Las enfermedades de riñón dejan de ser mortales en los niños

Pero la investigación podría ayudar a los supervivientes a tener una vida más larga y saludable

MIÉRCOLES 23 de junio (HealthDayNews/HispaniCare) -- Hace cincuenta años, casi todos los niños que nacían con algún problema de riñón no tenían ninguna posibilidad de sobrevivir. Sin embargo, la aparición de la diálisis y los transplantes de riñón cambiaron por completo este escenario y la mayoría de los niños que padecen ahora alguna enfermedad de riñón viven una vida larga y productiva.

Pero los expertos afirman que se puede y se debe hacer más.

"Incluso los transplantes no llegan a restablecer por completo la función normal de los riñones", afirmó el investigador australiano Stephen McDonald, autor principal del estudio publicado en la edición del 24 de junio del New England Journal of Medicine.

El mal funcionamiento renal aumenta los riesgos de padecer problemas cardiovasculares a largo plazo, explicó McDonald, y los potentes medicamentos inmunosupresores que actúan contra el rechazo del órgano trasplantado aumenta el riesgo entre niños de padecer cualquier tipo de infección e incluso cáncer.

En general, el estudio reveló que las personas que sobrevivieron a graves enfermedades renales de niños todavía tenían un riesgo 30 veces mayor de morir en edad adulta, comparados con las personas que no han padecido ningún problema de riñón.

Los fallos renales afectan a entre 250 y 300 adultos entre 1 millón, y se suelen atribuir a enfermedades crónicas sistemáticas como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. El problema es mucho menos común entre niños (entre cinco y 10 casos entre un millón) y a menudo está relacionado con malformaciones congénitas de los riñones o de la vejiga.

McDonald trabaja en el Australia and New Zealand Dialysis and Transplant Registry del Hospital Queen Elizabeth de Adelaida. Él y sus colegas analizaron los registros médicos de 1,634 niños con enfermedades de riñón graves en su última fase, pertenecientes al registro realizado entre 1963 y principios de 2002.

La mayoría de los niños, 1,398, recibieron uno o más transplantes de riñón como parte de su terapia.

En total, el estudio reveló que el 79 por ciento de los niños que se sometieron a largos tratamientos de diálisis o a nuevos riñones todavía estaban vivos 10 años después de los transplantes, pero esta cifra descendía a un 66 por ciento 20 años después del transplante.

Los problemas cardiacos eran la primera causa de muerte, seguida por las infecciones; los niños que se sometieron a diálisis tenían un riesgo de morir más alto que los que se habían sometido a un transplante.

Sin embargo, McDonald hizo hincapié en el hecho de que la historia de las investigaciones sobre enfermedades renales en niños tiene muchos más éxitos que fracasos.

"Con respecto a la diálisis, se han realizado importantes avances tecnológicos, lo que significa que el proceso es ahora mucho más eficaz y seguro que antes", afirmó. "El control de la presión sanguínea y de otras complicaciones del metabolismo es mejor con los nuevos medicamentos. Con respecto a los transplantes, los cambios más importantes están relacionados con medicamentos inmunosupresivos [anti-rechazo], que han prolongado en gran medida la tasa de supervivencia de los casos de transplantes de riñón".

Ahora, nuevos avances permiten que los doctores conozcan de la existencia de enfermedades de riñón antes incluso de que un niño nazca.

"La capacidad de diagnosticar malformaciones renales congénitas en el útero con el uso de ultrasonidos ha tenido un gran impacto en muchos pacientes que, de otra forma, habrían desarrollado fallos renales", afirmó la Dra. Leslie Spry, nefróloga del Dialysis Center of Lincoln en Lincoln, Neb., y portavoz de la National Kidney Foundation.

"Conseguir que los pediatras y los doctores de familia se centren en los problemas renales cuando hay un historial médico de enfermedades de este tipo es de gran importancia", afirmó.

Y lo que es más importante, el aumento en el número de personas vivas que pueden y quieren donar un riñón para ayudar a un niño que lo necesita ha aumentado en gran medida las tasas de supervivencia. Según este estudio, entre 1963 y 1972, sólo el 5 por ciento de los riñones transplantados en Australia y Nueva Zelanda provinieron de donantes vivos. Esa cifra aumentó a un 35 por ciento en la década comprendida entre 1983 y 1992, y a un 64 por ciento en los últimos 10 años del estudio, de 1993 a 2002.

De hecho, la mayoría de los niños que necesitan un riñón hoy en día "reciben un transplante en un periodo de tiempo razonablemente corto", afirmó el Dr. William Harmon, portavoz de la National Kidney Foundation y director de la división de nefrología del Hospital Infantil de Boston.

"La mayoría cuentan con donantes vivos, que son preferibles y que se pueden utilizar de forma preventiva", señaló. Además, los niños que dependen de transplantes de donantes muertos "tienen prioridad sobre los adultos", apuntó Harmon. "Este sistema ofrece muchos beneficios".

Aún así, los problemas a largo plazo asociados con enfermedades renales en niños significan que muchos pacientes morirán demasiado pronto a causa de enfermedades relacionadas con el riñón a medida que vayan cumpliendo años. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que hacen falta más investigaciones para evitar disfunciones renales en los niños y para encontrar métodos mejores y menos nocivos para evitar el rechazo del órgano transplantado.

"Necesitamos llegar a la intolerancia inmunológica [de los órganos transplantados] y todavía no hemos llegado a ese punto con nuestros controles médicos en los pacientes de transplante", añadió Spry.

Más Información

Conozca más información sobre los problemas renales y cómo convertirse en un donante de riñón visitando la National Kidney Foundation.

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