El receso de temporada podría no ser suficientemente largo como para recuperarse de los 'golpes' del fútbol americano

Un estudio halló que algunos jugadores seguían mostrando cambios cerebrales seis meses tras la finalización de la temporada

JUEVES, 17 de abril de 2014 (HealthDay News) -- Una investigación reciente muestra que los cerebros de algunos jugadores de fútbol que recibieron los golpes usuales en la cabeza asociados con el deporte, pero no conmociones cerebrales, seguían mostrando señales de lesión cerebral leve seis meses tras el final de la temporada.

"Dimos seguimiento a los atletas al inicio de la temporada de fútbol americano, después, y durante seis meses más tarde", apuntó el Dr. Jeffrey Bazarian, profesor asociado de medicina de emergencia de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Rochester, en Rochester, Nueva York.

Bazarian halló que los cambios en la materia blanca consistentes con una lesión cerebral traumática generalmente persistían durante seis meses. "Cuando observamos a los jugadores individualmente, en unos cuantos pareció resolverse", apuntó, pero la mitad de los jugadores seguían mostrando cambios a los seis meses.

"No vimos esos cambios en los que no jugaban fútbol americano", dijo. "Y esos son los tipos de cambios que se hallan en los jugadores retirados de la NFL".

Este último estudio aparece en la edición en línea del 16 de abril de la revista PLOS ONE.

Para la investigación, Bazarian evaluó a 10 jugadores de fútbol universitario de la División III y a cinco estudiantes universitarios que no jugaron deportes durante la temporada de 2011-2012. Los 15 se sometieron a imágenes cerebrales y a pruebas de equilibrio, habilidades cognitivas (de pensamiento) y de otras cosas antes de la temporada, al final de la temporada y tras seis meses de receso. Se pidió a los atletas que no jugaran durante los seis meses, apuntó, aunque los investigadores no pueden estar seguros de que todos obedecieran esa indicación.

Durante la temporada de fútbol americano, unos acelerómetros montados en los cascos midieron los impactos en la cabeza. El total de impactos en la cabeza para la temporada fue de 431 a 1,850, pero nadie recibió un diagnóstico de conmoción cerebral.

Una conmoción cerebral es cualquier lesión cerebral que altere el funcionamiento normal. En los últimos años, los expertos han aconsejado a los entrenadores, a los jugadores y a los padres que los deportistas no deberían volver a jugar hasta que les vea un médico en caso de que se sospeche que hay una conmoción.

En el nuevo estudio, los deportistas tuvieron más cambios en la materia blanca entre la primera medida y la segunda, y la mayoría de esas diferencias persistían en la medida final, seis meses después de que dejaran de jugar.

La falta de recuperación podría contribuir a los cambios en la materia blanca que se acumulan con los años con los impactos repetitivos en la cabeza, anotaron los investigadores.

"Obviamente intentamos comprender si esos cambios son el inicio de este proceso", planteó Bazarian. También deben averiguar por qué algunos cerebros se recuperan con una mayor rapidez, añadió.

"La inflamación podría tener algo que ver", planteó Bazarian. "Si es así, quizá sea cuestión de prevenir la inflamación. Tal vez se necesiten más de seis meses de descanso".

Los investigadores no pueden decir si los cambios son "clínicamente significativos", apuntó Bazarian. "No hallamos cambio en el equilibrio ni en la cognición".

Un experto anotó que el estudio tuvo ciertas limitaciones.

Los hallazgos son "muy preliminares", apuntó el Dr. John Kuluz, director de lesión cerebral traumática y neurorehabilitación del Hospital Pediátrico de Miami. "Solo hubo un pequeño número de deportistas".

Kuluz añadió que comparar a los jugadores de fútbol con no deportistas tampoco fue ideal. "Hubiera sido mejor contar con nadadores o atletas de campo y pista, algún deporte en que no se golpean la cabeza".

Como los investigadores anotaron, los cambios en la materia blanca podrían haberse debido al cansancio físico, no solo a los impactos en la cabeza.

Pero Bazarian dijo que los hallazgos plantean preguntas sobre si los golpes que no llegan a ser conmociones pueden aún así conducir a problemas neurológicos.

Si la investigación se sostiene en estudios futuros, una solución podría ser sacar a los jugadores de fútbol americano del juego cuando se llegue a cierto número de impactos en la cabeza, para proteger sus cerebros.

Hasta que se sepa más, los deportistas deben prestar atención a los síntomas que sugieran una conmoción cerebral, y buscar ayuda médica si sospechan que tienen una. Entre los síntomas comunes de una conmoción cerebral se hallan los dolores de cabeza, los problemas con la concentración, la sensibilidad a la luz o al sonido y el mareo.

Bazarian informa que tiene una patente pendiente para un método de diagnosticar la conmoción cerebral.

El estudio fue financiado por National Football League Charities.

Más información

Para más información sobre las conmociones, visite la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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