial, se han probado y no funcionan, señaló Olfson.

Y es cuestionable si los niños de dos y tres años deben recibir recetas de antipsicóticos bajo alguna circunstancia, apuntó Olfson.

El estudio aparece en la edición de enero de la revista Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry.

En teoría, sólo a los niños con problemas mentales más graves deben recibir los potentes medicamentos. Pero menos de la mitad de los niños que toman antipsicóticos habían recibido algún servicio de salud mental, incluso una evaluación de salud mental o tratamiento de un psicoterapeuta o psiquiatra, anotaron los autores del estudio.

"No se ven los tipos de servicios de salud mental que se esperarían si estuviéramos tratando a los bebés más profundamente trastornados", apuntó Olfson, lo que plantea la cuestión de si los médicos habían hecho todo lo que podían para ayudar al niño antes de recurrir a los medicamentos.

Las cifras generales de niños a quienes se recetan antipsicóticos siguen siendo pequeñas, de menos de uno por ciento de la muestra nacional. Pero son cifras crecientes. Entre 1999 y 2001, apenas uno de cada 1,300 era tratado con antipsicóticos. Para 2007, eso había aumentado a uno en 630, según Olfson.

Entre los de cinco años, alrededor de uno de cada 650 era tratado en 1999 a 2001. Eso se duplicó a uno de cada 329 en 2007, apuntó.

Una investigación que apareció en la edición en línea de diciembre de la revista Health Affairs, llevada a cabo por el mismo equipo, sugirió que los niños beneficiarios de Medicaid son aún más propensos que los niños que tienen seguro privado a recibir recetas de antipsicóticos.

El fármaco antipsicótico más comúnmente recetado a los niños fue la risperidona (Risperdal), que conformó casi tres cuartas partes de las recetas de antipsicóticos. En adultos y adolescentes, la risperidona se usa para tratar la esquizofrenia y el trastorno bipolar. La risperidona también está aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. para tratar el estado de ánimo inestable o la irritabilidad en niños autistas a partir de los cinco años.

Los niños con más probabilidades de recibir risperidona eran de sexo masculino y tenían cuatro o cinco años de edad, según el informe. Los diagnósticos más comunes fueron el trastorno general del desarrollo o el retraso mental, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, o el trastorno de conducta perturbadora.

Investigaciones anteriores han demostrado que los niños que toman fármacos pueden experimentar anormalidades metabólicas y endocrinas. Se sabe poco sobre su impacto sobre el cerebro en desarrollo, añadió Olfson.

"No deseo minimizar los problemas que los niños pueden tener a esta edad, pero hay tratamientos psicológicos que se ha probado ayuda a los padres y niños, que enfatizan la calidad de la relación entre padre e hijo", planteó Olfson.

Un motivo del aumento podría ser el número creciente de niños diagnosticados con autismo, y algunas investigaciones que muestran que la risperidona podría ayudar con la irritabilidad asociada con esa afección, anotaron los investigadores.

El Dr. Peter Jensen, codirector de la división de psiquiatría y psicología infantil de la Clínica Mayo, concurrió en que la tendencia es preocupante. "No hay duda de que hay prácticas de receta que son muy, pero muy preocupantes", advirtió Jensen.

Es imperativo que los niños reciban una evaluación completa de salud mental antes de recibir estos medicamentos, para comprender la situación familiar y el ambiente escolar y si hay antecedentes familiares de problemas psiquiátricos, además de someterse a un examen físico para descartar otros problemas médicos.

"Estos agentes no deben ser utilizados como adjunto a una familia estresada al máximo", enfatizó Jensen. "Con niños de dos a cinco años, la mayoría se puede manejar sin estos fármacos. Sólo raras veces un niño de cinco años los necesita tomar. Pero en mi experiencia, nunca he tenido que recetar [un antipsicótico] a un niño de dos o tres años. Hay muchas alternativas".

El estrés y la dificultad de manejar a un niño que tiene problemas significativos de salud mental, la necesidad de que un niño se comporte lo suficientemente bien para poder ir a la escuela, además de la falta de cobertura adecuada para la terapia familiar y los servicios de salud mental, podría obligar a médicos y padres a creer que tienen pocas opciones además de medicar al niño, apuntó Jensen.

Más información

El Centro Nacional de Información sobre la Salud Mental de EE. UU. tiene más información sobre los niños y los problemas de salud mental.


Artículo por HealthDay, traducido por DrTango

Related Stories

No stories found.
logo
Healthday Spanish
spanish.healthday.com