¿Chicos impetuosos? Todo está en el cerebro

Las secciones del cerebro que promueven la agresividad es menor en mujeres que en hombres

Martes, 1 de octubre (HealthDayNews) -- Justamente cuando la Viagra se encargó de una preocupación de los hombres, otro asunto parece problemático.

Un asunto del cerebro.

Una pareja de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania reportaron que el tamaño relativo de las secciones del cerebro que inhiben la agresividad y regulan el comportamiento es mayor en las mujeres que en los hombres.

Inversamente, los investigadores dijeron que también encontraron que las secciones del cerebro que promueven la agresividad son menores en mujeres que en hombres.

Ruben C. Gur y Raquel E. Gur, reportando en la edición de septiembre de "Cerebral Cortex", dijeron que éstas son características biológicas que se traducen en importantes distinciones de comportamiento entre los sexos.

"Quizás la más grande distinción entre los hombres y las mujeres es su expresión de la agresividad", indicó Ruben Gur, un profesor del departamento de psiquiatría, neurología y radiología de la escuela.

"Este estudio provee evidencia neurológica de que la mujeres tienen mayor cantidad del tejido cerebral que se utiliza para censurar las respuestas agresivas e iracundas, mientras que los hombres tienen mayor tejido cerebral del tipo que inicia las respuestas iracundas, agresivas e impulsivas", añadió.

Los Gurs dijeron que su investigación se basó en conocimiento científico establecido de que la expresión y el control emocional están vinculados con regiones específicas del cerebro humano. El tan llamado sistema límbico, particularmente la amígdala, por ejemplo, está involucrada con el comportamiento emocional asociado con la estimulación y la excitación, y la región frontal orbital está involucrada con la modulación y el control de la agresividad.

Cuando los investigadores llevaron a cabo pruebas de IRM (imagen de resonancia magnética) en cerebros de 116 hombres y mujeres saludables, encontraron que 59 mujeres en su estudio tuvieron un volumen significativamente mayor del tejido cerebral en la región frontal orbital en proporción con el volumen del tejido cerebral de las amígdalas de lo que reflejaron los hombres examinados.

Esto, concluyeron, da a las mujeres una ventaja cuando se trata de controlar sus comportamientos agresivos. Los hombres, al parecer, están biológicamente destinados a ser más impetuosos que las mujeres.

Kenneth Goldberg, un profesor auxiliar clínico de neuropsicología en Wildener Univesity en Pensilvania, sostuvo que hallazgos investigativos como estos pueden ayudar a entender las diferencias en el comportamiento entre hombres y mujeres.

"Algunas personas no quieren admitir que el cerebro de los hombres y las mujeres son diferentes", indicó Goldberg. "Aunque estudios investigativos como éste muestran que tales diferencias existen y que son cuantificables, hay quienes insisten que la biología no desempeña una función en el comportamiento. Obviamente, las diferencias en el tamaño cerebral entre los hombres y las mujeres existen y pueden demostrar ser muy importantes".

Goldberg señaló que entender qué pasa en la expresión de agresividad a nivel biológico también es relevante y valioso.

"Los resultados de los Gurs nos proveen una forma de conceptualizar los mecanismos fisiológicos que desempeñan un rol en comportamientos humanos específicos, tales como la violencia y la agresividad", expresó Goldberg. "Aunque el campo de ciencia no ha llegado allí, algún día información de este tipo pueden ayudar en el desarrollo de tratamientos y métodos de prevención".

De acuerdo con Ruben Gur, el próximo paso en la investigación es examinar el rol de las diferencias individuales en el contexto de la biología cerebral hombre-mujer documentado por el equipo de investigación.

"Ahora estaremos buscando cómo la proporción del tejido cerebral que promueve la agresividad a esa agresión modulada se relaciona con la forma específica en que los hombres y las mujeres expresan la agresividad", recalcó. "Esperamos determinar si es factible utilizar escáneres de IRM como un índice anatómico para predecir el riesgo de agresividad en ciertos individuos".

"Si los individuos de alto riesgo se pueden identificar basados en el tamaño relativo de algunas de estas partes de sus cerebros, podría ser posible desarrollar medios para ajustar su tejido cerebral que inhibe o controla estas emociones agresivas y su expresión", dijo.

Qué hacer

Para leer el abstracto del estudio de los doctores Gur en "Cerebral Cortex", presiona aquí. Para un amplio vistazo al comportamiento agresivo en humanos, visita la Universidad de Plymouth, en el Reino Unido.

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