Otro estudio no encuentra relación entre la vacuna SPR y el autismo

Investigadores británicos afirman que su reseña es la mayor de su tipo

LUNES 4 de febrero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Otro estudio no ha encontrado evidencia de una relación entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) y el autismo.

Los autores británicos de esta última investigación afirmaron que su estudio es el tercero y de mayor tamaño que ha buscado una conexión entre la vacuna SPR y el autismo, y que no ha logrado encontrarla.

"Creo que es fabuloso que hayan descartado este asunto de manera científica, con la gracia de Dios, aunque los padres no estén de acuerdo y las personas que defienden el sarampión como la causa [del autismo] encontrarán problemas con el trabajo", señaló la Dra. Pauline A. Filipek, profesora asociada de pediatría y neurología de la Universidad de California en Irvine.

Los investigadores británicos basaron sus hallazgos en una muestra de 240 niños, 98 de los cuales habían sido diagnosticados con autismo, y dos grupos de comparación, 52 niños con necesidades educativas especiales que no eran autistas, y 90 niños que no tenían problemas de desarrollo.

Todos los niños habían recibido la vacuna SPR, pero no todos habían recibido ambas dosis. Los investigadores revisaron muestras de sangre de todos los niños para buscar la presencia de una infección persistente de sarampión o una respuesta inmunitaria anormal. La presencia de virus de sarampión en circulación o el aumento en los niveles de los anticuerpos hubieran indicado una respuesta anormal.

Los investigadores encontraron que los análisis sanguíneos no mostraban diferencias en el virus de sarampión en circulación ni los niveles de anticuerpos en los niños. El hallazgo fue igual independientemente de que los niños hubieran recibido una o dos dosis de la vacuna SPR.

Además, los niños autistas y los que tenían necesidades educativas especiales tenían menos probabilidades de haber recibido la segunda dosis de la vacuna SPR, lo que tal vez signifique que los padres se preocupaban porque los niños recibieran la segunda dosis debido a sus problemas de desarrollo.

Los hallazgos aparecen en la edición de febrero de la revista Archives of Disease in Childhood.

La controversia sobre la conexión potencial entre el autismo y la vacuna SPR comenzó en 1998 cuando un investigador británico, el Dr. Andrew Wakefield, publicó un estudio en la revista The Lancet que aseguraba que la vacuna causaba daño cerebral que causaban autismo.

Desde entonces, varios estudios no han logrado confirmar la hipótesis de Wakefield.

"Este estudio refuta los datos que Wakefield presentó hace diez años", afirmó Filipek.

Filipek opina que los padres se aferran a la teoría de la vacuna SPR y el autismo porque "les da algo tangible que podría alterarse para prevenir futuros casos de autismo".

El Dr. Paul A. Offit, director del Centro de educación sobre las vacunas y jefe del enfermedades infecciosas del Hospital infantil de Filadelfia, también considera que el nuevo estudio ofrece más evidencia concluyente de que no existe conexión entre el autismo y la vacuna SPR.

"Toda la premisa de Wakefield de que el componente de sarampión de la vacuna SPR causaba una inflamación intestinal crónica que permitía que proteínas nocivas entraran al flujo sanguíneo y finalmente al cerebro causando autismo, no tiene ni una gota de evidencia científica que la respalde", señaló Offit.

Este nuevo estudio sigue a la publicación la semana pasada de un estudio que mostraba que el conservante basado en mercurio timerosal, usado en las vacunas infantiles hasta el comienzo de este siglo, y que algunas personas pensaban que se relacionaba con el autismo, no permanece en el cuerpo de un bebé por suficiente tiempo para acumularse a niveles peligrosos

Y sigue a una serie de estudios, entre ellos una revisión a gran escala de 2004 del U.S. Institute of Medicine, que no logró encontrar una relación entre las vacunas de la infancia y el autismo.

Los cálculos actuales de los U.S. National Institutes of Health aseguran que a un niño estadounidense de cada 150 se le ha diagnosticado autismo, aunque los expertos se preguntan si ese aumento se debe en parte a mejores diagnósticos y a una definición más amplia del trastorno.

Más información

Para más información sobre el autismo, visite el U.S. National Institutes of Health.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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