En los diabéticos, un control estricto de la glucemia tal vez no reduzca el riesgo cardiaco

Pero un control intensivo sí mejora otras afecciones, como la salud de los ojos y riñones, encuentra un estudio

MARTES, 29 de junio (HealthDay News/HolaDoctor) -- Un control intensivo de los niveles de glucemia no reduce las probabilidades de enfermedad cardiovascular entre los pacientes a largo plazo de diabetes tipo 2 que están en riesgo cardiaco, como han sabido los investigadores. Pero podría tener otros beneficios, según sugiere un análisis reciente.

Un control estricto del azúcar en sangre o glucemia en un cierto grupo de pacientes podría retrasar el avance de la enfermedad ocular y ayudar con la salud de los riñones y los nervios, según encontraron los investigadores.

El nuevo estudio es el más reciente análisis del ensayo ACCORD (por la sigla en inglés de acción para controlar el riesgo cardiovascular en la diabetes).

Igual que investigaciones anteriores, los resultados del estudio sólo son válidos para un cierto grupo de diabéticos, señaló el autor principal del estudio, el Dr. Faramarz Ismail-Beigi, profesor de medicina de la Universidad de Case Western Reserve y de los Hospitales Universitarios de Cleveland.

"Fundamentalmente, en el ensayo participaron adultos mayores de edad promedio de 60 años que han tenido diabetes durante un promedio de diez años", apuntó. "Todos sufren la de tipo 2". Debido a que habían tenido la enfermedad por diez años, en general la enfermedad había avanzado, comentó. Los 10,251 participantes tenían antecedentes de enfermedad cardiaca o dos o más factores de riesgo de la misma.

El estudio comparó un control intenso de la glucemia (valores de A1C de menos de seis por ciento) con el control estándar de 7 a 7.9 por ciento. Los niveles de A1C reflejan los niveles de azúcar en sangre en los tres meses anteriores. Un nivel inferior a seis por ciento se considera normal, y a los diabéticos con frecuencia se les aconseja mantenerlo en alrededor de siete.

Los resultados del estudio, que aparecen en la edición en línea del 29 de junio de la revista The Lancet, debían ser presentados el martes en la reunión anual de la American Diabetes Association en Orlando, Florida.

Los participantes del estudio fueron asignados a la terapia de control intensivo de glucosa o a la estándar. El estudio se detuvo en febrero de 2008, cuando se encontró que los del grupo intensivo tenían un aumento en la mortalidad. Todos los participantes fueron cambiados al grupo estándar durante los cinco años restantes de seguimiento, que culminaron en 2009.

En este nuevo análisis, los investigadores observaron los problemas de riñón, ojos y nervios. La terapia intensiva no redujo el riesgo de problemas como las complicaciones avanzadas de riñones u ojos. Pero sí retrasó el inicio de la albuminuria, o proteína en la orina, que se asocia con la insuficiencia renal, y algunas complicaciones oculares y problemas de los nervios.

Pero los que tenían un mayor control también aumentaron más peso y estaban en riesgo de hipoglucemia, encontró el estudio.

Los investigadores concluyeron que "los beneficios observados asociados con una gestión intensa de la glucemia deben sopesarse contra una mortalidad total y relacionada a la salud cardiovascular más alta, aumento de peso e hipoglucemia grave en pacientes en riesgo de enfermedad cardiovascular".

"Una meta de seis por ciento o menos con las estrategias presentes parece imprudente", escribieron los investigadores.

En un comentario que acompaña al estudio en The Lancet, el Dr. Ronald Klein de la Facultad de medicina y salud pública de la Universidad de Wisconsin en Madison, señaló al aumento triple en hipoglucemia grave entre los que se sometieron a terapia intensiva. Aseguró que se necesitan mejoras en las tecnologías para normalizar el azúcar en sangre sin provocar que baje de forma peligrosa.

Klein comentó que no es sorprendente que no se encontraran beneficios para todas las complicaciones. "El estudio no duró lo suficiente", lamentó, para observar el efecto protector de la terapia intensiva sobre algunas complicaciones.

Aún así, añadió que controlar la glucemia es crucial, aunque tal vez no de forma tan intensa como los investigadores antes pensaban que era necesario.

Otros investigadores de un subgrupo del estudio ACCORD reportaron en la edición en línea del 29 de junio de la revista New England Journal of Medicine que un control estricto de la glucosa ayudaba a reducir el avance de la retinopatía, una complicación común de la diabetes que puede provocar ceguera.

Mediante la observación de 2,856 participantes del estudio, los investigadores del subgrupo encontraron que los índices de avance de la retinopatía diabética eran de 7.3 por ciento con la terapia intensa, frente a 10.4 por ciento con la estándar. También era menos probable que la retinopatía avanzara entre los que recibieron un tratamiento intensivo para reducir el colesterol, pero el control intensivo de la presión arterial tuvo poco efecto sobre la enfermedad ocular, apuntaron los investigadores.

En un editorial que acompaña al estudio en la revista, la Dra. Barbara Klein, también de la Universidad de Wisconsin en Madison, dijo que el estudio del subgrupo añade información valiosa sobre el efecto de la glucemia en la retinopatía, y apunta a la necesidad de más estudios sobre el valor de los fármacos para reducir el colesterol.

Más información

Para más información sobre las complicaciones oculares de la diabetes, visite la Asociación Estadounidense de Diabetes.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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