Los antidepresivos no ayudan a los cleptómanos

Pero los autores de un estudio afirman que eventualmente los medicamentos podrían ser beneficiosos

JUEVES 15 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Los antidepresivos no ayudan a las personas con cleptomanía, un trastorno en que se roba de manera compulsiva, según un estudio reciente.

Los hallazgos de investigadores de la Facultad de medicina de la Universidad de Stanford no provocan sorpresa a los expertos en el campo de la salud mental, donde se sabe que la cleptomanía es un problema particularmente persistente.

"La cleptomanía no responde muy bien a nada en lo absoluto", señaló el Dr. Norman Sussman, decano de educación de postgrado y profesor de psiquiatría en la Facultad de medicina de la Universidad de Nueva York. "Incluso la terapia es con frecuencia inútil. Las personas roban incluso después de que los atrapan. Es una verdadera compulsión".

Sin embargo, los autores del estudio no descartan la posibilidad de que ciertos medicamentos, incluso el utilizado en el ensayo, demuestren ser un tratamiento efectivo para algunas personas.

Se cree que alrededor de 1.2 millones de estadounidenses sufren de cleptomanía, que los incita a robar artículos baratos que no necesitan de manera impulsiva. A diferencia del hurto en las tiendas, el robo relacionado con la cleptomanía no es planificado y no está motivado por la necesidad ni la ganancia financiera.

Según la información de fondo del estudio, se ha calculado que la cleptomanía representa del 4 al 10 por ciento de los hurtos en las tiendas en los Estados Unidos. Dado que el hurto en las tiendas causa pérdidas anuales estimadas de entre $10 y $50 mil millones, la carga de la cleptomanía es sustancial.

"Las personas cleptómanas raras veces buscan tratamiento, porque temen las consecuencias legales o no saben que el tratamiento puede ayudar", afirmó la autora del estudio, la Dra. Lorrin Koran, profesora de psiquiatría y ciencias conductuales en la Stanford. "Algunas personas se benefician del tratamiento".

Un ensayo "de etiqueta abierta" anterior mostró un índice de éxito del 78 por ciento con antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS). Pero los ensayos de etiqueta abierta, o abiertos, en los que se conoce quién toma un medicamento y quién toma un placebo, son notablemente poco fidedignos.

"En los ensayos abiertos, sólo parece que podría funcionar", aseguró Sussman. "Se trata más bien del deseo de que funcione".

Para el estudio reciente, que aparece en la edición de marzo del Journal of Clinical Psychiatry, los investigadores evaluaron a 24 personas a partir de los 20 años que habían sido diagnosticados con cleptomanía por lo menos un año antes.

Los participantes se asignaron de manera aleatoria para tomar el ISRS escitalopram (Lexapro) o un placebo. El estudio fue patrocinado por el fabricante de Lexapro, Forest Laboratories. Los índices de respuesta resultaron iguales en ambos grupos, lo que sugiere que los efectos anteriores en el ensayo de etiqueta abierta se debían al efecto placebo.

En la segunda fase del estudio, llevada a cabo como un ensayo doble ciego controlado por placebo con 15 participantes, no se observó un beneficio. Casi la misma proporción de los participantes recayeron en ambos grupos.

El pequeño tamaño del estudio significa que el potencial de este tratamiento no puede descartarse, aseguraron los autores.

"Algunas de estas personas me dijeron que habían pasado por muchos otros tratamientos, habían estado en la cárcel, se habían divorciado, nada impedía que pensaran en robar", apuntó Koran. "Pero cuando tomaban el medicamento, no pensaban en hacerlo. No sentían el impulso. Es difícil creer que se trate del efecto placebo".

Koran sospecha que el trastorno es más complicado de lo que los expertos creen.

"Creo que es una conducta que tiene distintas raíces biológicas en distintas personas", señaló. "En algunas, el medicamento era activo sobre la serotonina y probablemente fue efectivo, y para otros se trató del efecto placebo. También es posible que el medicamento funcionara en algunas personas y perdiera sus efectos. Si hubiéramos aumentado la dosis, tal vez hubiéramos seguido percibiendo un beneficio. Vemos todo desde fuera, no sabemos qué sucede en el cerebro".

Pero otros no estuvieron de acuerdo.

"Esto no contradice el peso de la evidencia", aseguró Sussman. "Esto simplemente confirma lo que ya sospechábamos".

Un segundo estudio realizado por los mismos investigadores que evaluaba el mismo medicamento encontró que Lexapro tampoco ayudaba a las personas con trastorno de compras compulsivas.

Una vez más, este hallazgo contradice los resultados previos de un ensayo de etiqueta abierta que mostraba un beneficio. El ensayo más reciente, que era aleatorio, sólo contó con 17 participantes.

Más información

Para más información sobre la cleptomanía, visite el Centro médico de la Universidad de Nueva York.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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