Tras una cirugía de la vesícula biliar, a los pacientes les va bien con menos opiáceos

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MIÉRCOLES, 6 de diciembre de 2017 (HealthDay News) -- Se necesitan muchos menos analgésicos opiáceos de lo que se pensaba para la gente a quienes se les extirpa la vesícula biliar, sugiere un estudio reciente.

No solo se controló el dolor de esos pacientes tras la cirugía, sino que la estrategia conservadora de la receta podría ayudar a combatir la crisis de opiáceos en Estados Unidos, anotaron los investigadores. Los analgésicos opiáceos recetados incluyen a fármacos como OxyContin, Percocet y Vicodin.

"Durante mucho tiempo, las recetas de opiáceos se han dado sin lógica ni sentido, en comparación con todos los otros esfuerzos que se han hecho por mejorar la atención quirúrgica", señaló el primer autor del estudio, el Dr. Ryan Howard, residente en el departamento de cirugía de la Universidad de Michigan.

"Hemos estado recetando en exceso porque nadie nunca se preguntó cuál era la cantidad correcta. Sabíamos que podíamos hacerlo mejor", dijo Howard en un comunicado de prensa de la universidad.

En el estudio, el equipo de Howard analizó datos de 170 pacientes que se sometieron a una cirugía para extirpar la vesícula biliar en Michigan Medicine, el centro médico de la universidad. Los investigadores encontraron que el paciente promedio recibió una receta de 250 miligramos de analgésicos opiáceos (unas 50 pastillas) tras la operación.

Pero entrevistas con 100 de los pacientes revelaron que en realidad tomaron un promedio de apenas 30 miligramos de analgésicos opiáceos (unas seis pastillas) tras su cirugía. En muchos casos, las pastillas no utilizadas seguían en sus botiquines.

Basándose en eso, los investigadores desarrollaron una directriz mucho más baja para recetar opiáceos, junto con un nuevo programa de educación del paciente sobre el control del dolor.

Tras la introducción de la nueva directriz, la receta promedio de opiáceos para los primeros 200 pacientes se redujo en un 66 por ciento, a 75 miligramos (15 pastillas). Y el porcentaje de pacientes que recibieron una receta de un analgésico no opiáceo, como acetaminofén (Tylenol) o ibuprofeno (Motrin, Advil), se multiplicó por más de dos.

Las entrevistas con 86 de los pacientes que recibieron las recetas más pequeñas de opiáceos revelaron que tuvieron el mismo nivel de control del dolor que los pacientes anteriores que recibieron unas recetas más grandes de opiáceos.

En Estados Unidos, no hay directrices nacionales para el control del dolor relacionado con una cirugía con opiáceos, según los autores del estudio.

Pero en el primer año tras la introducción de las nuevas directrices para las recetas de opiáceos para la cirugía de vesícula biliar en Michigan Medicine, se han mantenido fuera de circulación más de 13,000 pastillas de opiáceos no utilizadas, apuntó Howard.

La nueva guía educativa para los pacientes les indica que tomen analgésicos solo el tiempo que tengan dolor, y que tomen las pastillas de opiáceos cuando tienen un dolor que el ibuprofeno o el acetaminofén no controlan.

La guía también enfatiza la necesidad de descartar las pastillas de opiáceos sobrantes de forma segura, y ofrece ubicaciones en Michigan que aceptan opiáceos no utilizados.

Los hallazgos se publicaron el 6 de diciembre en la revista JAMA Surgery.

"El dolor es una parte integral de la cirugía: provocamos dolor a corto plazo para poder ayudarle a sanar a largo plazo", comentó Howard.

"Casi la mitad de las recetas que los cirujanos emiten son para analgésicos, pero tradicionalmente no hemos recibido ningún entrenamiento ni orientación al respecto", añadió. "Esperamos que este marco que desarrollamos se pueda aplicar a muchas operaciones más".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. tienen más información sobre los opiáceos recetados.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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