Un estudio plantea que las pruebas de autismo para bebés prematuros podrían estar sujetas a errores

Investigadores hallan que sería mejor esperar a que el bebé tenga 30 meses de edad

DOMINGO, 1 de mayo (HealthDay News/HolaDoctor) -- Un pequeño estudio reciente plantea que los médicos están diagnosticando de forma errónea el trastorno del espectro autista en muchos niños de 18 meses de edad que nacen de forma muy prematura.

Pruebas posteriores mostraron que una alta proporción de niños diagnosticados con trastorno del espectro autista a esa edad no eran autistas, según los investigadores. En lugar de eso, los niños pequeños simplemente tenían un retraso cognitivo o en el lenguaje, los cuales son comunes en niños prematuros, apuntaron los investigadores.

Una parte del problema, sugirieron los investigadores, radica en que los niños que nacen de forma prematura podrían estar siendo sometidos a pruebas para el autismo a una edad demasiado temprana.

"Necesitamos seguir vigilando a estos niños muy de cerca, teniendo en cuenta que están en alto riesgo de sufrir múltiples tipos diferentes de problemas de desarrollo y retrasos, pero no saltar necesariamente a la conclusión de que se trata en definitiva de autismo a una edad tan temprana", apuntó la autora principal Dra. Bonnie Stephens.

"Necesitamos darles seguimiento en el tiempo, sabiendo que no seremos capaces de hacer un diagnóstico con precisión hasta que no sean un poco mayores", agregó Stephens, neonatólogo y pediatra del desarrollo y del comportamiento del Hospital Women & Infant de Rhode Island.

Muchos especialistas siguen la recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) de evaluar a todos los niños de 18 a 24 meses para detectar la presencia del trastorno del espectro autista. Los que obtienen puntuaciones por debajo de la media en la prueba son remitidos posteriormente a otras pruebas diagnósticas.

Stephens apuntó que las tasas de autismo están aumentado en los Estados Unidos, y "parece que las tasas son mayores en la población que nace de forma muy prematura. Los dos primeros estudios mostraron que las tasas eran más altas de lo que parecía posible y estos estudios salieron a la luz justo después de la recomendación de la AAP".

Sin embargo, muchas cosas pueden salir mal en los primeros años de vida de un bebé prematuro, tales como retrasos cognitivos y en el lenguaje, señaló Stephens.

"Apostamos a que se iban a observar muchos falsos positivos", agregó.

Y esta hipótesis resultó cierta, al menos en esta pequeña muestra del estudio de recién nacidos prematuros del hospital de Stephens y a los que se les dio seguimiento durante los primeros 30 meses de vida. Los bebés del estudio nacieron antes de las 28 semanas de gestación y fueron evaluados para el trastorno del espectro autista a través de tres pruebas diferentes a los 18 y 30 meses de edad (las edades se corrigieron según la prematurida)

En la primera prueba, el 18 por ciento de los 152 niños pequeños dieron positivo para el trastorno del espectro autista, pero a los 30 meses, sólo el 10 por ciento de 116 niños pequeños lo hizo.

"Observamos una reducción significativa en las pruebas positivas", apuntó Stephens, que subrayó que los hallazgos eran preliminares y que su equipo tiene planificado realizar una investigación para darle seguimiento a través de un ensayo más grande.

Como resultado, sólo el 3 por ciento de los niños pequeños dieron negativo en las tres pruebas de detección, tanto a los 18 como a los 30 meses de edad. Pruebas posteriores mostraron que estos niños fueron diagnosticados al final con trastorno del espectro autista.

Pero los niños pequeños que dieron positivo en algunas pruebas del espectro autista a los 18 y 30 meses de edad sí tenían retrasos cognitivos y en el desarrollo, señaló Stephens.

"El diagnóstico temprano es importante, pero nos preocupa el hecho de que la alta tasa de falsos positivos tenga al menos el potencial de causar estrés innecesario a los padres. En este grupo de niños prematuros, le dimos un seguimiento tan estrecho que todos recibieron de todas modos una intervención temprana para otros problemas", apuntó Stephens. "Pensamos que la detección precoz de un resultado positivo no puede ser tan importante como realizar un diagnóstico preciso".

Stephens tenía previsto presentar los hallazgos el domingo en la reunión anual de las Pediatric Academic Societies en Denver. Las investigaciones que se presentan en estas reuniones deberían considerarse como preliminares, ya que no han sido objeto de un examen similar a estudios publicados en revistas revisadas por pares.

Los hallazgos del estudio van en contra de la tendencia en la investigación de los trastornos del espectro autista en estos días, que es que nacer antes de tiempo puede ser un factor de riesgo para el autismo, señaló Cynthia Johnson, directora del Centro de Autismo del Hospital Infantil de Pittsburgh del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.

En conjunto, apuntó, "esto dice mucho sobre las carencias de nuestras medidas que no son lo suficientemente sensibles para identificar a los bebés prematuros que pueden llegar a tener algunas diferencias cognitivas en el lenguaje, pero que no son específicas del autismo".

"Aplazar el diagnóstico tiene sentido. Algunas veces tenemos que hacer algo más que sentarnos a esperar", apuntó Johnson. "Creo que si los profesionales de salud sospechan de un diagnóstico de autismo, tienen que hacerlo saber a las familias. Estas familias ya saben que sus hijos están en riesgo de tener varios problemas y no sólo autismo, y la ciencia no está en el punto en que podamos sacar conclusiones más definitivas en estos momentos".

Más información

March of Dimes tiene más información sobre bebés prematuros.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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