Un ensayo con monos ofrece nuevas esperanzas de una vacuna para el VIH

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LUNES, 11 de mayo de 2020 (HealthDay News) -- Una vacuna experimental parece dar a los monos una protección prolongada contra la infección con el VIH, al "despertar" una rama del sistema inmunitario que las vacunas normalmente no despiertan.

Los expertos advirtieron que las investigaciones con animales con frecuencia no dan resultados en los humanos. Las décadas de trabajo para una vacuna contra el VIH han sido un ejemplo claro. Pero los investigadores señalaron que esta vacuna funciona de una forma distinta, al dirigirse a dos "ramas" del sistema inmunitario.

Y creen que el trabajo potencialmente ofrece unas lecciones más amplias para las vacunas que se están desarrollando para otros virus, como el SARS-CoV-2, el virus que provoca la COVID-19.

"La gran pregunta es si se traduce a los humanos", comentó Bali Pulendran, uno de los investigadores sénior del estudio y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en California.

Los científicos han intentado desarrollar una vacuna para el VIH desde los años 80, y ha habido destellos de esperanzas seguidos de decepciones. El ejemplo más reciente es un ensayo en Sudáfrica que se detuvo en febrero, porque una vacuna que había sido promisoria simplemente no funcionaba.

El VIH, el virus que causa el SIDA, "es muy difícil de vencer, por muchos motivos", dijo Pulendran.

Uno es que ataca a las células T del sistema inmunitario, desactivando las mismas células que son necesarias para lanzar una defensa agresiva. El virus también tiene varias formas de ocultarse de la detección del sistema inmunitario. Por ejemplo, Pulendran explicó que el VIH está "rodeado por una capa de carbohidratos", lo que hace que para los anticuerpos reconocer al virus como un enemigo resulte difícil.

Los anticuerpos son proteínas especializadas producidas por el sistema inmunitario que reconocen a los invasores foráneos, se vinculan a ellos y los neutralizan.

Las vacunas tradicionales funcionan al estimular a la producción de anticuerpos.

Pero, dijo Pulendran, es difícil inducir y mantener un nivel suficientemente alto de anticuerpos neutralizantes contra el VIH.

Entonces, él y sus colaboradores diseñaron un régimen que estimula no solo la producción de anticuerpos, sino la inmunidad celular. La inmunidad celular implica armar a las células T "asesinas" que patrullan a los tejidos del cuerpo en busca de señales de virus, y que entonces destruyen a las células que los portan.

"Queríamos explorar el uso del armamento completo del sistema inmunitario", dijo Pulendran.

Para evaluar la vacuna, los investigadores dividieron a macacos Rhesus en tres grupos de 15. Uno recibió varias inoculaciones de Env, una proteína viral que estimula la producción de anticuerpos. Un segundo grupo recibió la misma serie, más inyecciones de tres virus distintos. Cada virus se modificó para que contuviera un gen de una proteína viral llamada Gag, que estimula la inmunidad celular.

El tercer grupo sirvió como grupo de "control".

Las vacunas se administraron a lo largo de 40 semanas, seguidas por dosis de refuerzo posteriores solo de Env. El próximo paso fue exponer a los animales al VIS, la versión del VIH en los simios, a lo largo de 10 semanas.

La mayoría de los animales del grupo de control se infectaron en unas cuantas semanas, encontró el estudio. Al contrario, la mayoría de los monos vacunados siguieron estando protegidos.

Cinco meses más tarde, los investigadores expusieron a seis monos de cada grupo de vacuna al VIS de nuevo. Y surgió una diferencia clara: de los seis animales que recibieron la vacuna que contenía Gag, diseñada para activar la inmunidad celular, cuatro siguieron sin infectarse.

Esto sucedió en solo un animal que recibió la vacuna que se dirigía solo a la inmunidad.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 11 de mayo de la revista Nature Medicine.

Mitchell Warren es director ejecutivo de AVAC, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York dedicada a la prevención del VIH.

"Este estudio establece un concepto realmente importante", señaló Warren, que no participó en la investigación. "Sugiere que estimular ambas ramas del sistema inmunitario podría ser importante en la prevención del VIH".

De hecho, algunos regímenes experimentales de vacunas anteriores han intentado estimular las defensas de las células T. Pero la respuesta de las células T en la sangre y en el lugar de entrada del virus fue mucho mayor con esta vacuna más reciente, según Pulendran.

Pero todavía queda mucho trabajo. Una meta, planteó Pulendran, es simplificar el régimen, al hacer que tenga "menos partes" que sean más factibles de administrar a las personas.

En teoría, las vacunas contra el VIH que estimulan a las células T plantean un problema de seguridad. Dado que el virus se dirige a esas células, ¿podría la vacuna en realidad aumentar la susceptibilidad al VIH?

Hubo señales de que esto sucedió en un ensayo anterior de una vacuna que intentaba estimular a las células T, anotó Warren.

Y por eso son esenciales estudios cuidadosos, comenzando con modelos animales, apuntó.

El VIH es distinto que otros patógenos, pero el equipo de Pulendran sugiere que el trabajo actual podría ser relevante para el desarrollo de las vacunas en general. Reclutar tanto los anticuerpos como las células T podría tener sentido al luchar contra enfermedades tan diversas como la gripe, la malaria y la COVID-19, añadieron los investigadores.

Más información

El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU. ofrece más información sobre la prevención del VIH y la investigación en vacunas.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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