Científicos detectan genes clave de las enfermedades autoinmunes

Según los expertos, el descubrimiento podría develar los secretos del lupus, la artritis reumatoide y hasta el cáncer

LUNES 22 de enero (HealthDay News/HispaniCare) -- La identificación realizada por científicos de EE.UU. de genes que se cree que son clave para los trastornos autoinmunes podría representar un gran adelanto hacia nuevos tratamientos para estas enfermedades, como lupus, artritis reumatoide y diabetes tipo 1.

Se supone que unas células conocidas como células T reguladoras ayuden a mantener el sistema inmunológico bajo control, pero en las enfermedades autoinmunes, esos mecanismos fallan.

Ahora, en un informe de la edición de esta semana de la revista Nature, los investigadores han identificado un conjunto de genes íntimamente relacionados con la función reguladora de las células T. Los expertos señalan que el hallazgo podría tener importantes implicaciones para la investigación sobre las enfermedades autoinmunes y hasta el cáncer.

"Esto es ciertamente importante en el intento por comprender cómo funcionan las células T reguladoras", afirmó el Dr. Noel Rose, director del Centro Johns Hopkins de investigación sobre las enfermedades autoinmunes en Baltimore. "Sólo el tiempo podrá decir si esto tendrá implicaciones funcionales importantes", apuntó Rose, quien no participó en el estudio.

Aunque se supone que el sistema inmunológico protege a nuestros cuerpos de todos los patógenos, tanto externos como internos, éste puede ser bastante temperamental. Por ejemplo, cuando se le presenta el cáncer, el sistema básicamente se encoge de hombros. En otros casos, el departamento de defensa de las células puede activarse exageradamente, lo que conduce a trastornos autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la enfermedad de Graves, en las que el cuerpo ataca a sus propias células.

Ambas situaciones se relacionan con el propósito fundamental del sistema inmunológico, distinguir entre las células del propio cuerpo (y las entidades relacionadas) y los invasores foráneos. Así, las células cancerosas son ignoradas por el sistema inmunológico porque el sistema determina que que son las propias células del cuerpo. Los trastornos autoinmunes surgen cuando el sistema inmunológico del cuerpo se confunde y ataca tejidos sanos.

En este estudio, investigadores de la Facultad de medicina de la Harvard, el Instituto contra el cáncer cáncer Dana-Farber, el Instituto de tecnología de Massachusetts y el Instituto Whitehead de investigación biomédica se enfocaron en los genes que ayudan a dirigir estos procesos a través de las células T reguladoras.

Se concentraron en una proteína que sólo se encuentra en las células T reguladoras, conocida como Foxp3. La Foxp3 es un factor de trascripción, es decir, aumenta o disminuye la producción de otros genes. Su significación en el control del sistema inmunológico es más importante por el hecho de que las personas que tienen genes Foxp3 mutantes desarrollan IPEX, un síndrome marcado por trastornos autoinmunes masivos y muerte prematura.

Usando sofisticada tecnología de micromatriz de genes, el equipo escaneó el genoma completo de las células T. "Identificamos un grupo de aproximadamente 30 genes que son claramente regulados por la Foxp3 y, de manera sorprendente, muchos de ellos son suprimidos por ésta", afirmó Alexander Marson, autor principal del estudio y estudiante de postgrado de la Facultad de medicina de la Harvard y el MIT.

Estos objetivos "probablemente son esenciales para conferir su exclusiva función a las células T reguladoras" e incluyen genes que anteriormente se habían relacionado con la regulación inmunológica, explicó Marson. La mutación en uno de esos genes disminuidos, el Ptpn22, se asocia con diversos trastornos autoinmunes.

Marson señaló que el trabajo tiene por lo menos dos implicaciones significativas para la investigación. "Una es que hemos identificado este conjunto central de genes que probablemente tengan funciones clave en la prevención de la enfermedad autoinmune", apuntó. "La segunda implicación, que tal vez sea a más largo plazo, es que esperamos que identificar estos objetivos nos permitirá evaluar medicamentos que imiten la función del Foxp3 y por tanto traten la enfermedad autoinmune".

Según Rose, tratar los trastornos autoinmunes requerirá aumentar la cantidad o la efectividad de las células T reguladoras.

"Hay algunos trucos que podríamos usar para lograr ambas cosas", aseguró. Rose también percibe aplicaciones para la medicina de transplantes y la lucha contra el cáncer.

"De manera interesante, la gente que está interesada en la inmunología tumoral también está interesada en las células T reguladoras, porque si se pueden eliminar, se puede eliminar el tumor", apuntó.

Rose enfatizó que todavía está por verse cuáles de estos genes serían buenos objetivos para medicamentos, si alguno lo es. Pero expresó confianza en el potencial clínico de las células T reguladoras. "Tienen implicaciones enormes sólo si podemos averiguar cómo obligarlas a hacer lo que deseamos que hagan".

Más información

Para más información sobre cómo funciona el sistema inmunológico, diríjase al American College of Rheumatology.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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