El cambio climático podría aumentar los niveles de mercurio de algunos tipos de pescado

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MIÉRCOLES, 7 de agosto de 2019 (HealthDay News) -- Un estudio reciente amplía la lista de amenazas potenciales del calentamiento global: unos niveles más altos de mercurio en algunos tipos de pescado.

Aunque comer pescado se considera parte de una dieta saludable, también es una fuente de mercurio, que, en cantidades suficientemente altas, es tóxico para el sistema nervioso y los riñones.

Los peces pequeños en general solo contienen cantidades bajas de mercurio. Pero cuando los peces predadores se comen a los más pequeños, el mercurio se acumula en su tejido graso. Entonces, las autoridades de salud desaconsejan comer algunos predadores longevos, como el tiburón, el pez espada, la caballa real y el blanquillo. Esto es particularmente importante para las mujeres embarazadas y los niños pequeños, dado que el sistema nervioso en desarrollo es vulnerable a los efectos tóxicos del mercurio.

El mercurio existe de forma natural, pero la industria también lo expulsa a la atmósfera, de fuentes como las plantas de servicios que usan carbón, la incineración de la basura y la fundición.

La mayoría de esas emisiones acaban en los océanos, los ríos y los lagos. Pero no son el único motivo de que el metal tóxico se acumule en el pescado.

El nuevo estudio, que se publicó el 7 de agosto en la revista Nature, también apunta a la pesca excesiva y al cambio climático.

Al observar una década de datos del golfo de Maine, los investigadores encontraron que entre los años 70 y los 2000, las prácticas de pesca humanas alteraron los niveles de mercurio en el bacalao del Atlántico y el tiburón espinoso. Mientras tanto, las temperaturas en aumento del agua hicieron que los niveles de mercurio del atún común del Atlántico se incrementaran en un estimado de un 56 por ciento.

"No estamos desanimando a las personas de comer pescado", enfatizó la investigadora, Elsie Sunderland, profesora de química ambiental en la Universidad de Harvard. "La mayoría de los tipos de pescado son bastante saludables, y sin duda son mejores que muchos de los alimentos que las personas comerían de otra forma".

El punto, dijo Sunderland, es que las emisiones de mercurio no son las únicas culpables del incremento en los niveles de mercurio del pescado. Los "gases de invernadero" que atrapan el calor en la atmósfera, en particular el dióxido de carbono, también son importantes.

"El cambio climático puede tener un gran impacto en la acumulación de mercurio en el pescado, lo que creo que sorprenderá a muchas personas", señaló Sunderland.

¿Por qué es importante el calentamiento global? Cuando las temperaturas del agua del mar aumentan, los peces necesitan más energía para nadar, explicó Sunderland. Los peces cazadores que se mueven a alta velocidad comienzan a devorar más presas a un ritmo más voraz, pero como nadan tanto, su tamaño no aumenta. El resultado es una mayor concentración de mercurio en su tejido.

La pesca excesiva es un problema por un motivo distinto, apuntó Sunderland. Puede cambiar la dieta usual de los peces predadores, obligando a algunos a comer alternativas que contienen más mercurio.

En el estudio, el equipo de Sunderland analizó más de 30 años de datos sobre los niveles de mercurio en el agua del mar y en los peces del golfo de Maine, que experimentó un calentamiento "sin precedentes" entre 1969 y 2015, según los investigadores.

En cuanto a los efectos de la pesca excesiva, los investigadores encontraron patrones distintos en dos especies de pez: el bacalao del Atlántico y el tiburón espinoso. En los años 70, la pesca excesiva en masa de arenque obligó a ambas especies de pez a cambiar sus dietas. El bacalao cambió a peces más pequeños, lo que hizo que sus niveles de mercurio se redujeran. Pero el tiburón espinoso comenzó a comer calamares y otros cefalópodos que contienen mercurio, lo que aumentó sus niveles de mercurio.

Entonces, cuando la población de arenque se recuperó en 2000, el bacalao volvió a sus antiguos hábitos de alimentación, lo que resultó en un aumento del 23 por ciento en el mercurio. El tiburón espinoso también volvió a comer arenque, lo que redujo sus niveles de mercurio.

El atún común del Atlántico demostró el impacto del cambio climático. En los años 90, cuando las temperaturas del agua del mar en realidad se enfriaron durante un periodo, la acumulación de mercurio en esos peces se redujo. Pero ese patrón se revirtió luego cuando las temperaturas del agua aumentaron.

Entre 2012 y 2017, encontró el estudio, los niveles de mercurio del atún común aumentaron en un 3.5 por ciento al año, aunque las emisiones de mercurio de la industria se estaban reduciendo.

Esa reducción en las emisiones industriales es la "buena noticia" de los últimos años, anotó Sunderland.

Pero añadió que no es la única actividad humana que importa. "Creo que todos queremos que el pescado tenga menos mercurio", dijo Sunderland. "Para lograrlo, debemos regular las emisiones tanto de mercurio como de gases de invernadero".

Una experta en nutrición reforzó el mensaje de que los consumidores deben evitar ciertos tipos de pescado rico en mercurio, pero que el pescado debe formar parte regular de una dieta saludable.

"Es importante anotar que el pescado es rico en ácidos grasos omega 3, vitamina D y proteína, y que también se ha mostrado que reduce el riesgo de enfermedad cardiaca, que es esencial para el crecimiento y el desarrollo de los niños, y que mejora la función del cerebro", aseguró Lauri Wright, catedrática de nutrición de la Universidad del Norte de Florida.

Wright, que también es vocera de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics), sugirió algunas opciones que no tienen mucho mercurio: camarones, atún claro enlatado, salmón, abadejo y bagre.

Más información

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. ofrece consejos sobre las opciones saludables de pescado.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

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