Jueves, 29 de noviembre (HealthDayNews) -- Como sabe la mayoría de los adolescentes varones, no es fácil refrenar las hormonas. Aunque los humanos pueden controlar su nivel de excitación sexual con algún esfuerzo, un nuevo estudio sugiere que esa destreza es un don medianamente reciente de la evolución.
Al estudiar a hombres que observaban videos pornográficos, los investigadores en Canadá han señalado áreas en el cerebro que se tornan activas cuando los hombres intentan evitar la estimulación. En términos evolutivos, estas regiones de restricción son más nuevas que las áreas más primitivas donde aumenta el impulso sexual en primer lugar.
Los hallazgos ofrecen algo más que sólo una mirada a cómo la mente funciona en cuanto al sexo, indicó el co-autor del estudio Mario Beauregard, un investigador asociado en la Universidad de Montreal. "El mensaje más importante [de la investigación] es que el ser humano . . . tiene la capacidad de influenciar conciente y voluntariamente su actividad cerebral procesos cerebrales químicos y eléctricos. Indudablemente, esto representa una de las facultades humanas más sobresalientes que han surgido en el curso de la evolución humana".
Unicamente los primates tienen cortezas prefrontales. Esa región del cerebro, localizada justo detrás de la frente, es más avanzada en humanos y se desarrolla en tener pensamiento analítico, realizar tareas múltiples y resolver problemas.
Beauregard explicó que el propósito del estudio era investigar cómo el cerebro se regula, controlando la emoción. Algunos expertos sospechan que las lesiones en la corteza prefrontal pueden ser responsables del comportamiento no natural en las personas, y algunos creen que fallas en el circuito cerebral, responsable de la autorregulación, podrían causar depresión y ansiedad, planteó.
Beauregard y sus colegas enlistaron 10 hombres blancos saludables, con edades entre los 20 y 42 años. Los hombres observaron extractos de películas pornográficas que, en la mayoría de los casos, mostraba sexo de grupos homosexuales o de lesbianas.
Los investigadores midieron la actividad cerebral de los hombres en dos situaciones cuando se les pidió que se permitieran incitar sexualmente y cuando se dio instrucciones de controlar sus impulsos y actuaran como si fuesen "observadores distanciados".
Los hallazgos aparecen en una reciente edición en la Red de "Journal of Neuroscience".
La cortezas prefrontales de los hombres, las regiones más nuevas de sus cerebros, se activaron cuando intentaron controlarse. Por el contrario, sensaciones eróticas impulsaron la actividad en partes más antiguas del cerebro, incluyendo la región conocida como el sistema límbico, y la neocorteza, que permite que las personas sean conscientes de sus sentimientos, expuso Beauregard.
El estudio, en efecto, examinó cómo la mente suprime las sensaciones sobre el límite entre lo voluntario y lo involuntario, manifestó el Dr. Thomas Lewis, profesor de psiquiatría de la Universidad de California en San Francisco. Parte del reto es que "nadie tiene idea alguna de cómo existe el libre albedrío [en el cerebro]", manifestó.
No es de sorprender que la corteza prefrontal se torne activa cuando los hombres intentan refrenar su estimulación sexual, indicó Lewis. Esa área parece estar a cargo de la inhibición, y las personas que sufren lesiones en esa región tienen problemas suprimiendo pensamientos y emociones inapropiadas.
"Actúan más bien en la euforia del momento. Dicen y hacen cosas inadecuadas", comentó Lewis.
Si suena un poco parecido a un adolescente masculino, hay una razón. La corteza prefrontal se desarrolla en la adolescencia y eso podría explicar por qué los adultos usualmente se controlan mejor que los niños, argumentó Beauregard.
En otras palabras, mientras el cerebro crece, también lo hace la capacidad de refrenar las sensaciones.
Qué hacer
¿Cómo funciona el cerebro? Puedes ir a howstuffworks.com para la historia interna. Este artículo de "Scientific American" describe cómo la corteza prefrontal influye en nuestra manera de pensar.
y aquí hay algunas láminas y explicaciones del sistema límbico.
