La iniciativa de Berkeley sugiere que los impuestos a los refrescos sí reducen las ventas

glasses of soda
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VIERNES, 22 de febrero de 2019 (HealthDay News) -- Si tienen impuestos, menos personas los compran.

Eso es lo que sucede con las bebidas endulzadas con azúcar, sugiere una investigación reciente.

La ciudad de Berkeley, en California, introdujo el primer impuesto a los refrescos del país en 2014, y en cuestión de meses, las personas compraban un 21 por ciento menos de esas bebidas azucaradas. Tres años más tarde, se vendían un 52 por ciento menos de esas bebidas, mientras que el consumo de agua aumentó en un 29 por ciento, encontraron los investigadores.

"Esto muestra con claridad el mensaje de que los impuestos a los refrescos funcionan", señaló la autora del estudio, Kristine Madsen, directora de facultad en el Instituto de los Alimentos Berkeley, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de California, en Berkeley.

"Algo importante es que nuestras evidencias provienen de vecindarios con unos ingresos bajos y diversos, que tienen la mayor carga de diabetes y enfermedad cardiovascular, por no mencionar una prevalencia más alta de publicidad que promociona unas dietas malsanas", indicó Madsen en un comunicado de prensa de la universidad.

El estudio muestra que un impuesto a los refrescos puede influir en lo que las personas compran, y que puede ser efectivo para fomentar unos hábitos más sanos de consumo de bebidas. Esto podría potencialmente reducir enfermedades como la diabetes, la enfermedad cardiaca y las caries, que se han vinculado con el azúcar, añadieron los investigadores.

Las bebidas endulzadas con azúcar son muy baratas, pero cuestan miles de millones al año a EE. UU., advirtió Madsen.

"Tendrían un precio mucho más alto si en realidad se incluyeran los costos de atención de la salud en los precios de los refrescos", añadió. "Los impuestos son una forma de tomar esos costos en cuenta".

En el estudio, Madsen y sus colaboradores encuestaron a unas 2,500 personas cada año en vecindarios racialmente diversos en Berkeley, Oakland y San Francisco.

En Berkeley, se observó una reducción significativa en el consumo de bebidas azucaradas como los refrescos, además de las bebidas deportivas y los tés y cafés endulzados.

Pero las personas en Oakland y San Francisco bebían más o menos la misma cantidad de bebidas azucaradas en 2017 que en 2014. Los investigadores dicen que esto implica que el impuesto, no las tendencias en el consumo de bebidas, fue responsable del efecto observado en Berkeley.

Desde entonces, Oakland y San Francisco también han instituido impuestos a los refrescos, que entraron en vigencia a mediados de 2017 y en 2018, respectivamente.

Madsen advierte que los impuestos quizá no sean el único factor responsable del cambio, dado que el estudio mostró solo una asociación, en lugar de un vínculo causal. Pero los impuestos envían un mensaje sobre los valores sociales, y pueden tener un impacto importante en la conducta del consumidor, aseguró Madsen.

Otros estudios en Berkeley encontraron que tan solo los mensajes pueden reducir el consumo, apuntó. "Pero lo que afecta al bolsillo sigue afectando mucho a la gente", añadió Madsen.

"Queremos acabar con esta epidemia de diabetes y obesidad, y los impuestos son una forma de contramensaje, para equilibrar la publicidad corporativa", aseguró Madsen.

Los ingresos del impuesto de Berkeley, de un centavo por onza, se dirigen en gran medida a respaldar la educación escolar sobre la nutrición, los programas de jardinería y los grupos comunitarios que promueven unas conductas saludables.

El informe aparece en la edición del 21 de febrero de la revista American Journal of Public Health.

Más información

Para más información sobre los impuestos a los refrescos, visite Healthy Food America.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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