Las personas felices son más saludables

Estudio sugiere que una reducción de la hormona del estrés va unida a un menor riesgo de enfermedades
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MARTES 19 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Una persona feliz es una persona saludable, plantean investigadores británicos, quienes han desenterrado la evidencia de una conexión biológica entre una percepción positiva del bienestar y un menor riesgo de enfermedades entre hombres y mujeres de mediana edad.

En la edición de esta semana de Proceedings of the National Academy of Sciences, los autores reportan que simplemente ser feliz, en el trabajo y mientras se disfruta del tiempo libre, está directamente relacionado con funciones corporales específicas que protegen contra la enfermedad cardiovascular, diabetes, deficiencias autoinmunes y enfermedades relacionadas con el estrés.

Existe un vínculo directo entre cómo nos sentimos y los procesos biológicos que está relacionado con la enfermedad y el riesgo de ésta", afirmó el autor del estudio, Dr. Andrew Steptoe, profesor de psicología de la British Heart Foundation en el University College de Londres. "La biología estará del lado de aquellas personas con un estado mental más positivo y equipará a estas personas con una buena resistencia para su salud futura".

Steptoe y sus colegas aplicaron pruebas de laboratorio sobre el estrés y cuestionarios de salud mental estandarizados a más de 200 hombres y mujeres blancos del área de Londres, entre los 45 y 59 años.

Todos los participantes estaban empleados como servidores públicos, con niveles de ingresos que iban del más alto al más bajo. Los exámenes médicos habían determinado que todos estaban relativamente en buena salud física, sin historia previa de enfermedad cardiaca o presión arterial elevada.

Las muestras de sangre fueron tomadas antes y después de las pruebas de estrés. Los investigadores luego hicieron un seguimiento a cada participante durante el transcurso de un día de trabajo rutinario, usando monitores portátiles para evaluar automáticamente su presión arterial y ritmo cardiaco cada 20 minutos desde el inicio del trabajo hasta la hora de acostarse.

Todos los hombres y mujeres mantuvieron un diario de su ubicación y actividades durante todo el monitoreo. Además, calificaron qué tan felices se sentían, en una escala de uno a cinco, al momento de cada evaluación. También se tomó nota del ranking de los sentimientos de estrés momentáneos, control y/o fatiga.

Niveles cambiantes de la hormona del estrés, cortisol, fueron medidos adicionalmente con muestras de saliva que a los participantes se les pidió recopilar cada dos horas durante el mismo día de trabajo, o en un día de ocio por separado.

Los investigadores reportaron que la edad, el estado civil, el género y el ingreso parecían no afectar qué tan felices dijeron haberse sentido los participantes en el trabajo.

Steptoe y su equipo también observaron que los hombres y mujeres que demostraron los menores niveles de angustia psicológica en las primeras pruebas de salud mental parecían personas en general más felices.

Y esos hombres y mujeres que eran más felices en el trabajo parecían más felices en su tiempo libre, indicaron, aunque para todos los participantes, las felicidad fue más abundante durante los días libres en casa que durante los días en la oficina.

Entre los marcadores biológicos explorados, no todos parecieron afectar la felicidad. La presión arterial no estaba asociada con la felicidad autoevaluada por los participantes, mientras que el ritmo cardiaco pareció ser un factor sólo entre los hombres, incluso mayor entre los hombres menos felices.

Sin embargo, las lecturas de cortisol sí parecieron respaldar firmemente la noción de una conexión biológica entre el estrés y la felicidad. Los investigadores hallaron que los hombres y mujeres más felices tenían los menores niveles de cortisol. Los niveles de cortisol fueron, en promedio, más del 32 por ciento mayores entre los individuos menos felices.

Los investigadores anotaron el peligro que los altos niveles de la hormona del estrés podrían representar con el tiempo, resaltando la asociación entre los altos niveles de cortisol y un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, diabetes, obesidad abdominal y una menor resistencia a la infección.

En otro frente biológico, los autores reportaron que las pruebas de sangre revelaron hasta 12 veces niveles mayores de una proteína producida por el hígado conocida como fibrinógeno en plasma entre los hombres y mujeres menos felices.

El fibrinógeno detiene el sangrado ya que ayuda a formar coágulos, pero los niveles elevados de esta proteína han estado asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Los investigadores concluyeron que tener una fuerte percepción del bienestar y la felicidad podría ayudar a fomentar los sistemas biológicos, que en última instancia ayudarían a reducir el riesgo de desarrollar una gama de enfermedades. Y enfatizaron además que este camino de la felicidad a la salud parece ser un vínculo directo entre la mente y el cuerpo que es independiente de las opciones del estilo de vida, tales como hacer ejercicio, fumar o beber alcohol.

"No hay duda de que las personas deben seguir estilos de vidas saludables, como mantenerse físicamente activos, ser más prudentes en sus dietas, y no fumar, sin tener en cuenta este vínculo biológico", avisó Steptoe. "Pero necesitamos pensar a la vez en los aspectos que conducirán a estados más positivos. Hacer las cosas que desean hacer y recibir gratificación de ellas".

Más información

Para más información sobre la felicidad y el bienestar, visite la American Psychological Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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